
Retrato grupal de cuatro mujeres vestidas con indumentaria tradicional bajo unas vides.
La música tradicional y las pandereteiras en Galicia: de la aldea a los grandes escenarios
Repasamos el origen, la evolución y la presencia actual de la música tradicional gallega a través de la figura de las pandereteiras, homenajeadas en las Letras Galegas de este año
Te puede interesar: La gaita más antigua del mundo tiene 600 años y es gallega
La historia de Galicia no se puede entender sin la música. A lo largo de los siglos, Galicia ha recibido influencias musicales de toda Europa gracias al Camino de Santiago, que desde la Edad Media ha actuado como vía de intercambio cultural.
La música tradicional ha sido uno de los elementos fundamentales en la construcción de la identidad de la comunidad. Las canciones se transmitían de generación en generación, de padres a hijos y de madres a hijas. Hoy, lejos de ser algo del pasado, esta música vive una nueva etapa de esplendor, impulsada por una industria en constante evolución, que respeta la raíz mientras busca nuevos lenguajes y sonidos.
Este 17 de mayo, el Día das Letras Galegas rinde homenaje por primera vez a las cantareiras y pandereteiras, reconociendo su papel en la preservación y difusión de la música tradicional. Ellas han sido, y siguen siendo, figuras imprescindibles para entender el legado cultural de Galicia.
Orígenes de la música tradicional gallega
La música tradicional gallega tiene raíces en tiempos remotos. Fue, y sigue siendo en muchos casos, de forma oral, aprendida en casa, en las fiestas, en el trabajo, de generación en generación. Su historia se remonta a las culturas prerromanas y, especialmente, a la influencia celta, presente en instrumentos como la gaita.
Durante la Edad Media, esta tradición se enriqueció con cantigas galaico-portuguesas y, más adelante, con aportaciones procedentes de otras zonas de la Península, como los romances, las jotas o las danzas. Sin embargo, el franquismo supuso un duro golpe. Se prohibió el uso del idioma en la esfera pública y la música tradicional fue arrinconada y reducida a la aldea.

Hombres y mujeres bailando Muiñeira en una plaza.
Sobrevivió gracias a la resistencia de muchas comunidades, sobre todo de cantareiras y pandereteiras, que mantuvieron vivos los cantos y ritmos en sus casas y cocinas. Y es que no fue hasta la llegada de la democracia cuando se produjo el resurgir cultural y cuando Galicia vivió un proceso de recuperación y dignificación de su música popular.
La figura de las pandereteiras
"El papel de la mujer en la música tradicional gallega sigue siendo fundamental", afirma Tania Caamaño, pandereteira y cantante. "Las pandereteiras han sido y son guardianas de la memoria colectiva, y hoy, además, muchas mujeres están liderando propuestas que actualizan y dignifican la industria musical".
Las pandereteiras han ocupado un lugar central, no solo desde el punto de vista musical, sino también cultural y social. Tradicionalmente, eran mujeres, muchas veces del entorno rural, que se reunían para cantar y tocar la pandereta en fiestas, celebraciones religiosas, jornadas de trabajos o encuentros vecinales.

Cinco mujeres cantando y tocando la pandereta frente a una casa.
"Las pandereteiras son el motor, el germen de la música tradicional", explica Andrés Boutureira, percusionista y productor en Altea Estudios. “Su figura fue evolucionando con el paso del tiempo. Hay que pensar que toda esa música de transmisión oral, ahora nosotros la tenemos en mente como una agrupación de pandereteiras, pero antes estaba ligado a lo cotidiano: se cantaba trabajando, después de trabajar, a la hora de comer...".
Gracias a ellas se conservan coplas, refranes, cantos de trabajo, canciones satíricas, lamentos y romances. Un repertorio oral que hablaba de amor, dolor, crítica social o vida cotidiana, casi siempre en gallego y con gran notable capacidad de adaptación.
En palabras de Andrés, la clave para que esta figura siga viva es "mostrar respeto por esa música que nosotros estamos cogiendo para hacer nuestras cosas. Incluir los propios audios de las pandereteiras en nuestras producciones, arreglándolos o cantándolos nuestras intérpretes actuales".
Instrumentos y repertorio tradicional
La música tradicional gallega se caracteriza por una gran riqueza sonora, con instrumentos que se han ido incorporando a lo largo del tiempo. "Los que se nos vienen a la mente son la gaita y las percusiones: pandereta, latas, cunchas, cucharas, bombo o tambor", explica el productor. "Pero no todos llegaron a la vez, algunos vienen de una tradición más antigua y otros se fueron sumando con el tiempo".
La gaita es, sin duda, el instrumento más representativo, presente en romerías, fiestas y celebraciones populares. A su lado, las percusiones de mano, como la pandereta, el pandeiro o incluso objetos cotidianos como la lata: "Los pandeiros, la lata y la pandereta son los que más utilizo, porque cubren muchos registros y dan juego para tocarlos de forma no convencional", añade Boutureira.
El repertorio tradicional incluye cantos de trabajo, nanas, alalás, jotas o muiñeiras, muchos de ellos transmitidos oralmente y adaptados por cada generación.
La presencia de la música tradicional en la actualidad
Lejos de quedar relegada al pasado, la música tradicional gallega atraviesa un momento de auge y renovación. Artistas y productores están explorando nuevas formas de expresión que parten de la raíz y se adaptan al presente. Como afirma Tania Caamaño, pandereteira y cantante, "la música tradicional gallega está viviendo un momento muy interesante. Hay una mayor presencia en espacios donde antes no tenía tanta visibilidad".
"Hay muchos músicos y músicas que están aportando desde su mirada particular: Tanxugueiras, Xurxo Fernandes, Budiño, Baiuca... diferentes edades, diferentes momentos y diferentes experiencias, cada uno con su forma de hacer arte", señala la cantante.

Budiño y su grupo de izquierda a derecha: Tania, Andrés, Fran, Inés y el propio Budiño.
El proceso de fusión con otros géneros es parte natural de esa evolución. Andrés Boutureira, defiende este diálogo: "Yo creo que la fusión de la música tradicional con géneros más modernos debe existir porque los tiempos cambian, los gustos cambian... y a mí me parece bonito".
Para él, el espíritu lúdico y colectivo de esta música continúa vivo: "La música tradicional tiene un elemento de improvisación. Nunca una melodía se toca igual. En 2025 es bonito que hagamos lo mismo, solo que con los instrumentos que tenemos hoy. Estoy seguro de que si en esa época les das unos samples también juegan y se divierten como nosotros".