La fuente de las pajaritas de A Coruña, en Elviña

La fuente de las pajaritas de A Coruña, en Elviña Nuria Prieto

Coruña Secreta

Coruña Secreta: el misterio que dejó seca durante décadas la fuente de las Pajaritas de Elviña

Construida en la década de 1970, la fuente tuvo que ser llenada a mano por los bomberos en su inauguración y su surtidor no volvió a funcionar hasta el año 1996

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La Fuente de las Pajaritas, situada en la rotonda del barrio de Elviña en A Coruña, es uno de los monumentos de la ciudad que ayuda a regular el tráfico que se incorpora desde Alfonso Molina o desde los barrios de Matogrande y Monelos. Además, funciona como punto de refresco para pájaros, que nadan a sus anchas en su agua, y es considerada por los vecinos como una señal de identidad.

Sin embargo, muchos coruñeses desconocen que en su inauguración destacó por la "escasez de agua", ya que un error en su construcción llevó a que no pudiese echar agua y que los bomberos tuviesen que sacar las mangueras para rellenarla.

Así lo recogen José Manuel Fernández Caamaño y Ricardo Vázquez Pérez en el libro 'El agua en A Coruña. Fuentes, estanques y lavaderos'. Según relatan, la fuente fue construida a instancias del alcalde Francisco Vázquez y diseñada por el arquitecto coruñés Antonio Tenreiro.

"Se levantó como fuente-estanque, pero sin carácter utilitario", indican en el libro. Siguiendo esta línea, explican que, según la versión oficial y de los periódicos de la época, los planos de la fuente se habían perdido, por lo que se desconocía la posición exacta de las entradas y salidas del agua.

El día de su inauguración, ante la falta de agua, los bomberos de A Coruña fueron los encargados de rellenar su interior para comprobar su funcionamiento. "Al acabarse la misma, la actividad de la fuente también se terminó", añaden los autores.

En 1996 se realizaron obras para poner en funcionamiento su surtidor de agua. Finalmente, en mayo de ese mismo año, tras diversos arreglos, la Fuente de las Pajaritas comenzó a soltar agua. Un año antes, el Concello había contemplado su posible demolición y la construcción de otra de diferente aspecto y más modernista; sin embargo, la oposición de los vecinos, que la consideraban un símbolo del barrio, consiguió mantenerla hasta la actualidad.