La coruñesa Cristina Picos protagoniza Wicked en Madrid.
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Cristina Picos, la coruñesa que conquista Madrid como la Bruja del Oeste: "Hay que defender ser diferente"
La actriz coruñesa dará vida a Elphaba en 'Wicked', el musical que ha conquistado el mundo y que en octubre llega a Madrid
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La vida de Cristina Picos (A Coruña, 1995) siempre ha girado en torno al mundo de la música. Desde pequeña, aprendió a tocar la flauta travesera y el piano en el conservatorio del Colegio Liceo La Paz. Lo que nunca habría imaginado, cuando vivía con su familia en su casa entre Sada y Oleiros, es que, con 21 años y tras estudiar Magisterio bilingüe, daría un giro de 180 grados a su vida para formarse en teatro musical.
"Cuando estaba de Erasmus, fui a ver en Londres los musicales de El Fantasma de la Ópera y Los Miserables, y me sorprendieron un montón. No sabía que se podía vivir de ello. Hablé con mis padres y les dije que quería intentarlo", explica.
Así, Cristina empezó a formarse en la Escuela de Teatro Musical María Beltrán, en Madrid, donde conoció a su mentora, Esther Izquierdo. "Me marqué un plazo de dos años. Si hasta entonces no conseguía nada, volvería al profesorado", añade.
Y vaya si salió bien, porque empezó a participar en musicales como El Médico y El tiempo entre costuras, con papeles principales. A partir de octubre, se meterá en el papel de Elphaba, la célebre Bruja del Oeste en el musical de Wicked, uno de los más vistos del mundo, que llega por primera vez a España, al Nuevo Teatro Alcalá, en la capital.
"Me gustaría transmitir al público la idea de una Elphaba real, alejada del tópico de la bruja verde"
Cuando estaba en secundaria, su colegio organizó una representación de Mamma Mia! que involucró a todo el alumnado, entre ellos a la propia Cristina. "Fue una experiencia muy divertida. Recuerdo que interpretar Slipping Through My Fingers me emocionó muchísimo", señala, aunque desde un punto de vista más emocional que profesional.
Después de ponerse a trabajar duro para hacerse un hueco en la industria del teatro musical, Cristina empezó a ver resultados: "Una vez que entras en el mundillo, si trabajas bien, la gente te va recomendando, y vas haciendo trabajos de teatro familiar hasta que aparece alguien que te da una oportunidad".
Y su oportunidad llegó con Capullas el Musical, y después de ahí, su primer gran proyecto: El Médico. "Cuando recibí la noticia, estaba en clase con Esther, y recuerdo que me eché a llorar. Ella me decía que sabía que me iban a dar el papel", recuerda la coruñesa.
"Ser diferente es algo que hay que defender"
Ahora, la coruñesa, empieza a embarcarse en los ensayos de la que será su próxima aventura: interpretar a la villana de El Mago de Oz. En el casting fue a por Elphaba: "Es un personaje que me fascina. Representa que ser diferente no es algo que haya que esconder, sino que es algo que hay que defender", explica la artista.
La historia de Wicked parte del libro de Gregory Maguire y se sitúa en la tierra de Oz, mucho antes de la llegada de Dorothy. Allí, dos jóvenes brujas, Elphaba y Glinda, forjan una inesperada amistad que se verá puesta a prueba por un mundo que no tolera la diferencia. Elphaba, de piel verde y gran talento, terminará convertida en la temida Bruja del Oeste. Glinda, por su parte, será la adorada Bruja Buena del Norte.
Para prepararse para interpretar el papel, Cristina explica que ha tratado de "empaparse" al máximo de la historia, leyendo el libro original y el guion de la obra, viéndose la película y escuchando la banda sonora. "Analizo a todos los personajes y sus motivaciones", señala. "Me gustaría transmitir al público la idea de una Elphaba real, alejada del tópico de la bruja verde", añade.
Como deportistas de élite
La gallega cuenta que uno de los mayores retos del teatro musical es la incertidumbre profesional: "No sabes qué va a pasar contigo cuando te presentas a un casting". A esto se suma la enorme competencia por cada papel. "Hay muchísima gente intentando lo mismo que tú", apunta.
"La Bruja del Oeste representa que ser diferente no es algo que haya que esconder, sino que es algo que hay que defender"
También destaca el nivel de exigencia física y emocional que implica cada función: "Nos estamos exponiendo todo el tiempo: con la voz, el cuerpo y las emociones". Por eso compara su rutina con la de un atleta: "Siempre digo que somos como deportistas de élite. Todo lo que hagas repercute en tu voz: si no duermes bien, si no comes bien se nota en el escenario".
Además, el ritmo de trabajo no da tregua: "Son funciones de martes a domingo, con dobles sesiones y solo un día libre. Es muy intenso".
Cada vez que tiene unos días libres a Cristina le gusta regresar a A Coruña para rodearse de los suyos. "Siempre digo que si pudiera en algún momento, e incluso si hubiese oportunidad de trabajar allí, me encantaría volver a Galicia", concluye. No cabe duda de que esta joven gallega ha encontrado su lugar sobre las tablas de los teatros de la capital.