Imagen de archivo de un hombre con una máscara de burro

Imagen de archivo de un hombre con una máscara de burro Shutterstock

Ofrecido por:

Vivir

El pueblo de Galicia que rescató su tradicional "Entruido do burro" tras medio siglo en el olvido

Un hombre disfrazado de anciana que guía a un burro formado por dos personas bajo una manta son los principales personajes de este divertido Entroido del norte de la comarca de Xallas

Puede interesarte: El dulce típico del Entroido en Galicia que triunfa en todas las sobremesas: una receta muy sencilla

Publicada

Entroido, Entruido, Entrudo, Antroido, Antruido, O’ntruido... Varias son las formas que tenemos en Galicia de llamar al Carnaval, una de las festividades más celebradas a lo largo y ancho de la comunidad. También lo son sus emblemáticos personajes, desde choqueiros, peliqueiros o pantallas hasta merdeiros o cigarreiros, entre otros. Para todo gallego la relevancia de esta fiesta es sublime. Sabiendo que es uno de los eventos del año, hay municipios que han luchado por recuperar tradiciones que estaban olvidadas, pero que han resurgido con emoción y alegría. 

En la comarca de Xallas, formada por los municipios de Santa Comba y Mazaricos, cuentan con entroidos de lo más peculiares. En su caso, Mazaricos ha mantenido a lo largo del tiempo su tradicional y divertida fiesta. No así Santa Comba, donde la mayor parte de las costumbres del Entroido quedaron olvidadas y repudiadas con el paso de los años. No obstante, el año pasado recuperaron una tradición que llevaba más de medio siglo en el olvido. Te contamos cuál. 

El rescate de una tradición emblemática del Entroido

En los últimos años lo que más destacaba del Entroido de Santa Comba eran los niños correteando por las casas y saliendo de fiesta con los disfraces más disparatados que se les podían ocurrir. Sin olvidarnos, por supuesto, de la gran labor de los vecinos y vecinas de las parroquias de Fontecada y Pereira, quienes siguieron manteniendo sus desfiles para que la fiesta mantuviera su espíritu y siguiera tan viva como antaño.

El Entroido de 2024, todo dio un giro de 180 grados. Antiguamente, en el norte de la comarca se llevaba a cabo una tradición relacionada con un burro que, tras décadas en nuestra memoria, volvió a renacer el año pasado gracias a la asociación Axio Mouro con la colaboración de voluntarios, alegrando a todas y todos los amantes de esta gran fiesta que nos corre por las venas a los gallegos. 

La figura del burro es muy popular en muchos Entroidos de los alrededores de Santa Comba, cada uno con sus particularidades y características que lo hacen especial. Se cree que, en su momento, esta costumbre de incluir la figura de un burro en la celebración era muy popular en las parroquias del norte de Santa Comba como Castriz, San Salvador, Grixoa de Esternande, Vilamaior, Bazar y Freixeiro, en las aldeas limítrofes de Coristanco y, también, en zonas del oeste de Val do Dubra

O Entruido do burro, da besta, da mula...

El divertido Entroido de Santa Comba se caracteriza por varias figuras distintivas. Entre ellas, destaca la "dona do burro", un hombre disfrazado de anciana que guía a un burro formado por dos personas bajo una manta, con una cabeza decorada con ojos y orejas de burro, que bien puede ser de paja, madera o de sacos.

Otro personaje clave es el cura, satirizado por su poder en las sociedades rurales gallegas. Los músicos, que pueden ser gaiteiros o pandereteiras, también son esenciales. Además, hombres y mujeres con los papeles cambiados que constituían los grupos de baile. En muchas ocasiones se representaban bodas junto con otros personajes como embarazadas o viejos que se encargaban de pedir limosnas y hacer diabluras. Además, en la comitiva del Entroido era habitual ver disfraces de guardia civil y médicos, así como alguien tocando un cuerno para anunciar la llegada, sin olvidarnos de los varreduiros

Cómo se llevaba a cabo la festividad

Se establecen unos pasos claros y necesarios a la hora de celebrar este Entroido tan particular. Siempre que exista la figura del guardia civil y del varreduiro, ellos son los encargados de liderar la entrada, mientras hacen lo propio con diferentes burlas hacia la gente. Si no estaban, el "burro" y su dueña interactuaban con el público haciendo trastadas. Así, hasta que, tras una serie de bromas, el burro "moría", lo que hacía que la dueña pidiese ayuda. En ese instante, el cura intervenía con un recital en un latín enxebre, como si de una misa se tratara. 

En determinadas zonas, tras la "muerte" del burro, la dueña o una mujer embarazada daba a luz a un muñeco de trapo con ayuda de un médico. Con motivo del festejo de la resurrección, todos comenzaban a bailar muiñeiras o jotas.

Y así es la fiesta que durante muchos años se perdió en esta zona de la comarca de Xallas, pero que vuelve a estar más viva que nunca gracias a sus vecinos. Mantener las tradiciones de nuestros Entroidos es fundamental, ya que representan el alma de nuestra cultura e identidad. Estas celebraciones nos permiten transmitir valores y recuerdos a las futuras generaciones. Si preservamos estas costumbres, honramos nuestra historia y llevamos con nosotros el legado de antaño.