Primero de nada, presentarme. Me llamo Daniel Collazo Barcia, tengo 17 años de edad y soy coruñés. Estudio en el CPR Nebrija-Torre de Hércules el segundo año del Ciclo Formativo de Actividades Comerciales.
Antes de los 36 meses de edad, me diagnosticaron la condición del espectro autista, condición que forma parte de la diversidad funcional.
La diversidad funcional abarca condiciones que afectan la interacción de una persona con su entorno, como el autismo, el síndrome de Tourette, el síndrome de Down, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, entre otras muchas condiciones.
¿Pero, por qué escribo este artículo? Uno de los mayores problemas que se encuentran las personas con diversidad funcional a lo largo de su vida ocurre en el sector de la educación, sea pública, privada o concertada.
Llevo 14 años como estudiante, y he experimentado algunas estrategias que me preocupan. De nada sirve que obliguen a una persona a permanecer escolarizada hasta los 16 años de edad si no toman en cuenta las condiciones que tenga ni la incluyan en el entorno.
La orden de 6 octubre de 1995, por la que se regulan las adaptaciones del currículum en las enseñanzas del régimen general, la cual forma parte de la orden del DOG nº 213 de 07/11/1995, lleva tres décadas sin actualizarse. Dice ser la solución al problema pero es el problema. Define dicha medida, pero no especifica cuáles son, lo que hace depender de la voluntad del equipo docente. Muchos docentes no facilitan medidas de refuerzo educativo, piensan que solamente pueden ayudar por medio de una adaptación curricular; primero hay que agotar las medidas de refuerzo antes de llegar a la ACI, pero no saltarse directamente a la adaptación (solamente sería adecuado saltarse las medidas de refuerzo si la persona alumna tiene un evidente déficit intelectual que le impida beneficiarse de dichas medidas) Por otra parte, comentar que hay falta de profesores de apoyo educativo en los centros. Con respecto a este punto, decir adicionalmente que pienso que el profesorado debe formarse en materia de diversidad funcional.
Muchas personas con diversidad funcional no pueden estudiar lo que les gustaría, porque las medidas de refuerzo y adaptaciones curriculares no están contempladas en estudios post obligatorios (Bachillerato, Formación Profesional y Universidad) y cierra muchas puertas de estudio, lo que hace que se les dificulte más entrar en el interior del mundo laboral.
Desde mi punto de vista, defiendo la educación inclusiva y no la educación integradora. ¿Cuál es la diferencia entre la integración y la inclusión basada en mi punto de vista? Principalmente, la integración defiende que las personas se deben adaptar al sistema y la inclusión defiende que el sistema se debe adaptar a las personas. Comento esta parte porque desde primaria nadie nos enseña a socializar con la gente de los cursos diferentes (ni siquiera con los del mismo curso) en los recreos. Hay escasos centros educativos donde fomenten los patios inclusivos. Por otra parte, debería haber más charlas sobre diversidad funcional en centros educativos.
He observado también la falta de empresas para garantizar las prácticas del alumnado de Formación Profesional, y en cuanto a Segundo de Bachillerato, falta de medidas suficientes para aprobar la PAU.
También debe haber un plan de accesibilidad universal (física, sensorial y cognitiva) en los centros educativos. Accesibilidad física, porque debe haber ascensores, rampas y barandillas. Accesibilidad sensorial, porque el timbre suena demasiado fuerte y la luces no son regulables y deberían ser ajustables. Y accesibilidad cognitiva, porque deben ser espacios fáciles de entender, se deben usar pictogramas y encrucijadas (las típicas veletas) para ayudar a las personas extranjeras que no conocen nuestro idioma, personas con diversidad funcional o personas nuevas que no conocen el lugar. Además, la página web debe estar actualizada y con un plan de lectura fácil, ya que no puede contener demasiada literatura y debe ser fácil de leer para todo el público.