¿Y si tu próximo colaborador no necesitara oficina, ni horario, ni vacaciones, ni siquiera un DNI? Y no es ciencia ficción, estoy hablando del presente.
Estoy hablando de los robots y los agentes de inteligencia artificial que ya están transformando el mundo del trabajo y que harán posible lo que, hasta hace poco, parecía imposible.
Esta misma semana hemos visto titulares en todo el mundo que decían que Amazon no necesitará cubrir 600.000 empleos en los próximos años.
No porque vaya a reducir sus operaciones, sino porque la automatización, la robótica y la inteligencia artificial cubrirán esas funciones.
No es una predicción, es un cambio disruptivo en los modelos laborales que ya está en marcha.
Y es urgente que lo entendamos y lo asumamos:
En muchos casos, la IA y los robots no serán herramientas de apoyo que vienen a potenciarnos. Será fuerza laboral autónoma capaz de planificar, ejecutar y aprender para alcanzar objetivos complejos sustituyendo en sus funciones a personas que antes realizaban ese trabajo.
Esto no es teoría. Lo veo cada día en las organizaciones con las que trabajo: empresas que están viendo cómo rediseñar sus flujos de trabajo donde humanos, robots y agentes de IA trabajan como si fuesen un único equipo.
Por eso el futuro no está en resistirse a esta transformación, está en que la entendamos y diseñemos procesos que coordinen el talento humano la robótica y la inteligencia artificial.
A esto lo llamo Cognobótica: una alianza estratégica entre cerebro (humano), código (IA) y hardware (robótica). Una nueva forma de entender la colaboración.
Ya no basta con automatizar tareas monótonas o repetitivas, se trata de delegar progresivamente el trabajo cognitivo: decisiones, planificación, incluso ejecución táctica a la inteligencia artificial y a los robots.
Y para lograr esto necesitamos hacernos nuevas preguntas que rediseñen el concepto de colaboración entre humanos y máquinas.
Preguntas como:
¿Qué lugar queremos ocupar los humanos en esta revolución?
¿Qué tareas deben seguir en manos de un humano?
¿Un robot es solo una herramienta o un nuevo compañero de trabajo?
¿Quién asume la responsabilidad cuando una IA o un robot comete un error?
…
En mi opinión, la IA no viene a sustituirnos.
Pero sí viene a desplazarnos.
Desplazarnos para liberarnos y poder enfocarnos en lo que verdaderamente importa:
Lo estratégico.
Lo humano.
Lo ético.
La relación con las personas.
En definitiva, la visión de futuro que queremos construir como sociedad y generar un impacto más profundo y duradero.
Por eso estoy convencido de que la diferencia entre quienes liderarán esta transformación… y quienes la sufrirán… estará en la visión y en la capacidad de avanzar en este contexto.
Me queda la gran duda:
¿Están las empresas y la sociedad preparadas para este cambio?