Está en boca de muchos cómo la infancia absorbe experiencias, las procesa y actúa en base a ellas. Nos preguntamos si estamos ofreciendo espacios y vivencias capaces de cultivar empatía, respeto y compañerismo. En un mundo que cambia con rapidez, ¿tenemos entornos donde las y los menores aprendan a vivir y convivir desde la diversidad?

En ENKI creemos que los campamentos inclusivos son esa oportunidad transformadora. Desde 2019, hemos estado desarrollando Campamentos ENKI con una visión clara: ofrecer vivencias compartidas, accesibles y enriquecedoras para todas las infancias, sin excepción.

Creamos un espacio donde conviven las y los menores con distintas capacidades, compartiendo juegos, deportes adaptados, talleres creativos y dinámicas que invitan a colaborar y comprender que las diferencias no son barreras sino oportunidades para crecer juntos.

Nuestro equipo humano es uno de los pilares de los campamentos inclusivos ENKI, formado por profesionales con amplia experiencia en el trabajo con personas con discapacidad, combinamos distintos perfiles y funciones que se complementan entre sí. Contamos con monitoras y monitores que dinamizan y amenizan las actividades asegurando que todos participen de forma activa, y disponemos de personal especializado encargado de realizar adaptaciones y atender las necesidades específicas de cada participante; entre ellos, Terapeutas Ocupacionales que ajustan las propuestas para que sean accesibles, Educadores y Educadoras Sociales que fomentan la convivencia y el respeto, e Integradores e Integradoras Sociales que acompañan de cerca cada momento para garantizar que la inclusión sea una realidad y no solo una intención.

Desde el primer día observamos cómo la colaboración entre las personas participantes va evolucionando. Al inicio, algunas personas participantes sin discapacidad se muestran más cohibidos al interactuar con sus compañeras y compañeros con discapacidad, quizás por falta de experiencia o por miedo a no saber cómo ayudar; sin embargo, conforme avanzan los días y comparten actividades, juegos y retos comunes, esa timidez inicial se transforma en un trabajo en equipo natural y espontáneo, hasta el punto de que están siempre atentos a que todos estén participando, disfrutando y sintiéndose parte del grupo, generando un ambiente donde la inclusión se vive con alegría y sin barreras.

El campamento ENKI está organizado con un cronograma semanal que combina de forma equilibrada actividades físicas, creativas, lúdicas y de convivencia, siempre con un enfoque inclusivo.

Una de las actividades que más les gusta es el deporte adaptado, en la que participan las personas deportistas de ENKI, donde las personas participantes tienen la oportunidad de probar el diverso material y los vehículos adaptados que ponemos a su disposición para préstamo, descubriendo así, nuevas formas de disfrutar y practicar actividad física.

El Campamento ENKI se organiza por semanas independientes, lo que permite que las familias elijan inscribir a sus hijas e hijos en una o varias semanas según sus necesidades y disponibilidad, una flexibilidad que ha contribuido a que este año hayamos contado con un total de 160 personas participantes diferentes, un dato que refleja la confianza creciente en nuestro proyecto. Este verano, hemos reforzado nuestro compromiso con la inclusión, ampliando la oferta de plazas para personas con discapacidad, de manera que cada semana se ofertan 65 plazas, de las cuales 15 están reservadas específicamente para este colectivo. La demanda es tan alta que estas plazas, son siempre las primeras en agotarse, llegando incluso a generar lista de espera, una señal clara de que las familias valoran y buscan espacios de ocio inclusivos y de calidad como el que ofrecemos en ENKI.

Creemos que la infancia puede ser protagonista del cambio social y que cuando vive la inclusión de forma directa, desarrolla una mirada más abierta y un compromiso con el respeto a los demás, por eso cada verano apostamos por campamentos inclusivos que, no solo divierten, sino que transforman, porque la convivencia diversa es la mejor escuela de valores.

Hacer de la inclusión una experiencia viva, compartida, accesible y consciente es nuestro compromiso cada verano. Porque sí, creemos en la transformación real. Y confiamos plenamente en quienes tienen la capacidad de generarla: Las personas más pequeñas.

Lara Rey Dios

Educadora Social Fundación ENKI