Carlos y Jacobo Dans en el taller donde reparan relojes.

Carlos y Jacobo Dans en el taller donde reparan relojes. Quincemil

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Dans, el arte de arreglar relojes en A Coruña: "Con mantenimiento óptimo pueden durar un siglo"

Más de un siglo de actividad y cuatro generaciones. La familia Dans da nombre al prestigioso taller de relojería de la calle Juan Flórez, donde además de reparaciones se venden piezas de coleccionismo

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Bergondo es tierra de joyeros: la familia Suárez, los Aldao, los Dans. Benito Dans representa el origen, a finales del siglo XIX, de una tradición joyera que se especializó en relojes y que mantiene en la calle Juan Flórez de A Coruña uno de los más prestigiosos talleres de reparación que hay en España.

Los hermanos Carlos, Diego y Jacobo González Dans son hoy la cuarta generación de una saga que desde hace más de un siglo se adentra en las entrañas mecánicas de los relojes, en laberintos de piezas que necesitan ser limpiadas, arregladas o retiradas para ser reemplazadas por otras nuevas.

"Un reloj está en uso las 24 horas del día, no siempre con buen uso. Cualquier máquina tiene una vida limitada y si no se cuida, hay humedad, restos de oxidación, impurezas: desgaste. Con un mantenimiento óptimo un reloj puede durar más de un siglo", asegura Carlos Dans.

Esto lo saben bien sus clientes. Y cada mes hay más. Los que desde hace tiempo confían en ellos cuando falla algo en un reloj de pulsera, de mesa, de pared o monumental, y los que acuden por recomendación, "por muy buenas valoraciones en foros o en internet", de la ciudad o de cualquier parte de España. "La mitad de los clientes que tenemos en un mes son nuevos", confirma Dans.

Relojes antiguos reparados en el taller de Dans.

Relojes antiguos reparados en el taller de Dans. Quincemil

Entre ellos hay coleccionistas de relojes, aquellos que los llevan puestos o los que los guardan en casa. Aunque la firma lleva tiempo dedicándose solo al servicio técnico, compra y vende algunos relojes que encuentran mercado en el coleccionismo. "De gama alta o peculiares, que restauramos y vendemos certificados y garantizados. Rolex, Omega, Bulgari, algo emblemático muy de colección".

Por Dans han pasado algunos coleccionistas especiales poseedores de más de un centenar de relojes de viuda, o con cerca de 1.000 de pulsera, o con "colecciones brutales de Rolex". "Los relojes son una obsesión", admite esta familia en la que sus miembros empezaron desde muy jóvenes a volcar su vista e invertir su tiempo en los entresijos de los relojes.

El reloj de Tabacos, "un milagro"

Confiesa Carlos Dans que el reloj que "más satisfacción" le causó reparar fue el de la antigua fábrica de Tabacos de A Coruña. "Estuvimos más de un año con él, nos dio mucho trabajo y tuvo repercusión. Cuando se abandonó el edificio el reloj estaba entero pero no intacto, era un amasijo de óxido. Fue un milagro", cuentan Carlos y su hermano Jacobo.

Aquel reloj tuvo arreglo. ¿Lo tienen todos? "Si son mecánicos, casi todos. Otra cosa es que compense", responden. Porque la reparación de alguno puede llevar 300 horas o requiere "reconstruir media máquina", y eso hará que aumente mucho su precio.

Fachada del taller de relojería Dans en la calle Juan Flórez de A Coruña.

Fachada del taller de relojería Dans en la calle Juan Flórez de A Coruña. Quincemil

Lo que hace caro un reloj de marca, ese artículo asociado al lujo y al alto poder adquisitivo, es su manufactura, y a veces, apunta Jacobo Dans, el marketing.

"En general, los relojes caros son de mucha calidad, con materiales y acabados buenísimos y resultados estupendos. Su fama es merecida. Pero también hay otros sencillos con precios muy elevados".

Dans llegó a tener cuatro delegaciones nacionales además de su base en A Coruña. En la plantilla había familiares y empleados ajenos. Tras una reestructuración de la empresa y el abandono "de marcas que daban mucho trabajo y poco beneficio", hoy son seis personas en el negocio.

¿Habrá una quinta generación? "No hay trazas", responden los responsables de Dans con resignación; y algo de tristeza.