El director Jorge Coira durante el rodaje de 'Rapa'.

El director Jorge Coira durante el rodaje de 'Rapa'. Jaime Olmedo

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Jorge Coira, director: "'Rapa' se podría contar fuera de Ferrolterra, pero sería otra historia"

El gallego es uno de los nombres detrás de un thriller que triunfó en los Mestre Mateo con 11 galardones

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Un crimen por resolver y la química entre los protagonistas —una sargento de la Guardia Civil y un profesor que encuentra en los misterios un afán por vivir— son la fórmula detrás de Rapa, una de las series gallegas que más éxito ha cosechado en los últimos años. Sin ir más lejos, su tercera y última temporada volvió de los Premios Mestre Mateo con once galardones, entre ellos el de mejor serie por tercer año consecutivo.

Jorge Coira (Rábade, 1971) es el director de esta serie en la primera y en la última temporada, un regreso a detrás de las cámaras para cerrar la historia que fue "un regalazo". Junto con Javier Cámara, uno de los protagonistas, Coira se alzó con la estatuilla de mejor dirección en los premios gallegos.

Con la serie producida por Portocabo y Movistar+ ya terminada, el director reflexiona sobre el viaje de Tomás, Maite, Tacho y todo el equipo de Rapa en estos años de rodaje en Ferrolterra.

¿Desde un principio se concibió 'Rapa' como una serie de tres temporadas?

Sí, pero no exclusivamente. Lo que hablamos, que es lo que habíamos comentado en el caso de Hierro, era que se planteaba hacer tres, pero que cada una tuviera sentido por sí misma. Es decir, que si por la razón que sea no se pudiesen hacer las tres, que tuvieran sentido y fueran conclusivas.

Finalmente sí que se pudieron hacer las tres y tuvieron mucho éxito. ¿Cuál es el secreto?

A mí el secreto del éxito se me escapa muchísimo. Hay cosas que funcionaron muy bien como la pareja protagonista. La relación personal entre Javier y Mónica, y con todo el equipo, hizo que aquello fluyese. Luego se incorpora Darío Loureiro, y se convierte en una especie de familia. Cuando hay esa conexión, como espectadores también conectamos. Y luego, el hecho de descubrir entornos fuera de lo común como la zona de Ferrolterra, que tiene unas particularidades muy poderosas, con esos contrastes entre el mundo urbano e industrial y en el otro extremo esa naturaleza del mundo de la Rapa.

El conflicto principal de la serie es esa idea de alguien que no es muy bueno en esto de vivir y a través de la investigación de crímenes empieza a conectar con la vida

Jorge Coira, director

¿Cómo han evolucionado los personajes con la serie?

Me parecía de lo más interesante la evolución del personaje de Javier, porque en la primera temporada se descubre que tiene una enfermedad degenerativa. El conflicto principal de toda la serie es esa idea de alguien que no es muy bueno en esto de vivir. No es un tipo empático, es un poco borde, es mal profesor, le salió mal su vida familiar... Es un desastre en muchos aspectos. De repente, a través de la investigación de crímenes empieza a conectar con la vida. Ese conflicto interno del personaje explota en la tercera temporada y transitamos con él todas las contradicciones, las dudas, los miedos, las certezas, las alegrías... Fue una cuestión ética de respeto a toda la gente que vive situaciones como esa, teniendo esa cierta levedad que tiene la serie, que no fuésemos banales. La levedad es algo maravilloso y en el thriller hay un elemento del juego, pero eso no podía convertirlo en banal. Creo que en la tercera temporada es en la que todo se recoloca dándole sentido a lo anterior.

El último capítulo de 'Rapa' se estrenó cuando se aprobó la ley de eutanasia. ¿Cómo abordasteis tratar un tema tan delicado?

Esto fue una casualidad gigantesca e inesperada y casi mágica. Queríamos ser respetuosos con el propio personaje y ser coherentes con él. Nos importaba mucho dejar claro que no es que nos parezca la mejor decisión, sino que es la que él tomaría. Apostamos claramente por esa idea de que, opines lo que opines, todos debemos tener libertad. Es obviamente un momento terrible y es demoledor, pero nos hace mucho mejores como sociedad permitir que quien quiera tomar esa decisión sea libre para hacerlo. Teníamos muy en el recuerdo a Ramón Sampedro. Fue una lucha digna y que hace que el país sea más digno.

Jorge Coira durante el rodaje de 'Rapa'.

Jorge Coira durante el rodaje de 'Rapa'. Jaime Olmedo

'Rapa' es una serie emocionante y emocional. ¿Qué momento recuerdas como más emotivo?

Sin ninguna duda, la escena del episodio 6. Es un momento clave para los tres personajes. Para mí, fue de los mejores y peores momentos de mi vida. Hubo una magia muy, muy especial y muy poderosa durante todo el proceso. Es la única vez en mi vida en la que realmente me costó mucho poder dirigir porque me rompía de emoción. No podía evitar echarme a llorar, veías al equipo con gafas de sol... Pero al mismo tiempo, fue preciosa la conexión del equipo con los actores y con los personajes y el compromiso con la historia que estábamos contando. Creo que no soy capaz de ver ese momento sin desmontarme.

Volviendo al paisaje, ¿qué relevancia tiene Ferrolterra para la serie?

Darle valor y darle peso al lugar donde vas a contar la historia hace que crezca. A mí me aporta la posibilidad de conocer otras formas de ver la vida, otros lugares, otras formas de pensar y poder transmitirle eso al público. Para mí fue un descubrimiento a lo bestia en Hierro, porque era un mundo que yo no conocía, pero en este caso, yo conocía Ferrolterra, pero no conocía el astillero, ni el mundo de las rapas das bestas. De alguna manera da coherencia y cohesión a toda la historia.

No habría 'Rapa' sin Ferrolterra.

Claro, la historia se podría contar en otros sitios, pero entonces sería otra historia. Puedes no darle ningún valor al entorno y creo que eso es una pena, o puedes darle valor y hacer que que toda la historia sea más permeable y será más rica, más compleja y más interesante.

Jorge Coira durante el rodaje de 'Rapa'.

Jorge Coira durante el rodaje de 'Rapa'. Jaime Olmedo

Como gallego, ¿qué supuso poder rodar en Galicia?

Una gozada poder compartir Galicia con todos los que quieran acercarse a la serie. Había una sensación de responsabilidad. Mi mirada sobre la isla del Hierro era muy auténtica, la conocí para la serie, pero sobre Ferrol y el norte de Galicia es muy cariñosa, pero no exótica, con lo cual tenía miedo de transmitir algo más flojo. Esa preocupación enseguida se desvaneció porque fue muy orgánico y sencillo. Luego, estaba lo de poder contar con más equipo de Galicia. La cantidad gigantesca de actrices y de actores gallegos que participaron quizá trajo lo único negativo. No calculé bien la cantidad de actores y actrices con las que me habría encantado trabajar y que no fue viable.

¿Fue esa una espina clavada?

Sí, es una espinita clavada que queda en general en la vida. A mí hay muchos más actores y actrices con los que me gustaría trabajar que con los que puedo trabajar. Y directores de fotografía, compositores, ayudantes de dirección... Por otro lado, también hay mucha gente con la que acabas estableciendo una relación de amistad y una colaboración muy profunda. Me encanta repetir.

Repites precisamente con tu hermano Pepe y con Fran Araújo, guionistas de la serie. ¿Cómo fue trabajar juntos?

Muy sencillo. Siempre hubo una muy buena comunicación, incluso cuando no estábamos de acuerdo. Recuerdo un pequeño elemento del final que estuvimos dándole vueltas porque yo proponía hacerlo de una manera y Fran proponía hacerlo de otra. Pepe estaba en el medio. Al final, de una forma muy orgánica y nada conflictiva, acabamos haciendo algo intermedio. Es un gusto cuando no se trabaja desde egos heridos y nadie tiene la necesidad de ganar, sino que es un trabajo puro de colaboración donde hay muchísimo cariño y respeto profesional.

Uno de los premios de la serie en los Mestre Mateo fue a mejor guión, ¿os ceñisteis mucho a él durante el rodaje?

Siempre hay cambios. Una serie no es una traducción directa de un guión. Al mismo tiempo yo diría que la serie es extremadamente cercana al guión. Durante el rodaje, para mí el objetivo es que lo que capte la cámara esté muy vivo. Tenemos un guión maravilloso con el que trabajamos y ahora necesitamos montar una escena y que esté viva, que no sea simplemente intentar ejecutar.

Jorge Coira durante el rodaje de 'Rapa'.

Jorge Coira durante el rodaje de 'Rapa'. Jaime Olmedo

De todas formas, en un capítulo Javier Cámara es quien se pone al mando de la dirección.

Eso fue muy divertido. Me propusieron esa idea de decirle a Javier de hacer un episodio. Me pareció una idea simpática, pensando también en que no fuera ninguna obligación, que fuera algo que a él le apeteciera. Él con frecuencia tenía buenas ideas de puestas en escena que no nacían de una visión egoísta. Es facilísimo trabajar con Javier, es un tipo extremadamente generoso, simpático y agradable. De vez en cuando proponía alguna cosa y decías: "¡Ostras, qué bien pensado está!". Era capaz de no mirarse a sí mismo, sino mirar la escena y mirar la historia. Se lo propusimos y fue muy divertida la reacción.

¿Cómo reaccionó?

Por un lado, le apetecía mucho. Yo creo que le hizo ilusión la propuesta y le apeteció. Enseguida también le entraban dudas. Ya había dirigido alguna cosa en Venga Juan y Vamos Juan, que es otro tipo de serie con un trabajo espectacular, pero la narrativa en sí misma es más sencilla. Él pedía mucha ayuda hasta unas pocas semanas antes de empezar a rodar, en las que de repente notabas que lo estaba disfrutando mucho. Yo los primeros días estuve atento por si me necesitaba, pero claramente no me necesitaba en absoluto. Tenía súper claro lo que quería contar y el equipo estaba también totalmente a favor. Tenía mucha gracia lo de ir comentando como colegas directores cómo le había ido el día, qué tal había sido el rodaje...

'Hierro' y 'Rapa' son series hermanas

Jorge Coira, director

¿Como director, haber rodado antes 'Hierro' te preparó para 'Rapa'?

Totalmente. De alguna manera, siendo historias muy diferentes, claramente son series hermanas. Son dos thrillers con una mirada claramente humanista en los que se juega con el género, pero también se rompen las reglas y entran elementos de drama y de comedia. Hay una mirada común de explorar las razones que llevan a la violencia, al crimen, desde un lugar puramente humano. De alguna manera el estilo se fue afinando, pero también hay decisiones que separan estéticas. La elección de las ópticas, del color y demás, son totalmente diferentes en una serie y en otra, pero de alguna manera sí que hay una línea de continuidad inevitable.

¿Qué tiene Galicia o qué tenemos los gallegos para que nos guste tanto un thriller?

En Galicia hay toda una tradición de esa línea, ya en la literatura. El thriller tiene algo muy útil para contar historias que son unos elementos de misterio que nos hacen conectar como espectadores y nos resultan atractivos. Pero al mismo tiempo, meterte en los extremos sociales, en el mundo del crimen, te permite radiografiar la sociedad. Me imagino que pasa en muchos más lugares, pero en Galicia hay mucho gusto por el humor negro. Es algo que está muy enganchado en nuestra cultura. Una serie fundacional del audiovisual gallego, Mareas vivas, inicialmente estaba alejadísima del mundo del thriller y de una forma muy orgánica fue empezando a tirar por ahí. Debemos de tener ahí algo en la parte de atrás del cerebro.

La retranca tiene algo de thriller.

Sí. En muchos casos el humor negro tiene mucha retranca. Hay algo ahí.