
El HMS Serpent
El trágico naufragio de la Costa da Morte que tiene su propio cementerio: solo hubo 3 supervivientes
175 tripulantes iban a bordo de un barco que nunca logró llegar a su destino al verse sorprendido por un temporal que le hizo chocar contra las rocas de Punta do Boi, en Camariñas (A Coruña)
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Las costas gallegas albergan en sus profundidades un valioso patrimonio arqueológico, resultado de varios naufragios a lo largo de los siglos. Existen más de 1.500 embarcaciones hundidas, aunque se cree que la cifra real es mucho más elevada. Esto puede deberse a la situación geográfica de Galicia, pues se encuentra en una de las rutas de tráfico marítimo más importantes de la historia. Además, las fuertes corrientes y vientos han contribuido a que zonas como la Costa da Morte (A Coruña) se conviertan en uno de los mayores cementerios de barcos de Europa.
En este sentido, una de las mayores catástrofes marítimas ocurrió la noche del 10 de noviembre de 1890. Ese día, el buque Serpent tuvo un destino de lo más trágico al chocar contra las rocas de Punta do Boi, en Camariñas. El acorazado británico zarpó de Plymouth rumbo a Sierra Leona, pero nunca llegó a su destino. Te lo contamos.
Había 175 tripulantes, solo sobrevivieron 3

Cemiterio dos Ingleses, en Camariñas
El municipio de Camariñas cuenta con un rincón llamado "O Cemiterio dos ingleses", donde se rinde homenaje a los fallecidos en un naufragio ocurrido en la Costa da Morte. No obstante, fueron tres los hundimientos a finales del siglo XIX más sonados en el litoral camariñés: el del Iris Hull (1883), el Serpent (1890) y el Trinacria (1893).
El naufragio del HMS Serpent es uno de los más conocidos, sobre todo por los lugareños que conocen su historia y todas las leyendas que giran alrededor de este suceso. Se trata de un acorazado de la Royal Navy Británica que encontró su trágico destino la noche del 10 de noviembre entre la Punta do Boi y la Punta da Cagada, en Camariñas. Los tripulantes de esta nave están enterrados en este cementerio, cerca del Cabo Vilán.
El HMS Serpent era un crucero de la clase "Archer", con 68 metros de eslora, 11 de manga y un desplazamiento de 1.770 toneladas. Partió del puerto de Plymouth el 8 de noviembre de 1890 con destino a Sierra Leona, pero nunca consiguió llegar a su destino. A bordo iban 175 tripulantes. Al día siguiente, 9 de noviembre, un fuerte temporal sorprendió al barco, desviándose de su rumbo correcto. La mañana del 10 de noviembre avistaron una costa a babor y, llegada la noche, los vigías siguieron las órdenes de los oficiales de buscar la luz del faro Vilán, el cual no contaba con la suficiente potencia por funcionar a vapor. Poco después de las 22:30 horas el buque encalló en unas rocas cerca de Punta do Boi, en la temida Costa da Morte, quedando atrapado.
El capitán trató de poner el barco en marcha, pero no funcionó. Así, las órdenes fueron abandonar el barco, tirar al mar todo lo que valiese para poder flotar, y arriar los botes salvavidas. De este fatídico suceso, solo tres tripulantes lograron sobrevivir: Benjamin Burton, Onesipherous Luxton y Frederik Gould -este último encontrado por el alcalde de Camariñas y su ayudante de marina-. Fueron los únicos que llevaban chaleco salvavidas, una novedad en la época y de la que no había suficientes a bordo para toda la tripulación.
Más de un mes tardaron en identificar 142 cadáveres encontrados en el mar, los cuales fueron enterrados en el Cemiterio dos ingleses, único en el mundo por estar dedicado exclusivamente a los fallecidos de un solo barco. El resto de tripulantes nunca llegaron a encontrarse.
Nuevo Faro Vilán

Faro del Cabo Vilán en la actualidad
El nuevo faro se construyó en la parte más elevada del Cabo Vilán, a 80 metros sobre el nivel del mar que, sumados a los 24 metros de su torre, alcanza una altura total de 104 metros. De esta forma, se amplía su alcance luminoso hasta alcanzar 28 millas náuticas (unos 50 kilómetros).
Fue el primer faro del noroeste peninsular en funcionar con energía eléctrica, siendo todo un avance sin precedentes en la seguridad marítima de la Costa da Morte. Además, junto con el faro de Fisterra, fue el primero en emitir de manera continua una señal radioeléctrica en morse. Un avance clave para reducir los naufragios en una de las zonas más peligrosas del Atlántico.