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Los siete "road trips" más divertidos que pueden hacerse por Galicia

Desde la costa al interior, repasamos las mejores rutas por carretera que permiten descubrir algunos de los rincones más emblemáticos y espectaculares de la región
Galicia desde las Rías Baixas hasta la Ribeira Sacra.
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Galicia desde las Rías Baixas hasta la Ribeira Sacra.
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Los viajes por carretera están de moda, sobre todo en el norte de España. Sin embargo, y pese a lo que pueda parecer, no se trata de una tendencia del todo reciente: se dice que fue Bertha Benz, la esposa del magnate creador de Mercedes Benz, quien en el año 1888 realizó en Alemania el primer road trip del mundo. Desde entonces, las rutas turísticas en coche no han dejado de proliferar y ganar adeptos, en parte porque ofrecen un mayor grado de libertad y flexibilidad que los desplazamientos convencionales a la hora de descubrir los rincones increíbles que se esconden en cada territorio.

Por todo ello, Galicia configura sin lugar a dudas uno de los mejores destinos para aquellos viajeros que prefieren dejarse sorprender por la gastronomía, la cultura y los espectaculares paisajes que se extienden desde la costa hasta el interior de la comunidad. En esta breve guía os proponemos un recorrido a través de algunos de los mejores escenarios al volante de Galicia, desde las emblemáticas Rías Baixas o la Costa da Morte hasta el corazón de la región para descubrir la belleza natural de la Ribeira Sacra o incluso los montes más altos del territorio. 

Rías Baixas

Hórreos de Combarro, Pontevedra. Foto: Shutterstock

Desde el estuario del Miño hasta la ría de Corcubión, las Rías Baixas conforman un destino ideal para todos aquellos que buscan disfrutar de un viaje por carretera de película. Naturaleza autóctona, castillos centenarios, arenales paradisíacos, viñedos y Albariño, una gastronomía excelente y el océano Atlántico como telón de fondo. Si queremos descubrir el encanto de este rincón del sur de Galicia al completo tendremos que dedicar varios días para recorrer el grueso del trazado costero desde la localidad de A Guarda y su famoso Monte de Santa Tegra, hasta el entorno de la cascada de Ézaro, Monte Pindo y Fisterra. 

Si bien cada viajero establece su propio itinerario según su disponibilidad y preferencias, hay varios lugares de obligada visita en este road trip por las Rías Baixas. Los molinos de Folón y Picón en O Rosal, el Monasterio de Santa María de Oia o el icónico Castillo de Monterreal en Baiona son algunos de los puntos más destacados antes de alcanzar las grandes urbes de Vigo y Pontevedra. Más allá de estos núcleos históricos y sus de sobra conocidos atractivos turísticos, el encantador pueblo de Combarro y sus hórreos alineados frente al mar también merecen una parada en este camino por carretera. En lo que respecta a los rincones mágicos de la comarca do Salnés y de Caldas, lugares como el Faro de Punta Cabalo en la Illa de Arousa, las ruinas de Santa Mariña de Dozo en Cambados, el Monasterio de Armenteira en Meis o las Torres de Oeste en Catoira son sólo algunos de los espacios y monumentos más representativos de este último punto en la provincia de Pontevedra.

Ya en la otra cara de la ría de Arousa, la península do Barbanza también alberga algunos de los tesoros naturales más importantes de las Rías Baixas, entre ellos el Parque Natural de las Dunas de Corrubedo y lagunas de Carregal y Vixán. La ruta por litoral sur de Galicia continúa con la vista puesta en el trazado serpenteante de la ría de Muros e Noia así como la cercana ría de Corcubión, descubriendo una buena parte de la historia más remota de Galicia a través de espacios tan interesantes como Castro Baroña en Porto do Son o el Olimpo celta del Monte Pindo, todo ello antes de alcanzar el "fin del mundo" en Cabo de Fisterra.

Costa da Morte

Faro del Cabo de Finisterre. Foto: Cedida

A Costa da Morte es otro de los destinos turísticos más emblemáticos de Galicia, cuyo trazado costero se extiende a lo largo de varios kilómetros por todo el noroeste de la provincia de A Coruña. En este punto de Galicia el paisaje se caracteriza por una naturaleza salvaje precedida de abruptos acantilados y la dureza del océano. Cabe destacar que en este recorrido sinuoso frente al mar discurre una de las rutas a pie más conocidas de la provincia de A Coruña: O Camiños dos Faros, un recorrido de más de 200 kilómetros que une los principales vigías costeros desde Fisterra hasta Malpica. De hecho, este mismo itinerario puede seguirse en un divertido viaje por carretera en el que podremos descubrir asimismo diferentes arenales, dunas, ríos, villas marineras e impresionantes miradores con el horizonte puesto siempre en el oeste. 

La ruta da comienzo a la altura del Cabo de Fisterra, desde donde pondremos rumbo hacia Muxía, Camariñas y Camelle. En nuestro primer destino destacan rincones y monumentos del patrimonio etnográfico y religioso como el famoso Faro de Touriñán, el Santuario de la Virgen da Barca o el Castillo de Vimianzo. Ya en el entorno de la villa camariñesa, el Faro de Cabo Vilán, la duna Rampante del Monte Branco o el Cementerio de los Ingleses conforman algunas de las paradas obligatorias a esta altura de la ruta; y ya en Camelle, no podremos abandonar la localidad sin antes visitar famosa la Casa-museo del alemán Man de Camelle.

Por último, la ruta por la Costa da Morte nos adentra en los límites territoriales de los municipios de Laxe, Ponteceso y Malpica. En el caso particular de la pequeña villa de Laxe, el entorno también alberga un bonito faro construido en 1920 en uno de sus cabos, así como uno de los arenales más singulares de Galicia: la conocida como Playa de los Cristales. Por su parte en Ponteceso, el Faro de Rocudo configura el lugar y la figura más emblemática de la localidad. Por último, no podremos dejar atrás la Costa da Morte sin antes visitar en Malpica os Muíños de Ardeleiro, contemplar las Illas Sisargas o sumar a la lista de faros el vigía de Punta Nariga.

Costa Ártabra

Puesta de sol en el Cabo Ortegal, Galicia. Foto: Shutterstock

En la provincia de A Coruña, la Costa Ártabra configura otro de los itinerarios más interesantes a la hora disfrutar de paisajes espectaculares a lo largo de más de 140 kilómetros por carretera ―incluso 190 km si alargamos el recorrido para incluir los límites territoriales de la ciudad de A Coruña. Con todo, la ruta más concurrida de la Costa Ártabra se extiende desde el entorno del Cabo Prior, en la ría de Ferrol, hasta el faro situado en el Cabo Ortegal, enmarcado ya en el concello de Cariño y la ría de Ortigueira.  

Uno de los atractivos de esta ruta se esconde a medio camino entre las rías de Cedeira y Ortigueira, en la conocida Serra da Capelada, lugar en el que se sitúan los acantilados más altos de la Europa Continental: allí, los abruptos precipicios de Vixía Herbeira se alzan hasta los 630 metros de altura en la cumbre de A Moa. Más allá de este hito del patrimonio natural de Galicia, en esta ruta por la Costa Ártabra también resultan de obligada visita lugares como San Andrés de Teixido ("vai de morto o que non foi de vivo"), la ensenada de San Andrés, las singulares islas Gabeiras, así como las Punta de O Cadro y O Limo, la última parada antes de alcanzar la pequeña villa de Cariño, que marca el inicio del tramo final hasta el icónico faro de Cabo Ortegal. 

Rías Altas

La playa de As Catedrais, en Ribadeo (Lugo). Foto: Shutterstock

A largo de unos 280 kilómetros de litoral, las Rías Altas gallegas recorren el área que abarca desde la ría de Cedeira hasta la de Ribadeo, en el límite con Asturias. Dejando a un lado la zona que abarca los límites de la Costa Ártabra, uno de los primeros puntos en este road trip por el norte de Galicia nos traslada hasta el famoso banco de Loibo, bautizado en su día como el banco más bonito del mundo. Unos kilómetros más adelante, en el municipio de Mañón, Estaca de Bares marca la división convencional entre el mar Cantábrico, al este, y la masa oceánica del Atlántico, en el noroeste. Este cabo se encuentra muy cerca también de otro punto emblemático de la geografía lucense: Punta Fuciño do Porco, una singular formación rocosa por la que se extiende toda una pasarela de madera en un sendero de inigualable belleza. 

En el caso particular de la superficie que abarca la Mariña Lucense por costa, localidades como Viveiro (la otra ciudad de Galicia con galerías de cristal), San Cibrao, Sargadelos, Burela o Foz, configuran algunas de las paradas obligatorias de este viaje por carretera. Hacia el tramo final de este itinerario, deberemos dedicar una buena parte de nuestro tiempo para visitar tanto la famosa playa de las Catedrales como la bonita localidad de Ribadeo, ya en el límite de Galicia con el Principado de Asturias. Y si queremos culminar este road trip por las Rías Altas por todo lo alto, la mejor opción será tomar un desvío hacia el interior de la provincia y descubrir así los encantos de la ciudad amurallada de Lugo

Ribeira Sacra

Panorámica de los cañones del río Sil, en la Ribeira Sacra. Foto: Shutterstock

De la costa pasamos ahora al interior para descubrir uno de los rincones más bonitos de Galicia: entre viñedos, bodegas, miradores y antiguos monasterios, la riqueza natural y patrimonial de la Ribeira Sacra convierte a este destino a medio camino entre las provincias de Lugo y Ourense en uno de los más completos y visitados del territorio. Esta zona del interior de Galicia engloba más de una veintena de municipios, así que aquellos viajeros que busquen descubrir la totalidad de la Ribeira Sacra deberán dedicar varios días para completar el reto. 

A pesar de la grandeza de este destino, existen unos cuantos imprescindibles que merece la pena anotar en nuestra agenda para este road trip de interior. La localidad lucense de Monforte de Lemos, capital de la comarca de Terra de Lemos y la Ribeira Sacra, conforma un excelente punto de partida para sumergirnos en el corazón de este paraje natural entre los ríos Miño y Sil. Siguiendo el curso del río otras de las paradas obligatorias se encuentran en puntos como el mirador del Cabo do Mundo o de Matacás en Parada de Sil, Praia da Cova y el embalse de Belesar o los encantadores pueblos de Os Peareas y Chantada. Por otra parte, si queremos contemplar la plenitud del río Sil y los entresijos de la viticultura heroica, uno de los mejores lugares será la aldea de Doade, enmarcada en el municipio de Sober.

Macizo Central ourensano

Chandrexa de Queixa, Ourense. Foto: Turismo de Ourense

Entre naturaleza agreste y espectaculares paisajes, el Macizo Central ourensano esconde algunas de las montañas más altas de Galicia, cuyo techo en la Serra da Queixa y el monte de Cabeza de Manzaneda se encuentra dividido entre las cumbres de Cabeza Grande, a unos 1.781 metros de altitud y Cabeza Pequena, que alcanza los 1. 776 metros. En este recorrido para descubrir el interior de la provincia de Ourense, el trayecto por carretera se extiende desde el municipio de Montederramo hasta Manzaneda, donde se encuentra la única estación de montaña de todo el territorio gallego. En el inicio de este itinerario podremos descubrir lugares tan representativos como el Monasterio de Santa María y "O Bidueiral" de Montederramo, los márgenes del río Mao y el embalse de Queixa, o las tranquilas tierras de Chandreza de Queixa que se sitúan a escasos kilómetros antes de alcanzar la famosa estación de esquí de la localidad ourenseana.   

Bonus track: ruta N-VI de Madrid a Coruña

Torre de Hércules de A Coruña. Foto: Canal Historia

En Galicia también existe un recorrido por carretera basado en la famosa Ruta 66 americana, aunque en esta versión española los 600 kilómetros de aventura entrelazan las ciudades de A Coruña y Madrid. Esta iniciativa que promueve un turismo slow ―es decir, con medios de transporte sostenibles y con el objetivo de descubrir la cultura y el patrimonio local― discurre por la histórica carretera radial desde el Km 0 de la Puerta del Sol de Madrid hasta la emblemática Torre de Hércules, ya en la ciudad de A Coruña. En este trayecto de película entre las comunidades autónomas de Madrid, Castilla y León y Galicia, lugares como Olmedo y Tordesillas en Valladolid o el Castillo de la Mota, ya en Medina del Campo, resultan imprescindibles en esta experiencia que se disfruta a cámara lenta.  

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