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El St Ives gallego o el encanto de un pintoresco pueblo de pescadores en el sur de Galicia

Desde la costa más salvaje de Cornualles hasta el turístico litoral de las Rías Baixas, A Guarda comparte el paisaje y la esencia de uno de los pueblos marineros con más encanto de Inglaterra
Panorámica de A Guarda, Galicia.
Panorámica de A Guarda, Galicia.
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No hace falta viajar al extranjero desde Galicia para descubrir el encanto de lugares tan magnéticos como la costa inglesa. Lo cierto es que ambas regiones comparten grandes similitudes a nivel paísajistico, con un litoral marcado por cientos de kilómetros de naturaleza, arenales vírgenes y un sinfín de pueblos pintorescos. Una de las comparaciones más repetidas entre ciudades gallegas e inglesas nos traslada hasta el sur de Galicia, concretamente a la villa marinera de A Guarda. Esta localidad pontevedresa es a menudo comparada con otra ubicada en la península de Cornualles: St Ives, un pueblito inglés de esencia marinera que sirvió de inspiración a cientos de artistas de diferentes disciplinas

Sobre A Guarda y St Ives podría decirse que ambas ciudades son conocidas por mantener un estilo de vida que sigue los compases del mar desde tiempos inmemorables, pero también por elementos tan característicos como sus llamativas casas de colores así como por presentar una exquisita gastronomía (sobre todo en cuanto a mariscos y pescados se refiere). De hecho, en el caso particular de A Guarda es importante destacar que dichas fachadas coloridas esconden un pasado marcado por la historia de los indianos y que hoy en día conforman uno de los conjuntos arquitectónicos de casas indianas más pintorescos de toda Galicia. 

El encanto marinero de A Guarda

Puerto de A Guarda. Foto: Shutterstock

Situado bajo las faldas de un antiguo castro milenario y en el lugar exacto donde el río Miño junta sus aguas con el océano Atlántico, A Guarda está considerado uno de los pueblos marineros con más encanto del sur de Galicia. Hablamos de un lugar cuyo paisaje urbano enamora a todo aquel visitante que recorre sus callejuelas por primera vez entre fachadas coloridas, casas marineras y avenidas empedradas que conservan toda la esencia de los pueblos de antaño. Además, por todo el municipio podemos encontrar un gran número de puntos de interés (históricos, culturales, naturales...), siendo el castro de Santa Trega el mayor reclamo turístico de la localidad.

Pero más allá de este hito de la arqueología en Galicia, tanto el puerto pesquero como el casco antiguo de A Guarda conforman dos de los rincones imprescindibles en la ruta de cualquier viajero por la localidad. De hecho, cabe destacar que muy cerca del paseo marítimo se encuentra la calle Malteses, una de las avenidas que más casas marineras alberga en toda su extensión. Asimismo, en este itinerario por el patrimonio histórico y natural de la localidad, la ruta de las casas indianas, edificadas entre la segunda mitad del siglo XX y principios del XX, conforma otro de los planes favoritos de aquellas personas que buscan recorrer A Guarda al tiempo que descubren un poco más sobre su historia. Y por otro lado, en lo que respecta al universo gastronómico, cabe destacar que la localidad de A Guarda es conocida en toda Galicia como "la capital de la langosta". De hecho, el municipio cuenta con su propia fiesta de exaltación a este manjar marino que lleva celebrándose cada verano desde el año 1991.

Más allá de Galicia: la historia del pueblo de St Ives

Bahía de St Ives, Cornualles. Foto: Visit Cornwall

Al sur de Inglaterra, en la salvaje e increíble costa de Cornualles se enmarca el pequeño pueblo de St. Ives, un lugar que durante siglos se había mantenido vinculado a la pesca y la minería ―los dos principales motores económicos del pueblo hasta mediados del siglo XX. Lo cierto es que hasta el año 1890, la villa marinera de St Ives podía presumir de ser el cuarto puerto pesquero más importante de toda Inglaterra. Y sin embargo, a día de hoy aquellos que todavía pescan lo hacen simplemente por recreo y de las minas ya no queda ni rastro. El cambio de paradigma en la localidad apuntó un día hacia el turismo y un futuro incierto, y la realidad es que St Ives es ahora una de las zonas más deprimidas (económicamente hablando) del Reino Unido. 

A pesar del declive, cuando los mares empezaron a ser menos productivos y las minas dejaron de tener el valor de antaño en el mercado, los artistas llegaron para conquistar el pueblo de St Ives. Lo más curioso de todos es que fueron muchos los pintores y escultores que establecieron su residencia en este rincón del sur de Inglaterra, probablemente atraídos e inspirados por la melancólica belleza de este antiguo pueblo de pescadores. Entre la colonia de artistas más reconocidos destacan figuras como la de Alfred Wallis, Christopher Wood, Ben Nicholson o Bárbara Hepworth, una de las artistas británicas más talentosas e influyentes del siglo XX. De hecho, esta especialista en escultura abstracta cuenta con su propia casa-museo gestionada por la afamada Tate Gallery de St Ives.  

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