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Dr. Freire: Un lustro de la llegada a A Coruña de un láser vaginal frente a la menopausia

Este tratamiento con tan solo tres sesiones de pocos minutos ha ayudado a centenares de mujeres a solucionar problemas derivados de la menopausia o el posparto
El Dr. Freire Bazarra en su clínica de A Coruña.
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El Dr. Freire Bazarra en su clínica de A Coruña.
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El Dr. Freire Bazarra es un ginecólogo coruñés con más de 40 años de trayectoria a sus espaldas que se decidió hace un lustro a incorporar en su clínica de A Coruña (San Andrés, 123) un innovador láser vaginal, siendo uno de los pioneros en Galicia en la utilización de este tratamiento. En tan solo tres sesiones de pocos minutos ha ayudado a centenares de mujeres a solucionar problemas derivados de la menopausia (incontinencia urinaria leve, atrofia vaginal...) o del posparto (laxitud vaginal, entre otros).

El profesional decidió implantar el uso de esta tecnología innovadora y poco extendida en España (en América es muy habitual) debido a que siempre le ha interesado la etapa menopáusica de las mujeres "dado que ocupa más de un tercio de su vida” y en la que defiende que "ellas continúan en plenitud de facultades desde el punto de vista laboral, personal o familiar aunque su vida reproductiva haya llegado a su fin".

Los tres principales problemas que el láser trata de solucionar son: el proceso de atrofia de la mucosa vulvar y vaginal, pérdidas de orina relacionadas con esfuerzos o la hiperlaxitud vaginal que se puede producir después de un parto. Este tratamiento es indoloro y poco invasivo y el Dr. Freire lo describe como "una sensación prácticamente idéntica a la que se produce cuando una mujer se somete a una ecografía".

"La gente tiene un concepto peyorativo de la menopausia"

El Dr. Freire comenzó a interesarse en el ámbito de la menopausia desde la época en la que trabajó para la Xunta en el área de la mujer. "Es una etapa de la que quizás la gente tiene un concepto peyorativo, de decir "está menopáusica". Esto siempre me llamó la atención porque afortunadamente el alargamiento de la vida de la mujer con una esperanza de vida actual de 85 años, supone que la menopausia va a ocupar más de un tercio de su vida", expone.

Su primer contacto con el láser vaginal fue en octubre del 2015 en el Congreso Mundial de Ginecología de Vancouver (Canadá), donde admite que "quedó encantado" con los resultados del tratamiento que presentaron sus homólogos americanos en lo relacionado con este tipo de terapia. En abril de 2016 comenzó a usarla en su clínica de A Coruña preparándose a conciencia para aplicar esta tecnología con garantías. El doctor explica a Quincemil que todo versa sobre el déficit de estrógenos que paulatinamente va produciendo la involución en la mucosa vulvovaginal que da lugar a síntomas muy desagradables que se solían tratar con cremas y geles hidratantes.

"El tratamiento con láser representó un cambio de paradigma en tanto que con tres sesiones se produce una renovación de esa mucosa que vuelve a adoptar las características que tenía antes de la menopausia", afirma, sobre lo que matiza que "gracias a esto desaparecen todos esos síntomas y las mujeres no necesitan estar continuamente aplicándose geles, óvulos o haciendo tratamientos hormonales", asegura Carlos. En esta línea, matiza que "estos tratamientos son muy útiles si se quiere hacer un tratamiento general de los síntomas desagradables de la menopausia siempre y cuando no estén contraindicados para poder realizarlos o bien superada una determinada edad en la que ya no está indicado continuar con su uso".

Un tratamiento cómodo e indoloro

El láser es el tratamiento más cómodo para mujeres que sufren el Síndrome Urogenital de la Menopausia, es decir, atrofia en la mucosa vulvar y vaginal (que genera dolor en las relaciones sexuales, sensación de sequedad e incluso mal olor); y para las que padecen pérdidas de orina por esfuerzos (algo que se da con frecuencia después de partos y en la postmenopausia) obligando a muchas de ellas a llevar protecciones como compresas por miedo a pérdidas en acciones cotidianas como toser, estornudar o correr.

Además, también es una solución para la denominada hiperlaxitud vaginal, que sufren mujeres "que han experimentado partos largos o cuyos bebés han sido grandes y pierden capacidad de sensibilidad al quedar la vagina amplia", detalla el Dr. Freire. Esto puede provocar también una disminución en la calidad de las relaciones sexuales, lo que con el láser se puede atajar realizando tensado vaginal "con el que la vagina vuelve a un estado similar al de antes del parto", apunta, mientras recuerda que en el  Congreso Mundial sobre Controversias en Obstetricia, Ginecología e Infertilidad (COGI) celebrado en París al que asistió en 2019, "se aconsejaba a las mujeres realizar este tensado en el tercer o cuarto mes tras el parto, una técnica que en América muchas embarazadas realizan de manera común tras tener a su bebé independientemente de que la vagina esté más o menos laxa", afirma el Dr. Freire.

El tratamiento con láser ginecológico tiene tres indicaciones fundamentales: laxitud vaginal fundamentalmente post parto, incontinencia urinaria de esfuerzo leve-moderada (con un grado de satisfacción de los pacientes de entre el 65 y el 70%) y la atrofia vulvovaginal postmenopáusica, más conocida como sequedad vaginal. En esta última, según el Dr. Freire, el grado de satisfacción "está alrededor del 95%" y subraya que "el láser es muy efectivo en estos casos, porque no es un método invasivo ni requiere hospitalización porque se lleva a cabo de manera ambulatoria".

Además, existen alternativas al tratamiento con láser con prácticamente los mismos resultados. Entre las opciones, además de la terapia hormonal sustitutiva de menopausia, se encuentran las cremas de estrógenos de uso casi diario y el tratamiento no hormonal, que puede ser por vía oral como el Ospemifeno (tratamiento que actúa selectivamente sobre la vagina con la toma de un comprimido a diario) o por vía vaginal como la Prasterona (que promueve la regeneración de la mucosa vulvovaginal). Sin embargo, ambos tratamientos requieren su utilización continua, ya que en el momento que se dejen, se producirá una involución de la mucosa vulvovaginal, volviendo la situación a su origen.

Resultados desde la primera sesión

El tratamiento del láser ginecológico se realiza con un total de tres sesiones de aproximadamente 12 minutos por sesión y con intervalos de cinco semanas entre ellas. El objetivo es "ir viendo los cambios que se van produciendo y adaptando la intensidad", pero admite que en casos de incontinencia "puede ser necesaria alguna sesión más". En general, el ginecólogo expone que "se debe realizar una sesión de mantenimiento cada año para conservar los efectos logrados. "Llevo cinco años realizando este tratamiento y nunca he tenido ningún caso problemático. Dado que también se realiza a nivel vulvar, utilizo una crema anestésica externa para evitar cualquier tipo de hipersensibilidad siendo escasas las ocasiones en que una vez ha pasado el efecto anestésico pueda presentarse sensación de irritación o enrojecimiento de la zona en las primeras horas, pero nada más allá", argumenta.

Los resultados del láser se notan desde la primera sesión, momento en el que la sequedad empieza a difuminarse. "Las mejoras a la hora de mantener relaciones se notan generalmente después de la segunda sesión", dice el Dr. Freire, aunque reconoce que en ocasiones realiza también tratamientos sexológicos en mujeres que padecen dolor en el coito "porque es necesario cambiar el chip que relaciona el coito con el dolor, por lo que es frecuente que durante un tiempo sea recomendable el uso de lubricantes".

Cuando empezó a usar este método y vio los "magníficos resultados", opinó que "el tratamiento con láser iba a ser más conocido". "Me llama la atención que no funciona adecuadamente el boca a boca y es muy importante que alguien que se haya beneficiado del tratamiento ayude a familiares o amigas que estén en una situación similar. No sé si no se habla por timidez o porque son temas muy íntimos y por esto muchas mujeres desconocen que existen terapias específicas para paliar sus problemas y ya no solo el láser, sino también las otras terapias", indica.

"Nosotros en la historia clínica tenemos que sacar los problemas a relucir porque sino la mayoría de las pacientes no nos dicen que no tienen relaciones sexuales porque tienen molestias, sensación de sequedad o esas pequeñas pérdidas de orina que tienen asumidas porque les parece que es normal a su edad. Pero una vez que sacamos el tema se explican y les expongo las distintas posibilidades de tratamiento para que valoren lo que quieren hacer", cuenta.

Presente y futuro del láser ginecológico

En los cinco años que lleva utilizando el láser, el Dr. Freire Bazarra ha acumulado mucha experiencia y pone de relevancia que "a medio plazo es más barato que los tratamientos farmacológicos porque a partir del primer año las revisiones son anuales". "Hago un tratamiento progresivo, primero con dosis bajas y dependiendo del grado de atrofia de la paciente. Esto es debido a que no es lo mismo una mujer que ha tenido hace poco la menopausia y quiere prevenir que esto le llegue a ocurrir, a una mujer que lleva años con menopausia y una atrofia importante", describe.

Además, el láser tiene aplicaciones estéticas y quirúrgicas y cuenta con punteros con los que se pueden destruir desde verrugas vulvares a realizar biopsias de cuello, entre otros. "El láser tiene aplicaciones extraordinarias y lo utilizan otros especialistas como oftalmólogos, otorrinos o cirujanos plásticos. En ginecología lleve relativamente poco tiempo pero muchos estudios avalan estos tratamientos", expone.

El Dr. Freire se muestra esperanzado con los grandes avances tecnológicos que se están produciendo en los últimos años en medicina y apunta sobre todo a estudios sobre nuevos transductores que se están realizando y "con los que se pretende, por ejemplo, que se puedan introducir por la uretra para intentar atajar incontinencias más rebeldes". "La tecnología está en constante evolución e igual en un tiempo en vez de tres sesiones de láser con una sea suficiente, todo puede ser".

Asimismo, hace un llamamiento a las mujeres a que "no callen ni pasen sus síntomas en silencio" y les recuerda que "disponen de excelentes soluciones, bien farmacológicas o con el tratamiento de láser, a las que pueden recurrir porque la diferencia en la calidad de vida es sustancial y es absurdo el mantenerse en esta situación", concluye.

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