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7 vinos gallegos imprescindibles según Miguel Crunia, uno de los mejores sumilleres del mundo

El experto señala que en Galicia "no somos conscientes del valor de nuestros vinos" y explica que causan sensación en Reino Unido, donde fue elegido como uno de los 25 sumilleres del país
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Hace unas semanas os recomendamos algunos restaurantes de Galicia que teníais que probar según uno de nuestros mejores chefs, Pepe Vieira. Hoy, para acompañar alguna de esas ricas comidas o para agasajar a algún ser querido, os proponemos siete vinos de nuestra tierra que tenéis que probar.

Lo hacemos de la mano de toda una voz experta, Miguel Crunia, que fue elegido entre los mejores 25 mejores sumilleres de Reino Unido y que está entre los mejores del mundo. El sumiller se define como "un defensor del trabajo de productores más pequeñitos, de escala más artesanal, que hacen vinos que hablan de terruño, ya que vinifican de una manera poco intervencionista".

Miguel Crunia señala que en Galicia muchas veces "no somos conscientes del valor de nuestros vinos" y explica que en Reino Unido causan sensación, llegando a pagar los clientes el doble de su precio en España. Por ello, reclama que las DOs sean algo más flexibles para poner en valor el trabajo de los pequeños productores. A continuación os dejamos sus siete recomendaciones:

Górgola, Brut Nature, Cabanas das Bolboretas, Rías Baixas, 2019

¿Qué dice el sumiller? Gritémoslo a los cuatro vientos: ¡En Galicia por fin se hacen burbujas de calidad! Sin dudarlo ni un segundo, este es el método clásico (que es el que usan en Champán, pero como ya no le podemos llamar Champenoise pues nos toca usar este) de Albariño más fino que he catado hasta ahora. Los aromas autolíticos están presentes (aromas de panadería, tofes, caramelos...), ya que al fin y al cabo pasó 31 meses envejeciendo en rima, pero respetan todo el carácter varietal de la uva Albariña (manzana asada, piel de cítricos, mirabeles). Esta bodega del Salnés se ha convertido en una artesana del tiempo para dar vida a estas burbujas oceánicas de perlage hipnótico de las que sólo hacen 1740 botellas. Aunque la textura en boca sea una mousse bastante fina, recomiendo decantarlo para romperle un poquito la burbuja más agresiva y que el vino sea un puro espectáculo ya que tiene una columna vertebral ácida que invita a la guarda.

Apa, Adega Sergio Álvarez, O Rosal, 2022 (fuera de DO)

¿Qué dice el sumiller? Seguimos en Rías, pero vamos a adentrarnos en el Rosal (zona de Marzán) para descubrir un proyecto pequeño capitaneado por Sergio Álvarez (sumiller) y Roberto Bruña (bodeguero) usando como punto de partida la "enxebre" y modesta bodega familiar y las pequeñas viñas heredadas del abuelo de Sergio. Este vino está hecho enteramente con la variedad blanca Loureiro (también llamada Marqués en la zona), que proviene de una finca muy pequeña que está llena de parras bajitas de 120 años de edad. Un vino muy chulo que no te da puñetazo en la cara aromáticamente hablando, pero si que expresa su carácter varietal con mucha personalidad: un vino muy cítrico (pomelo, limón), herbal (laurel, salvia), y con dejes florales como el pétalo de rosa. De trago muy dinámico que pasa por boca tan afiladito como una katana. Se producen muy poquitas botellas por lo que no dudéis en haceros con ellas si las veis porque está de escándalo.

Ribeiras de Armea, Branco Lexítimo + Agudelo, IXP Betanzos, 2019

¿Qué dice el sumiller? ¿A cuántos de vosotros os siguen chirriando los dientes al pensar en esos vinos ácidos de Betanzos? Bueno, pues es hora que dejéis los prejuicios a un lado y busquéis el trabajazo de José Beade, el hombre detrás de Ribeiras de Armea, en Paderne, quien tiene viñedos pegaditos a los ríos Mendo y Mandeo. Esta cuvée está hecha principalmente con la caste noble de la zona, la Branco Lexítimo, aunque también lleva algo de Agudelo para darnos un vino súper expresivo ya que le han dejado macerar con sus pieles en frío antes de fermentar. Que no os explote la cabeza, porque este vino envejece en barrica vieja, donde permanece en contacto con sus lías finas para ganar textura en boca. Si te gustan los aromas anisados, a orejones y membrillo fresco, este vino te va a flipar. A pesar de tener una boca grasa, no se hace pesado gracias a esa tensión y dinamismo que nos ofrece su acidez. ¡Ojito con Betanzos!

Tres Vellas, Viñedos Históricos, Pedro Méndez, Salnés, 2020 (fuera de DO)

¿Qué dice el sumiller? No conocía el trabajo de Pedro hasta que me lo sirvieron el pasado mes de Junio en una cata a ciegas en A Coruña, llevándome su vino directo al corazón del Salnés. Ojito con esta cuvée porque va a dar muy mucho de lo que hablar. Estamos ante un Albariño que nace de cepas donde las más jóvenes tienen 80 años y algunas pasan de los 100. Un vino en la que cada parcela aporta su seña de identidad: la de Simes aporta una acidez muy característica, la de Villalonga salinidad debido a su contacto con las nieblas matinales, y la de Padriñán, que es más cálida, le da volumen al vino. Así pues, espérate un vino con el que disfrutarás mucho. Textural, tenso, muy varietal, granítico y con la sutileza de los tostados que denotan su paso por madera usada (donde fermenta y envejece durante 10 meses cada parcela por separado). Otro con el potencial de envejecer hasta el infinito y más allá. 

Mil Vueltas, A Ferreira, Adega Sernande, Ribeira Sacra, 2020 (fuera de la DO)

¿Qué dice el sumiller? Esta adega, liderada por Antonio y María José, se encuentra en Ferreira de Pantón, en la ribera del río Sil. En este caso las uvas provienen del viñedo A Ferreira (en Vilachá de Salvador), una viña de 80 años que pertenecía al abuelo de María José en la que conviven coplantadas variedades tintas y blancas. De este viñedo nace un tinto de los siempre, como los que se hacían hace 200 años, en donde todas las variedades de esta parcela fermentan juntas, para luego estabilizarse en un depósito neutral, de acero. Las gentes del lugar plantaban de esta forma antaño para conseguir el estilo de vino que a ellos les gustase. Destacan mucho las frutas silvestres (fresa, frambuesa de monte, grosellas) y la cereza amarga. Tiene un tanino muy agradable y el trago resulta cálido y amable, pero con mucha fluidez y verticalidad. Le salen unos dejes herbales muy chulos (pensad en eucaliptos y helechos).

Bodegas L'Ombre, Simone, Sousón, Ribeiro, 2015 (fuera de la DO)

¿Qué dice el sumiller? Me gusta describir a Jorge Pérez como un "one man show" ya que lo hace todo él sólo. Desde el trabajo en bodega (restauró una antigua adega tradicional de granito en Cenlle) al trabajo en su viña de 1.5ha, preciosa, amurallada al más puro estilo Clos francés a los piés del Miño. Tan sólo una pequeña parte de esa viña son vides viejas de Sousón, de las que saca tan sólo una ínfima producción. ¡Esto si que es un unicornio! Afina muchísimo el vino en botella hasta que considera que está listo, cosa que es de agradecer ya que el Sousón es una uva tozuda con elevada astringencia y acidez. Este 2015 está domadito, siendo uno de los vinos gallegos más elegantes que me haya echado a la boca. El vino es como un paseo por una fraga gallega ya que en nariz viene cargadito con aromas a moras silvestres, grosellas, eucaliptos, helechos, "fiunchos", castañas, petricor y flores silvestres. Nivelazo.

Para do Pé, VDN, Boas Vides, Ribeiro, NV (fuera de la DO)

¿Qué dice el sumiller? Nos encontramos ahora con uno de mis "adegueiros" favoritos. Antonio Míguez Amil tiene una sensibilidad guiada por esa férvida tesón por recuperar los vinos históricos de las laderas del Valle del Avia. Fue esa curiosidad la que le llevó a descubrir que ya desde tiempos inmemoriales, en el Ribeiro, se hacían los "tostados"; vinos dulces que nacen de la semi-pasificación de las castes, en este caso, Treixadura, Albariño y Albillo do Avia en secaderos desde su vendimia a principios de septiembre hasta su prensado en enero. Este tostado echa entre seis meses y dos años en barrica de roble. Tiempo vago porque no estamos ante un vino de añada ya que Antonio mezcla el tostado echando una cosecha por encima de la otra, creando un sistema similar al de las solera, son el fin de que este néctar se vaya asentando y madurando para darnos un vino dulce natural muy delicado y complejo, con un paso por boca que no se hace empalagoso ya preserva una acidez natural que lo llena de vida. Con este vino vamos a beber un poco de historia, ya que este vino, tradicionalmente, se bebía en las grandes ocasiones o se usaba para repagar favores.

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