La gallega María Luz Morales, primera mujer en dirigir un periódico en España

El 27 de diciembre de 1904 se estrenaba en Londres una obra teatral del escritor escocés James M. Barrie. Transformada en un libro para niños en 1911, las aventuras de Peter Pan y Wendy en el País de Nunca Jamás, cambiarían para siempre la vida de millones de niños y adultos. Pero no sería hasta 1925, que una de las más bellas historias jamás contadas fue traducida al castellano. Y lo hizo gracias a una periodista gallega nacida en A Coruña, que tenía que firmar con seudónimo por el simple hecho de ser mujer. Su trabajo era tan extraordinario que la legendaria productora Paramount vino desde Hollywood a contratarla para que les ayudara a traducir sus superproducciones. Esta coruñesa era tan excepcional que, en plena Guerra Civil, se convirtió en la primera mujer en dirigir un periódico de tirada nacional en España. Esta es la historia de María Luz Morales Godoy, una mujer que nunca quiso ser otra cosa que periodista.

María Luz nacía en A Coruña el 1 de enero de 1889. Debido al trabajo de su padre, Funcionario de Hacienda, se trasladó muy joven a Barcelona tras un breve paso por Andalucía, donde muy pronto descubrió su vocación, ya que le fascinaba todo lo relacionado con el arte, la literatura o el teatro. Cursó el Bachillerato en el Institut de Cultura per la Dona y la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad Nova de Barcelona.

Tras licenciarse decidió que iba a ser periodista, profesión que las mujeres no solían ejercer, o que lo hacían de manera clandestina, firmando sus trabajos con seudónimos. Si eras una mujer no podías participar de manera activa en el periodismo diario.

El talento de María Luz era tan extraordinario que, tras enviar una crónica a un concurso a la revista “El Hogar y la Moda”, no solo ganó, sino que fue nombrada directora de la publicación en 1921, puesto que ostentó durante cinco años.

En 1923 envió varios ensayos a La Vanguardia y otra vez su talento y la calidad de sus escritos, le abrieron la puerta del periódico. En 1924 se hizo cargo de la crítica cinematográfica bajo el seudónimo de Felipe Centeno, en homenaje a la obra de Benito Pérez Galdós. El cine era considerado todavía un arte menor, pero María Luz pasa así a ser una más de la redacción, convirtiéndose en la única mujer que trabajaba en ella. Más adelante se ocuparía también de la crítica teatral, mucho más valorada.

Colabora también con el periódico madrileño “El Sol”, compartiendo páginas con Ortega y Gasset, Marañón y otros ilustres de la época. Gracias a sus estancias en Madrid llegó a conocer a Federico García Lorca, a la Premio Nobel Gabriela Mistral o a la legendaria Marie Curie, de la que fue anfitriona y guía durante su estancia en la capital.

Su extraordinario trabajo como crítica de cine llamó también la atención de Hollywood. Paramount Pictures, la reina de las superproducciones históricas, quiso conocer a Felipe Centeno, aquel redactorde La Vanguardia que tan buenas críticas realizaba sobre cine. Tras la sorpresa inicial al descubrir que Felipe realmente era una mujer, la Paramount, sabedores de su excepcional competencia, la contrató como asesora de la productora para la traducción y adaptación de sus películas en España, además de para dirigir su revista.

Pero llegó la Guerra Civil, y todo cambió. En 1936, comenzada la guerra, la Generalitat catalana incautaba varios diarios, entre los que se encontraba La Vanguardia. Su director, Agustí Calvet, se ve obligado a huir. Era muy urgente nombrar a un nuevo director. El Comité del diario necesitaba un periodista de prestigio que se llevara bien con los periodistas, con los trabajadores de los talleres de impresión, con los sindicatos… María Luz era la persona perfecta. 

Y accedió al nombramiento, pero con dos sencillas condiciones:
1. Sería provisional
2. No hablaría sobre temas políticos. Ella solo haría periodismo

Y así fue como el viernes 7 de agosto de 1936, la única mujer de la redacción, se convertía en la primera y única directora de La Vanguardia de su historia, y en la primera directora de un periódico de tirada nacional en España. Durante los algo más de seis meses en los que ocuparía el cargo siempre intentó limar asperezas y ayudar a personas de ambos bandos tanto con avales, como ayudándoles a esconderse. El pago por ayudar a los demás fue ser perseguida y represaliada por el régimen franquista.

Tras el fin de la guerra, todos los redactores de La Vanguardia fueron cesados pendientes de enjuiciamiento, se les retiró el pasaporte y fueron deshabilitados como periodistas. María Luz fue acusada en 1940 de simpatizar con el nacionalismo gallego y de dirigir un diario “rojo”, lo que le valió la expulsión de la profesión y ser encarcelada durante cuarenta días en el convento de Sarriá.

Durante su cautiverio escribió varias novelas bajo seudónimo, publicó una de las primeras historias del cine en castellano y adaptó varios clásicos de la literatura para el público infantil. En 1948 le devolvían el carnet de periodista y empezaría a trabajar en la redacción del Diario de Barcelona.

Era una mujer ecuánime, honesta, elegante, educada, cordial y tolerante que llegó a ser conocida como La Gran Dama de la Prensa. Fue además una autora increíblemente prolífica ya que, además de su labor como periodista, realizó traducciones, escribió obras de teatro, poesía, novelas, libros sobre cine, biografías y hasta una enciclopedia.

Por su labor recibió numerosos premios a lo largo de toda su carrera: La Medalla y el Diploma de Caballero de las Palmas Académicas de Francia en 1956, el Premio Nacional de Teatro en 1963, el Premio de periodismo Eugenio d’Ors en 1970, el Lazo de Isabel La Católica en 1971, el Premio de periodismo Ciudad de Barcelona en 1972 o la Medalla del Mérito en el Teatro en 1976.

Además, recientemente se crearon en España dos premios en reconocimiento a su importante labor y su figura:

• Premio de Periodismo María Luz Morales, concedido por La Fundación La Caixa, La Vanguardia y el Observatorio Cultural de Género.
• Premios María Luz Morales de Investigación Audiovisual, concedido por la Real Academia Gallega del Audiovisual.

María Luz decía: “Yo nunca dejaré de escribir, porque me es tan necesario como el respirar”. Y eso hizo hasta el día de su muerte, el 22 de septiembre de 1980, a los 91 años de edad. Días antes había entregado su último artículo al Diario de Barcelona, tal y como había hecho durante más de treinta años, en los que transformó el periodismo cultural en un género literario que ella se encargó de aderezar con algunas de sus críticas, convertidas ya en joyas inmortales.

Sorprendentemente la figura de La Gran Dama de la Prensa sigue siendo todavía hoy muy desconocida, otra mujer que la historia oficial borró, a pesar de ser merecedora de un lugar destacado en el mundo del periodismo en España. Por eso desde hoy, y para siempre, María Luz ya es parte de nuestras Historias de la Historia.

Historias de la Historia…

Iván Fernández Amil. Top Inspira LinkedIn. Storyteller. Jefe de Compras.

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Referencias:

• MORALES GODOY, M.L. Alguien a quien conocí. Editorial Renacimiento, 2019
• CABRÉ, M.A. María Luz Morales, pionera del periodismo. Editorial La Vanguardia, 2017
• es.wikipedia.org
• umhsapines.com
• lavanguardia.com
• elcultural.com
• gentedelasafor.es
• abc.es
• elespanol.com
• acorunhadasmulleres.gal
• dbe.rah.es
• nomecuentescuentos.com