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En Santiago de Compostela no hay mar: Siete planes alternativos para disfrutar del buen tiempo

Hay muchas opciones para disfrutar del sol con familia y amigos gracias a los diversos parques, miradores y terrazas que se encuentran esparcidos por la ciudad
Atardecer en la estatua de los peregrinos, en el Monte del Gozo.
Atardecer en la estatua de los peregrinos, en el Monte del Gozo.

Santiago es la segunda ciudad más lluviosa de España, sólo superada por San Sebastián. Los compostelanos demuestran cada invierno que se pueden hacer todo tipo de planes a pesar de la lluvia. Sin embargo, cada vez que llega el sol Compostela lo celebra.  

El verano está empezado a asomarse por la capital y su gente ya ha empezado a buscar formas de disfrutar del buen tiempo. Y es que Santiago no tiene mar, pero sí tiene infinidad de lugares y actividades que hacen que ser de interior no sea tan difícil.  

¿No se te ocurre ningún plan? ¿Buscas ideas para este fin de semana? En Quincemil te traemos varias propuestas que te quitarán las ganas de subirte al coche o utilizar el abono de tren para pisar la arena.  

Comer de picnic en Bonaval  

Parque de Bonaval.

Preparar bocatas de tortilla o tuppers de ensaladilla para pasar el día en la playa está bien, pero montarte un picnic en Bonaval poco tiene que envidiarle a ese plan. Y es que el parque de San Domingos de Bonaval, situado en el barrio de San Pedro, es el lugar perfecto para comer un día soleado. 

Lleno de gente joven y un ambiente de absoluta tranquilidad cuenta con unas espectaculares vistas a la Catedral. Además, tiene zonas de sol y también de sombra donde poder desplegar tu toalla y disfrutar de un buen picoteo.  

Dar un paseo por el río Sarela  

Como si de otra realidad se tratara, el paseo del río Sarela es completamente ajeno al caos y al ajetreo de la ciudad. Adentrado en el bosque y plagado de árboles y vegetación muy diversa, tiene una extensión de 10 kilómetros y una pendiente de poco más de 250 metros.  

Va desde el puente del Romaño hasta el puente de A Amañecida y atraviesa puentes y pasarelas de madera, molinos y hasta antiguas fábricas del siglo XIX. Se trata de un plan perfecto para los amantes del deporte y la naturaleza. 

Refrescarte en la playa fluvial de Tapia  

Playa fluvial de Tapia.

La playa fluvial de Tapia, en las afueras de Santiago, es una opción ideal si buscas darte un chapuzón para sobrellevar el calor. Con la frescura del río Tambre y los frondosos árboles que rodean la zona es una buena forma de escapar del bullicio urbano sumergiéndote en aguas cristalinas. 

Además de un ambiente tranquilo y natural, tiene muy buenas instalaciones, con zonas de picnic, de recreo y servicios como duchas y vestuarios. También es un buen lugar para hacer senderismo o, para amantes de las actividades acuáticas, practicar deportes como piragüismo o paddle surf.  

Cenar de tapas por el casco histórico  

Una de las tapas que se pueden encontrar en la zona histórica.

Menos deportivo pero igual de placentero es salir a cenar por el casco histórico, donde la oferta gastronómica es variada y muy rica. Tan fácil es encontrar una porción de pizza o de tortilla, como acabar cenando una tapa de criollo marino y sepia o una de oreja.  

Muchos locales incluyen tapas con cada consumición, además de la opción de pedir raciones y medias raciones en interiores y terrazas. Tampoco es de extrañar que la cena venga acompañada de música en directo o algún espectáculo cultural, como poesía o impro.  

Salir a correr por la Alameda  

Una bonita vista de la Catedral de Santiago desde la Alameda

Un plan más activo es el de salir a correr, y qué mejor escenario que la emblemática Alameda de Santiago. Este parque histórico, en el mismísimo centro de la ciudad, cuenta con 85.000 metros cuadrados de senderos, jardines y zonas arboladas. Un sitio perfecto para hacer deporte al aire libre que lo convierte en una de las opciones más escogidas por los locales.  

Además, su ubicación permite, una vez acabado el entrenamiento, parar a tomar algo en alguna de las terrazas situadas junto en frente o disfrutar de un refrescante helado en uno de sus bancos.  

Ir a patinar a la Ciudad de la Cultura  

Exterior de la Ciudad de la Cultura.

Si lo tuyo no es correr y prefieres ponerte los patines la Ciudad de la Cultura cuenta con pistas lisas y hasta una pista de skate para los fans de los monopatines. Pero no sólo eso, también es posible practicar otros deportes como la escalada, gracias al rocódromo instalado recientemente en el complejo arquitectónico.  

Al acabar podrás tomarte un respiro en los más de 11.500 metros cuadrados que componen el jardín, adornado con estanques, plantas y árboles de 30 especies distintas.  

Ver el atardecer en el Monte del Gozo  

Atardecer en el Monte del Gozo.

Por último, una opción relajante para acabar el día es ir a ver el atardecer al Monte del Gozo. Desde lo alto de esta emblemática colina se puede apreciar una vista panorámica que abarca la ciudad histórica y, en días claros, incluso las torres de la Catedral. 

Cargado de simbolismo para los peregrinos del Camino, ofrece un ambiente tranquilo y sereno. Sus senderos invitan a pasear y ofrecen una atmósfera especial, donde  personas de diversas procedencias y también compostelanos se reúnen para ver caer el sol.  

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