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Las aguas residuales alertaron en julio del brote de coronavirus en A Coruña

El sistema está funcionando con resultados satisfactorios, hasta el punto de que un modelo matemático permite calcular con un margen de error mínimo el número de contagiados en una determinada zona, incluidos los asintomáticos
La depuradora de A Coruña.
Edar de Bens
La depuradora de A Coruña.
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La detección del coronavirus en aguas residuales es uno de los aspectos que más ha esperanzado a los científicos en la lucha contra la enfermedad y consideran este hecho fundamental para la prevención de nuevas oleadas porque ofrece datos actuales sobre su evolución, incluidos los asintomáticos, según ha adelantado El Confidencial. En el caso de A Coruña, gracias al análisis en la depuradora de Bens se detectó en julio el primer caso positivo, una alerta que fue trasladada inmediatamente a la Xunta.

Esa fue una señal del origen del importante rebrote registrado en este área sanitaria en las últimas semanas, pero las medidas no llegaron hasta semanas después (cierre del ocio nocturno y restricciones sociales) del hallazgo en la depuradora que abastece a 360.000 habitantes de la ciudad herculina y ayuntamientos próximos. Por su parte, el Servicio Galego de Saúde (Sergas) ha señalado que fue “a mediados de julio” cuando comienzan a detectarse copias genómicas de SARS-CoV-2 en aguas residuales en Bens, “cuando también se tenía constancia de los casos existentes a través de vigilancia epidemiológica”.

La alerta del equipo de Bens ha puesto de manifiesto un problema que está afectando en esta segunda oleada a los distintos equipos de detección en depuradoras y que se trata de la la ausencia de un protocolo de actuación en el caso de alerta por incremento del virus detectado. El sistema está funcionando con resultados satisfactorios, hasta el punto de que un modelo matemático permite calcular con un margen de error mínimo el número de contagiados en una determinada zona, incluidos los asintomáticos.

Pruebas en el alcantarillado

Las pruebas en el alcantarillado permiten averiguar si en una determinada área geográfica existen positivos por coronavirus y este sistema puede detectar hasta cinco positivos por cada 100.000 personas y se actualiza en tiempo real. Al mismo tiempo, el Ministerio de Sanidad ha solicitado a todas las comunidades autónomas los resultados que dispongan sobre aguas residuales en relación con la carga viral del coronavirus, aunque no todas los han compartido.

En el caso de A Coruña, el presidente de la Xunta anunció hace semanas un cribado masivo a 60.000 personas de entre 18 y 40 años con 1.000 pruebas diarias, lo que supone una duración aproximada del rastreo de dos meses. Este período podría reducirse de forma notable si se combinase con un análisis de aguas residuales por zonas con pruebas en el alcantarillado que permiten averiguar si en una determinada área geográfica, barrio o incluso edificio existen o no positivos.

Asimismo, la investigación en Bens lo realiza desde el pasado abril un equipo multidisciplinar conformado por microbiólogos, ingenieros, matemáticos, informáticos y químicos de la Universidade da Coruña (UDC), del Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña (Inibic), del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC), del Centro de Investigación en TIC (Citic) y del Centro de Investigaciones Científicas Avanzadas (CICA).

La evolución de la carga viral del material que llega a la planta ha permitido determinar con precisión la evolución de la pandemia, tanto durante la desescalada como con el actual rebrote, cuya vigilancia y previsión eran dos de sus principales objetivos. A parte, la razón de la precisión de este sistema en la detección de casos se basa en que cuando hay una infección, lo primero que se ve afectado es el intestino del infectado.

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