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Brote de chinches en el albergue Padre Rubinos de A Coruña: "Es puntual y ya está controlado"

La dirección resalta que nunca antes habían detectado chinches en el centro y recuerda que es un problema que se da de forma habitual en espacios por los que pasan muchas personas diariamente
Sede del albergue Padre Rubinos en Labañou
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Sede del albergue Padre Rubinos en Labañou
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Las chinches han estado de actualidad este año Galicia tras confirmarse su presencia en distintos puntos del Camino de Santiago a finales del verano. Esta semana ha sido el albergue del Padre Rubinos de A Coruña al que le ha tocado sufrir por primera vez la visita de estos insectos que producen picaduras a los seres humanos, y que son muy difíciles de ver a simple vista. No obstante, desde la dirección aseguran que se trata de algo "puntual" y que ya se ha controlado.

En el centro detectaron la presencia de chinches el pasado lunes en una de las estancias, y enseguida se pusieron en contacto con la empresa que coordina el control de plagas, que comenzó la desinfección. Este jueves "se dio otro recordatorio" y la dirección asegura que "ningún otro usuario del albergue ha reportado más incidencias".

Desde el albergue, destinado a la atención de personas sin hogar, subrayan que es normal que puedan darse este tipo de brotes en centros por los que pasa mucha gente, con continuas entradas y salidas, y recuerdan también lo ocurrido en el Camino de Santiago durante el pasado verano.

En ese sentido, la dirección lamenta que poner el foco en la existencia de chinches en un centro como el Padre Rubinos pueda llevar a la "estigmatización", cuando se trata de algo habitual en albergues y que, de hecho, nunca antes le había pasado a esta institución.

"Una de las plagas más complicadas"

Víctor Bouzón, director de la empresa de control de plagas Mantis en A Coruña, confirma que las chinches se pueden dar de forma habitual en espacios por los que pasa un gran número de personas, como los albergues, y asegura que este problema "ha crecido exponencialmente este año en Galicia".

La chiche "se trata de un insecto hematófago", es decir, que se alimenta de sangre, produciendo picaduras en los humanos y, según detalla el experto, "suele anidar cerca de su huésped". Además, tienen sensibilidad a la luz, por lo que anida en estructuras tales como camas, colchones, enchufes y todo tipo de huecos de la habitación.

"Está siempre ahí, y cuando una persona se acuesta en la cama detecta el incremento de temperatura del cuerpo, además del CO2 de la respiración, y es cuando sale de su escondite y pica", explica.

Para acabar con ellas se hace habitualmente uso de un tratamiento químico. "Hay que aplicarlo tanto a las superficies de la habitación, como a las estructuras", además, "la ropa de cama hay que lavarla a 65 grados para eliminar lo que tuviera". Existen asimismo otros métodos, "como la criogenización o las aspiradoras, pero el principal es el tratamiento químico", asegura.

Con todo, Bouzón apunta que la plaga de chinches "es una de las más complicadas de erradicar completamente", ya que "tienen una capacidad muy grande de crear resistencia a los insecticidas". Una condición "que se hereda genéticamente", de modo que las crías de chinches inmunes, también lo son.

A ello se suma el comportamiento de los huevos, que "en condiciones normales eclosiona en 24 días o 1 mes, pero si no tiene un huésped cercano", es decir, una persona o un animal para alimentarse de él, "el huevo puede estar en estado latente más de 1 año hasta que entra alguien".

Es por ello, que el experto recomienda que tras realizar el tratamiento siga habiendo gente en la estancia "para que los huevos salgan al exterior". Algo que, al menos, se cumple en el caso de los albergues.

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