Parque canino de Santa Margarita

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Vecinos de Santa Margarita en A Coruña recogen firmas para establecer un horario para el parque canino

Las obras realizadas en el recinto han generado conflictos entre vecinos y dueños de mascotas por los ruidos nocturnos y la falta de separación entre el parque y la acera

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La convivencia entre dueños de perros y vecinos se ha tensado en el entorno del parque canino de Santa Margarita, en A Coruña. Desde que el Concello amplió el recinto, la separación entre la acera por la que pasan los peatones y el espacio para perros es muy limitada.

Las mascotas no pueden evitar llevar su atención a los viandantes que pasan por la acera que da al espacio canino.

Hace unas semanas, Quincemil recogía la denuncia de varios usuarios del parque, que afirmaban sufrir "acoso" por parte de personas que paseaban cerca: escupitajos, insultos e incluso amenazas de muerte hacia sus perros. Creían que era gente que pernoctaba en el propio parque.

Los dueños atribuyen parte del problema al diseño abierto del parque, lo que genera situaciones de tensión cuando los animales reaccionan.

Pero al otro lado de la verja también hay malestar. Una vecina que reside frente al parque explica que "los ladridos a medianoche" dificultan el descanso de muchas personas, especialmente mayores.

Por ello, varios propietarios de la zona han pedido al Concello la implantación de un horario nocturno, como ya existe en otras áreas caninas de la ciudad.

"Los perros se pelean o ladran a las doce de la noche y no hay manera de dormir", asegura. Aunque quiere dejar claro que estos no son todos, hay perros mejor educados que otros, como en todo.

Entre las demandas vecinales también está la instalación de un seto o una pantalla que impida el contacto visual directo entre los perros y los viandantes. En esto coinciden dueños y vecinos.

El problema es que cuando la gente pasa por ahí, "muchos perros se ponen agresivos y asustan a la gente", añade. Desde entonces, la gente evita pasar por esa acera.

Ambas partes coinciden en que el problema principal es la falta de control y regulación del uso del parque. Los propios dueños de perros criticaban a aquellas personas con razas PPP (Potencialmente Peligrosos), que no saben controlar a sus animales.

Por el momento, algunos residentes están recogiendo firmas para establecer un horario del parque. "Entendemos que por el día es algo que no se puede evitar, pero por la noche hay ciertos decibelios que no se pueden sobrepasar", recalca la una de las vecinas.