El equipo de Pollería Tere en el mercado de la Plaza de Lugo
Ofrecido por:
Las plazas de abastos de A Coruña resisten al apagón: "Un día más y tiramos todo a la basura"
Las pescaderías se libraron al no contar con producto fresco por ser lunes, mientras que carnicerías y pollerías resistieron gracias al frío mantenido en sus cámaras frigoríficas
Te puede interesar: El apagón en A Coruña deja sin descanso a Lagares: "Vendimos 500 radios y casi las mismas linternas"
Las plazas de abastos de A Coruña lograron sortear el gran apagón eléctrico de este lunes sin pérdidas importantes de productos frente a la incertidumbre de lo que podría pasar. Los negocios con alimentos perecederos consiguieron conservarlos en cámaras frigoríficas. Además, muchos con productos no perecederos pudieron continuar las ventas en metálico e incluso, en algunos casos, cobrando con datáfono.
Las pescaderías contaron con la ventaja de que, al ser lunes, no había pescado, ya que los domingos los barcos no salen a faenar. Por ello, no disponían de producto fresco y apenas se vieron afectadas por el corte de suministro eléctrico. De hecho, muchas de ellas ni abrieron.
El Mercado de la Plaza de Lugo echó el cierre a las 13:30 horas del lunes al no disponer de red eléctrica para utilizar básculas ni datáfonos para cobrar a los clientes. Una decisión que no fue bien recibida por todos los placeros, especialmente por quienes trabajaban con productos no perecederos. "Nosotros tenemos un montón de latas, tarros de conservas y alimentos en blíster que podríamos haber seguido vendiendo. Entiendo que los puestos exclusivamente de carne tuvieran que cerrar, pero el nuestro podría haber seguido perfectamente", explica una empleada de la Jamonería Montefurado.
En negocios como Pollería Tere también pudieron conservar los productos sin problema, aunque apuntan que perdieron medio día de ventas. "Estábamos preocupadas porque, si el corte duraba más de un día, tendríamos que tirar toda la mercancía a la basura", cuenta Patricia, empleada del establecimiento en el mercado coruñés.
Con incertidumbre y miedo
La placera relata que al principio el apagón se vivió como algo puntual: "No es la primera vez que la luz se va y vuelve a los cinco minutos". Pero esta vez no fue así. Al ver que, una hora después, la situación seguía igual, no les quedó otra opción que guardar todo el producto en la cámara frigorífica y echar el cierre. "Todos los negocios empezamos a tener miedo porque las pérdidas podrían haber sido muy grandes si hubiéramos tenido que desechar alimentos", añade Patricia.
A Toñi, de Pollería Mari, el apagón le pilló en la planta de frutería del mercado y, en cuanto vio que la luz no volvía, regresó rápidamente a su puesto en la segunda planta. Optó por deshacerse de los pocos productos que le quedaban en venta: "A esa hora ya había acabado casi toda mi venta, ya no me quedaba prácticamente producto". Comenta además que los mataderos de la ciudad ya estaban operativos el martes por la mañana gracias a generadores, por lo que reabastecerse fue fácil.
En otros mercados como el de la Plaza de San Agustín, permanecieron abiertos hasta que cada puesto decidió echar el cierre por precaución. Charo, de la Carnicería Pilar, cuenta que decidió recoger toda la carne en el refrigerador sobre las 13:00 horas, al ver que la luz no iba a volver, con el fin de conservarla lo mejor posible manteniendo la temperatura. "Tenemos que prepararnos para la próxima, porque casi seguro que vendrá otra, y no estamos preparados", advierte.
En la tienda Rous Gourmet, Rosa asegura que, al no disponer de productos frescos, pudo continuar con las ventas hasta última hora. Incluso logró cobrar con datáfono, "aunque tardaba en cargar", apunta.