14 mayo, 2022 00:51
Valencia

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No era la primera de sus niñas que se le casaba a Hortensia Herrero (71 años). De hecho, no estaba demasiado nerviosa. Sabía que Amparo Roig (43) había elegido todo con detalle para su enlace y ese 16 de noviembre de 2008, Valencia estaba preciosa. La novia estaba preciosa. Todo estaba precioso. La boda de la tercera hija de los dueños de Mercadona se celebró en uno de los templos más antiguos de la ciudad del Turia, San Nicolás de Bari y San Pedro Mártir. Una estructura del s. XIII y decorada en el XVII por Juan Bautista Pérez con un barroquismo soberbio.

Cuando Hortensia entró en la iglesia, que había visitado muchas veces desde niña, -de hecho, hay una costumbre valenciana muy arraigada que asegura que es un templo muy milagroso si se pide el deseo tres lunes seguidos-, se dio cuenta del esplendor que le faltaba a esa increíble capilla, estaba "sobrecogida".

"La vio preciosa, pero oscura, lúgubre, deteriorada por el paso del tiempo", según relata a EL ESPAÑOL | Porfolio el entorno de la empresaria valenciana. Aquella pulsión fue determinante para que ella, una mujer apasionada y resolutiva, no cejara en su empeño hasta recuperarla con su propio patrimonio.

Capilla de San Nicolás de Bari en Valencia.

Capilla de San Nicolás de Bari en Valencia.

Hortensia Herrero junto a sus hijas, en la boda de Juana, la pequeña.

Hortensia Herrero junto a sus hijas, en la boda de Juana, la pequeña. E. E.

Cinco años después, en mayo de 2013, era Juana (37), la menor de las cuatro hijas que tiene con Juan Roig -además de las mellizas Hortensia y Carolina (47) y Amparo-, la que volvía a elegir la iglesia de San Nicolás para dar el "sí quiero" a Álvaro Otero. Todavía no se había conseguido la restauración, pero el proyecto ya tomaba forma.

De hecho, el pasado mes de abril se cumplió un lustro de la inauguración de llamada 'Capilla Sixtina' valenciana. El nombre se lo ha ganado por sus espectaculares frescos que han pasado del anonimato a convertirse en una atracción cultural de la ciudad gracias a la restauración, gracias a a la icónica labor filantrópica de la empresaria.

La iglesia fue uno de los retos con los que echó a andar en 2011 la Fundación Hortensia Herrero, pero desde entonces cuenta sus proyectos por decenas. Tanto ella como su marido, Juan Roig (72 años), con el que se casó en 1973, destinan buena parte de los beneficios de la cadena de supermercados a la ciudad de Valencia. "Hacen, de sus pasiones, filantropía, y la ejecutan con una agilidad propia del mundo de empresa", resume un empresario próximo a la pareja, considerada una suerte de familia 'Medici' a la valenciana.

En el caso de Hortensia, licenciada en Ciencias Económicas por Universidad de Valencia, -conoció a Juan en esas clases- su amor por el patrimonio artístico también la ha llevado a recuperar la ermita de Santa Lucía o la imagen y el camarín de la Virgen de los Desamparados, patrona de Valencia, a través de su labor de mecenazgo.

En la misma línea, las fallas y su indumentaria, otra de sus debilidades, la empujó a restaurar también el Colegio del Arte Mayor de la Seda. En este caso tomó la iniciativa "al conocer por los medios de comunicación el estado de abandono en el que se encontraba", según rememora su entorno. Hortensia, Juan y sus hijas son de la falla Convento Jerusalén, la célebre comisión que concentra a buena parte de la burguesía valenciana.

Aventura industrial

La inversión desinteresada en cultura era, hasta la fecha, la tarea fundamental que realizaba Herrero. Pero el pasado lunes comunicó una operación con la que inicia una nueva andadura, en este caso industrial. Se trata de la compra a través de Herrecha Inversiones SL, sociedad que debe su nombre a sus apellidos -Herrero Chacón- del 22% de la empresa valenciana Istobal, una de las referentes a nivel mundial en el sector de los puentes de lavado para automóviles.

Una instalación de Istobal.

Una instalación de Istobal. Wikipedia

No es, ni mucho menos, su primera inversión empresarial. Según consta en el Registro Mercantil, de su empresa patrimonial penden, además de la nueva participación en Istobal, otras dos mercantiles: Vaneco SL, suya al 95% y propietaria de numerosos inmuebles, entre ellos muchos locales de Mercadona; y el 40% Ciudadela Nort SL, otra sociedad inmobiliaria compartida con Juan Roig.

Sí se trata, en cambio, de la primera gran inversión en una actividad ajena tanto a Mercadona como a su vocación cultural, aunque de nuevo con el denominador común de invertir sus ganancias en la Comunidad Valenciana. Istobal es una empresa radicada en L'Alcúdia que tiene más de 900 trabajadores. Ya obtiene la mayoría de sus ingresos en el mercado exterior. Está implantada en más de 80 países y cuenta con diez filiales extranjeras, así como cuatro plantas de producción y ensamblaje en Europa, América y Asia.

Su intención es ir a más con la entrada en el capital de Hortensia Herrero. "Con esta asociación, impulsaremos el desarrollo de nuevos productos y servicios que aumenten la rentabilidad del sector, proporcionen la mejor experiencia de uso y respeten el medioambiente", manifestaron las ramas familiares Tomás Alfonso y Tomás Alfaro, que mantendrán la posición mayoritaria en la compañía.

La entrada de la empresaria fue posible mediante la compra de un paquete accionarial del 22% de la firma que vendieron otras dos ramas fundadoras, los Tomás Puchades y los Tomás Ruiz. Herrecha Inversiones no precisó si la compraventa responde a una estricta oportunidad empresarial o si mantenía una relación previa con los impulsores de la compañía. Tampoco indicó el montante de la operación.

Está por ver si esta inversión industrial es una excepción o el principio de una nueva apuesta. Su marido, Juan Roig, sí reinvierte desde hace años buena parte de sus ganancias en el tejido empresarial valenciano. Lo hace de forma desinteresada a través de la aceleradora de empresas Lanzadera, y también entrando en el capital de compañías mediante su vehículo inversor Angels.

Hortensia Herrero y Juan Roig, juntos antes de una carrera de la Fundación Trinidad Alfonso. EE

Hortensia Herrero y Juan Roig, juntos antes de una carrera de la Fundación Trinidad Alfonso. EE

La política de ambos, tal y como recalca Roig cada año en la rueda de prensa que ofrece para presentar los resultados de Mercadona, es la de "reinvertir en la sociedad" parte de los "beneficios del capital". Y, en su caso, esta aportación se cuenta por millones de euros.

La cadena de supermercados cerró el pasado ejercicio 2021 con una facturación récord, que alcanzó la friolera de los 27.819 millones. El beneficio cayó un 3,3% por los mayores costes de la energía y del transporte, si bien se situó en los 680 millones.

De este último montante, "los accionistas se repartieron 151 millones en dividendos", según expuso Roig. A continuación, desglosó con inusitada transparencia cuánto le corresponde al matrimonio. "El 50% lo tengo yo, y mi mujer, el 30%. Podéis hacer el cálculo", instó a los presentes. Se trata de más de 75 millones de euros para él y más de 22 millones para ella. En un solo año.

Siendo estrictos, el porcentaje que posee cada uno es del 50,66% en el caso de Roig y del 27,71% en el de Herrero, según las cifras que constan en el Registro Mercantil. Es un importantísimo patrimonio empresarial que los sitúa, respectivamente, en cuarta y octava posición de la lista de los 100 españoles más ricos que elabora la revista Forbes. Al primero le atribuye un patrimonio de 3.700 millones de euros. A la segunda, de 2.300.

"Proyecto Legado"

Según precisó Juan Roig en la mencionada rueda de prensa, destinaron juntos "100 millones de euros en 2021 a diferentes iniciativas (de emprendimiento, formación, deporte, entretenimiento, arte y cultura)". Todas ellas canalizadas a través de lo que denominan el "Proyecto Legado", en el que se integra la actividad de la Fundación Hortensia Herrero. Su presupuesto individual ronda cada año los 5 millones de euros.

En el presente 2022, según explicaron, destinarán la misma cantidad. "Este compromiso, que se inició hace más de una década y que en 2022 seguirá impulsándose con otros 100 millones de euros de su patrimonio personal, nace del convencimiento por parte de ambos de que el conocimiento y el dinero dan la felicidad... si los compartes", afirmó Roig.

La Fundación Hortensia Herrero, en consecuencia, es una entidad sin ánimo de lucro financiada "única y exclusivamente con las aportaciones de su única mecenas", según expone a esta revista. "A través de las acciones que lleva a cabo, Hortensia Herrero canaliza su pasión por la cultura y sus raíces valencianas. Por eso, cada actuación va encaminada al impulso de Valencia, su ciudad, como referente cultural y turístico", agrega.

Además de las cuatro intervenciones patrimoniales arriba enumeradas, existe una más en marcha. Se trata de la restauración de la Iglesia de los Santos Juanes de Valencia, un templo icónico en la ciudad y de una gran importancia histórica, ubicado junto al Mercado Central de Valencia.

Y en otros ámbitos, Hortensia Herrero ha puesto en marcha proyectos relacionados con el mundo de la danza, el ballet y el arte. La última aportación relevante fue "traer a Valencia la exposición de Julián Opie, uno de los escultores más importantes del panorama internacional, en la Plaza del Patriarca y el claustro de la Universidad de la Nau", según destaca la entidad.

Hortensia Herrero y Jaume Plensa.

Hortensia Herrero y Jaume Plensa. Fundación Hortensia Herrero

Antes de Opie fueron Jaume Plensa, en 2019, el británico Tony Cragg, en 2018, y Manolo Valdés, en 2017. Todos ellos expusieron una muestra de esculturas monumentales en el escenario de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Y algunas de sus obras llegaron para quedarse, compradas por la propia Herrero para la Comunidad Valenciana.

En concreto, fueron tres las obras elegidas de Manolo Valdés y una de Tony Cragg. Las del artista valenciano se encuentran ubicadas en Valencia, Alicante y Castellón. La de Valencia es la conocida como La Pamela, instalada en la Marina de Valencia junto al edificio que alberga las sedes de EDEM, Lanzadera y Angels: la universidad, la aceleradora y la sociedad de inversión de Juan Roig.

Algo similar ocurrió con la escultura adquirida de Tony Cragg. Tras donarla a la ciudad, se instaló en el Puente de Monteolivete, en la llamada Plaza de la Maratón -porque desde ahí parte la carrera de fondo que auspicia su marido a través de la fundación Trinidad Alfonso-. De Jaume Plensa adquirió dos piezas que están siendo expuestas de forma itinerante en ciudades valencianas como Elche o Villarreal.

Hortensia Herrero posa junto a La Pamela, antes de comprarla para su traslado a la Marina de Valencia.

Hortensia Herrero posa junto a La Pamela, antes de comprarla para su traslado a la Marina de Valencia. EE

La danza es otra de sus debilidades, y también la financia con su patrimonio. En concreto, Hortensia Herrero apadrina el Campus Valencia Danza, en el que ha becado este año a 20 jóvenes bailarines y bailarinas. El mismo se celebra en el mes de agosto. A su vez, impulsa cada septiembre la gala de ballet 'Valencia Danza, Somos Arte', con el objetivo de traer a la ciudad a grandes bailarines de algunos de los mejores ballets de Europa.

Palacio de Valeriola

En cualquier caso, el proyecto más emblemático de Hortensia Herrero en Valencia está todavía por llegar. La empresaria adquirió hace unos años el Palacio de Valeriola, otro inmueble histórico ubicado en pleno centro, la calle del Mar.

En él se ubicará el Centro de Arte Hortensia Herrero, en el que "se expondrá la obra de importantes artistas contemporáneos". "Este proyecto conjuga dos de los objetivos fundacionales de la entidad que preside Hortensia Herrero: la recuperación del patrimonio histórico y cultural de Valencia y su pasión por el mundo del arte", destaca la entidad.

Palacio de Valeriola, que está en restauración.

Palacio de Valeriola, que está en restauración. Fundación Hortensia Herrero

Se trata de un edificio construido a principios del siglo XVII que está siendo sometido a una laboriosa rehabilitación integral con el objetivo de "salvar y asegurar su estructura, recuperar su valor patrimonial y adaptarlo a un nuevo uso cultural que prolongue su vida y su historia".

Desde que se iniciaron las obras de rehabilitación se han llevado a cabo importantes descubrimientos arqueológicos que serán conservados e integrados en el proyecto del nuevo edificio cultural. En concreto, se trata de parte del antiguo circo romano de la ciudad de Valencia, un horno tradicional que data del siglo XIV, perteneciente a la judería, o los restos de un patio islámico.

La intervención prevé dotar al espacio de arte de una superficie construida de más de 3.500 metros cuadrados para poder desarrollar sus actividades. La previsión es que el centro acoja tanto la colección privada de arte de Hortensia Herrero como exposiciones de artistas de reconocido prestigio nacional e internacional.

La obra de Juan Roig

El proyecto altruista de Hortensia Herrero se suma al también prolífico de su marido Juan Roig. El presidente de Mercadona atesora una década de proyectos para "revertir sus ganancias a la sociedad" a través de distintas fórmulas y entidades.

Por un lado, concentra en la Marina de Valencia lo que denomina el "polo de emprendimiento Marina de Empresas". Lo componen tres patas: la universidad EDEM Escuela de Empresarios, la aceleradora de empresas Lanzadera, y su sociedad de inversión Angels, con la que Roig lleva invertidos más de 32 millones de euros en 37 sociedades.

Por su parte, Lanzadera ha prestado apoyo a más de 900 empresas con más de 20 millones de euros en financiación a emprendedores desde su creación en 2013. Entre todas las firmas que han pasado por la aceleradora han conseguido generar 8.000 puestos de trabajo directos, así como una inversión externa de más de 615 millones de euros.

Valencia Basket - Fenerbahce

Valencia Basket - Fenerbahce EFE

Se trata, además, de un gran mecenas del deporte. Es el impulsor del Valencia Basket, cuyo presupuesto anual supera los 20 millones de euros.

Vinculado al mismo, ha desarrollado un vanguardista centro deportivo denominado la Alqueria del Basket y proyecta la construcción del denominado Casal España Arena de Valencia, un pabellón de última generación para albergar tanto los partidos del club como eventos multitudinarios culturales y de entretenimiento. La inversión prevista es de 220 millones de euros.

También en el campo del deporte, Roig impulsa multitud de proyectos al amparo de la Fundación Trinidad Alfonso -el nombre de su madre-. Entre ellos se encuentran las principales carreras populares de Valencia, como la maratón. La ciudad ha sido sede de numerosos récords internacionales desde que la fundación impulsa las grandes carreras de la capital del Turia.