20 abril, 2024 02:38
Bilbao

En el País Vasco hay una generación de jóvenes que crecieron después del cese definitivo de la organización terrorista Euskadi ta Askatasuna (ETA) y que poco o nada saben sobre ella: "En clase siempre lo hemos tratado como un evento histórico más", explica Iratxe Gómez (18) a las puertas de su facultad en Bilbao. Parecería algo banal si no fuera porque desconocen que el horror no es tan lejano y tiene cifras redondas que nunca estudiaron: entre 1968 y 2018 se cometieron 853 asesinatos y 3500 atentados que no están incluidos en ningún plan de estudio de la formación obligatoria de los estudiantes vascos.

"Aquí no se habla de ETA. En mi caso, que estudié en un colegio público de Vizcaya, siempre ha sido un tabú", comenta Paula Gómez (18), estudiante de Publicidad y Relaciones Públicas en la UPV / EHU. En las calles y universidades de la ciudad más poblada del País Vasco hay un perfil que se repite: jóvenes de 18 años que el próximo domingo ejercerán por primera vez su derecho al voto y que, sin embargo, nunca aprendieron sobre terrorismo en España

En la actualidad, en Euskadi todavía no se ha aprobado algún plan de estudios que explique qué fue, qué hizo y qué significó ETA. Ni siquiera en las universidades públicas, donde materias como "Historia Contemporánea de España y del País Vasco" –que trata la Segunda República, la Guerra Civil, la dictadura de Franco y también la transición a la democracia– evitan abordar la cuestión.

Un grupo de jóvenes camina por Deusto.

Un grupo de jóvenes camina por Deusto. Nacha Abaitua EL ESPAÑOL Bilbao

De hecho, sólo hay un curso donde se plantea el estudio de la organización terrorista con alguna pincelada: segundo de Bachillerato. "Pero sólo estudiamos cómo se formó, cuándo se disolvió… y ya, nada de lo que hicieron", incide Gema (22).

En el seno de la pandemia por Covid-19, los gobiernos autonómicos decidieron que los estudiantes pudieran superar la Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU) con una selección de contenidos reducida. Por lo que, aunque en el País Vasco siempre fue un contenido optativo, durante dos años el terrorismo se convirtió en un contenido invisible.

Silencio y tabú

El candidato de EH Bildu a las elecciones del Parlamento Vasco, Pello Otxandiano, ha dado todos sus mítines a menos de 500 metros de lugares donde ETA asesinó. Desde allí siempre han recordado a los presos etarras pero no a las víctimas. Al igual que en las guías docentes del País Vasco, los abertzales han evitado a toda costa mencionar que ETA fue una organización terrorista, haciendo un comentario dubitativo sobre que fue una "banda armada".

Ante eso, hoy todavía predomina el silencio. Algunos alumnos afirman saber quién fue Juan María Jáuregui, "pero por la película de Maixabel". Otros apenas conocen la historia de Carrero Blanco. Y ninguno recuerda a Ortega Lara. "Yo estudié lo justo. Y con suerte, porque tengo amigos que pudieron saltar esa parte. Nunca se entra en detalle. Y siempre se ve desde un punto de vista histórico, nada de perspectiva social ni de cómo se vivió entre las personas, que al final muchos no dejan de ser nuestros familiares", desarrolla Imanol (18). Un estudio realizado por GAD3, la consultora presidida por el sociólogo Narciso Michavila, sostenía que sólo el 40% de los jóvenes sabrían identificar a Miguel Ángel Blanco en una fotografía.

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"Un mínimo de conocimientos tenemos pero no por el colegio", dice también Iralla (18), en otra de las facultades del campus de Leioa. Ella, que completó su formación no obligatoria en Portugalete, no sólo afirma no haber aprendido sobre ETA, sino que también acusa a sus profesores de haber sido muy tolerantes con el grupo armado: "Nos decían que era diferente y que no fue una organización terrorista". En esa línea, Ilargui (19) cuenta cómo una vez en su instituto recibió una charla de familiares de presos etarras: "Pero nunca trajeron a ninguna víctima del terrorismo a hablar, lo que me hubiera parecido muy bien".

Ana Álvarez (21) dice que antes de realizar un intercambio en Madrid no estudió el terrorismo de ETA: "Aquí es un tabú enorme, mientras que allí fue de las primeras cosas que me enseñaron en una asignatura llamada Información de Sucesos y Tribunales". Mientras que Igor (22) cree que no es un tema tan importante: "De verdad que tú ves un debate electoral fuera del País Vasco y se habla mucho más de ETA que en uno de aquí, son temas ya pasados". Lo dice justo antes de afirmar que en su universidad hay "más de un profesor" que estuvo detenido "a causa de ETA".

Ana Álvarez, estudiante de Periodismo en la Universidad del País Vasco.

Ana Álvarez, estudiante de Periodismo en la Universidad del País Vasco. Nacha Abaitua EL ESPAÑOL Bilbao

Aprender el horror

A pocos pasos de donde se forman los nuevos periodistas del País Vasco, tres rara avis: Izaro (19), Eider (19) y Adriana (19) dialogan amplia y distendidamente sobre lo que ETA supuso a nivel político y social: "Aunque no lo viví, en casa lo hablo mucho con mi 'ama', quien me intenta transmitir lo que ellos sintieron", dice una de ellas. A lo que otra responde: "Mi aita fue ertzaina, crecí prácticamente sin la violencia de la que me hablan, pero aún así de pequeña no podía decir en el colegio cuál era la profesión de mi padre, por si acaso". 

La familia y la autorrealización son lo único que queda a una gran generación de jóvenes a los que en la escuela se les enseñó el tabú y la afonía: "Sí que sé pero únicamente porque a mí siempre me ha dado curiosidad y he buscado documentales y libros. Fuera de ahí, la verdad no es algo de lo que hable normalmente con mis amigos", explica Isidro (18).

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José Antonio Pérez, profesor de Historia en la UPV / EHU, afirma que los estudiantes llegan a la universidad sabiendo muy poco. Aunque lo considera una tarea difícil, intenta remediarlo: "Personalmente, en mis clases hago mucha incidencia en ETA, imparto hasta prácticamente la actualidad y desaparición, porque el nivel que traen de secundaria en este sentido es nulo. Tengo muy buena recepción por parte de los alumnos porque creo que ellos salen sorprendidos y satisfechos", dice.

En la actualidad imparte la materia de Historia Contemporánea del País Vasco a jóvenes de 22 años en Vitoria-Gasteiz. Pero también ha dirigido documentales sobre memoria histórica e intenta organizar charlas con víctimas de ETA u otras actividades relacionadas: "Todos los años vamos al menos una vez al Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo. Hace poco además tuvimos la visita de un terrorista arrepentido que pudo hablar en clase". Sin embargo, cuenta que son grupos muy reducidos porque sólo imparte la asignatura en castellano y es complicado llegar al mismo nivel de implicación con los grupos en euskera.

Iker, estudiante de Bellas Artes en la Universidad del País Vasco

Iker, estudiante de Bellas Artes en la Universidad del País Vasco Nacha Abaitua Bilbao

Conocer la historia

Mientras, la Consejería de Educación del Gobierno Vasco continua sin aplicar las unidades didácticas relacionadas con el terrorismo. "Ese es el problema. Si no incorporas ese tema, luego acaban el Bachillerato con una ignorancia de lo que ha ocurrido o sólo saben de lo que han oído en casa. Y eso puede ser negativo porque se suele tener un gran sesgo, que es lo que estamos viendo", concluye José Antonio Pérez.

Hace tan sólo una semana, la exalcaldesa de Andoáin, el municipio donde ETA mató a López de Lacalle y EH Bildu celebraba uno de sus últimos mítines, decía en una entrevista a EL ESPAÑOL | Porfolio que era muy importante no borrar de la memoria colectiva a las personas asesinadas: "Nuestros jóvenes tienen que conocer la historia para que no se vuelva a repetir", sostenía Máider Láinez

Fuera del ámbito universitario son muchos los que al ser preguntados prefieren no hablar de la cuestión. Pero la mayoría responde que durante sus años formativos aprendieron "nada o casi nada" sobre el terrorismo que vivió el País Vasco. Iker (18) cree haber sido educado en "el vacío y el silencio" y sostiene que "aunque esté mal, mucha gente esté de acuerdo". La herida está casi cerrada. Pero sigue abierta.