Jair Bolsonaro y Donald Trump, durante su reunión en la Casa Blanca.

Jair Bolsonaro y Donald Trump, durante su reunión en la Casa Blanca. EFE Washington

LA TRIBUNA

Si pierde Bolsonaro, es probable un 'asalto al Capitolio' en Brasil

Existe un peligro real de que ocurra una violencia comparable a la del 6 de enero de 2020 en Washington, pero, como entonces, es poco probable que escale hasta resultar en la anulación de las elecciones.

9 octubre, 2022 02:21

El 7 de septiembre de 2022, Bicentenario de la independencia de Brasil de Portugal, el presidente brasileño Jair Bolsonaro saludó a miles de sus acólitos en Río de Janeiro, con la esperanza de aumentar sus posibilidades de reelección al frente de la presidencia brasileña.

Sin embargo, en una entrevista que dio justo el día anterior, ponía en duda la fiabilidad de los sistemas de votación del país, y lanzando advertencias terribles de "un voto amañado". Durante meses, Bolsonaro había estado tratando de evitar su esperada derrota en las elecciones presidenciales de octubre.

El seguidor de QAnon que acaparó los flashes en el asalto al capitolio.

El seguidor de QAnon que acaparó los flashes en el asalto al capitolio.

Antes de que se emitiera un solo voto, ya estaba sugiriendo que podría negarse a aceptar los resultados de las elecciones, que la mayoría de las encuestas pronosticaron que perdería contundentemente en una segunda vuelta con el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (Lula). En este y muchos otros temas, Bolsonaro ha estado imitando el libro de estilo del expresidente de los Estados Unidos Donald Trump, a quien ha llamado su "ídolo".

Trump también había puesto en duda los resultados de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2020 meses antes de que tuvieran lugar, y ha seguido haciéndolo hasta el día de hoy. El comportamiento de Trump después de las elecciones de 2020, que perdió ante Joe Biden por más de siete millones de votos, es bien conocido. A pesar de que sus asesores de campaña, sus abogados y otros en su administración le dijeron que no había absolutamente ninguna evidencia de fraude como para anular los resultados de las elecciones, persistió en su denuncia de que los demócratas lo habían engañado para que no ganara.

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Trump ha emitido más de 150 declaraciones sobre votaciones fraudulentas y otras supuestas irregularidades electorales. "Esas elecciones fueron una catástrofe", dijo en julio de 2022 en su primer regreso a Washington tras la toma de posesión de Biden. Algunos analistas explican el comportamiento postelectoral de Trump como resultado de su miedo obsesivo a ser etiquetado como "un perdedor".

Bolsonaro ha tomado un rumbo similar. Ha insistido durante meses, sin ninguna prueba, en que las máquinas de votación de Brasil son propensas al fraude. A diferencia de los Estados Unidos, donde las máquinas y los procedimientos de votación varían de un estado a otro, en Brasil los sistemas de votación electrónica son uniformes y han estado en funcionamiento en todo el país desde el año 2000. Los resultados de las elecciones se anuncian a las pocas horas del cierre de las urnas.

Sin embargo, Bolsonaro califica la ampliamente respetada infraestructura de votación de Brasil como "una farsa" y dice que podría no aceptar los resultados de las elecciones a menos que el sistema computarizado de Brasil sea reemplazado por papeletas impresas, algo improbable con las elecciones ya en marcha.

"Más de dos tercios de los brasileños reconocieron que temían ser agredidos físicamente por sus posiciones políticas"

Bolsonaro no solo ha cuestionado la credibilidad de la próxima votación, sino que también ha calificado las elecciones como "una batalla entre el bien y el mal", y ha exigido que los "izquierdistas" sean "erradicados de la vida pública". Los críticos temen que este discurso haya incitado a sus seguidores más rabiosos y haya aumentado la violencia política.

En septiembre, un trabajador rural fue apuñalado hasta la muerte por un bolsonarista, y se han sucedido otros incidentes violentos antes de la primera vuelta. De hecho, en una encuesta realizada en septiembre, más de dos tercios de los brasileños encuestados reconocieron que temían ser agredidos físicamente por sus posiciones políticas.

Una preocupación relacionada es la proliferación de armas de fuego en manos privadas después de que Bolsonaro relajara las estrictas regulaciones de control de armas en Brasil.

Sorprendentes similitudes entre Bolsonaro y los partidarios de Trump que sugieren la posibilidad de una violencia postelectoral en Brasil similar a la insurrección del 6 de enero en los Estados Unidos. ¿En qué se parecen los seguidores de los dos líderes?

En el caso de Bolsonaro, sus partidarios son parte de lo que los brasileños llaman el "bloque BBB", abreviatura de boi, Bíblia y bala -carne, Biblia y balas-, una referencia a sus votantes rurales, cristianos evangélicos y grupos proarmas. Son una reminiscencia de lo que Hillary Clinton llamó los "deplorables" de Trump, que, como los de Bolsonaro, incluían a residentes de áreas rurales y pueblos pequeños, cristianos conversos y partidarios del derecho a las armas.

Hay más elementos trumpistas que han entrado en la escena electoral de Brasil. Uno de los hijos de Bolsonaro tiene estrechos vínculos con Steve Bannon, el exestratega político de Trump, y muchos temen que Bolsonaro emule la retórica de la "gran mentira" de Trump si pierde las elecciones.

"Varios analistas sugieren que la fortaleza de las instituciones brasileñas hace improbable un golpe de Estado"

También es cierto que Bolsonaro está desesperado por mantenerse en el poder porque, mientras está en el cargo, tiene inmunidad penal. Y, si pierde, es probable que sea procesado por las muchas acusaciones de corrupción que lo rodean a él y a su familia, así como por su terrible gestión de la epidemia de Covid que dejó a Brasil con una tasa de mortalidad solo superada por la de los Estados Unidos.

El propio Bolsonaro ha dicho que solo ve tres alternativas en su futuro: ganar las elecciones presidenciales de 2022, la prisión o la muerte. Pero, luego, sugiere con esperanza: "Dios me salvará".

Aparte de la cuestión religiosa, otros sectores de la sociedad brasileña pueden hacer suya la causa de un segundo mandato de Bolsonaro sin importar cuál sea el resultado de las elecciones.

En agosto, la policía brasileña llevó a cabo órdenes de allanamiento contra una pequeña camarilla de empresarios muy ricos que, supuestamente, participaron en un chat privado que especulaba sobre un posible fraude electoral y discutía un posible golpe de Estado e intervención militar si Bolsonaro perdía las elecciones.

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También hay preocupación en Brasil sobre qué papel, si es que hay alguno, pueden desempeñar los militares si Bolsonaro pierde las elecciones. Esta inquietud aumentó después de que Bolsonaro nombrara a un general retirado, un exministro de Defensa, como su compañero de fórmula. Aun así, varios analistas sugieren que la fortaleza de las instituciones brasileñas hace improbable un golpe de Estado.

¿Qué podemos esperar entonces para el futuro? Existe un peligro real de que ocurra una violencia comparable a la del 6 de enero de 2020 en Washington, DC. Pero, al igual que sucedió con Trump, es poco probable que un auténtico golpe tenga éxito.

En contraste con 1964, cuando los militares tomaron el control de país, Bolsonaro carece del imprescindible apoyo de las élites empresariales y mediáticas brasileñas. Si bien existe un riesgo real de violencia en Brasil, es poco probable que escale hasta resultar en la anulación de las elecciones.

*** Maxine L. Margolis es Profesora Emérita de Antropología en la Universidad de Florida, y autora de Adiós Brasil: emigrantes de la tierra del fútbol y la samba.

Jesús Quintero, en Canal Sur.

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