Carolina Darias en el Congreso de los Diputados.

Carolina Darias en el Congreso de los Diputados. I. P. Nova

LA TRIBUNA

Nuestra Sanidad necesita aire fresco

Está por ver si entra un poco de aire fresco que permita que, en las discusiones entre los diferentes partidos políticos, prevalezca, una vez solucionada la urgencia de la pandemia, lo importante sobre las cuestiones ideológicas.

25 septiembre, 2022 02:02

Finalmente, la conocida como Ley de Equidad (universalidad y cohesión) de nuestro SNS pasó el primer trámite, el que ha supuesto la superación de las enmiendas a la totalidad presentadas por Vox y Ciudadanos. E inicia su andadura para intentar, en la Comisión de Sanidad del congreso y una vez que se negocien las enmiendas parciales, que vea la luz.

Imagen de archivo de la sala de espera de un centro médico.

Imagen de archivo de la sala de espera de un centro médico.

La realidad es que, de aquellos preceptos que se supone nos deben de seguir guiando en la actualidad -porque están vigentes, emanados de la Ley General de Sanidad del año 1986, por el que se declara la obligación de que el sistema sanitario tiene que ser, entre otras cosas, equitativo, universal, eficaz y cohesionado- no queda más que las intenciones.

Con las transferencias sanitarias a las CCAA cada vez nos hemos ido alejando más de esos propósitos. Y si bien en el año 2003, bajo el ministerio de Ana Pastor, con el refrendo de la totalidad de los grupos parlamentarios, se trató de frenar la dispersión a través de la Ley de Cohesión y Calidad del año 2003, en la actualidad vemos una profunda inequidad.

Inequidad en el acceso al sistema, al encontrarnos variaciones en las listas de espera de hasta dos y tres veces entre diferentes CCAA. Inequidad en cuanto al acceso a la innovación, que en algunos casos llega a afectar no sólo por CCAA, sino por área de Salud. E inequidad en las prestaciones, porque el Ministerio marca unos mínimos y luego cada CCAA da cobertura a lo que sanitariamente le preocupa o políticamente le interesa, haciendo que la cartera de servicios sea diferente dependiendo del lugar en el que residamos.

"Una vez más, se han invertido las prioridades y se ha centrado el debate en cuestiones de índole puramente ideológica"

Por tanto, urge reformular el modelo, para tratar de hacerlo mucho más homogéneo y cohesionado. Es obligación de nuestros políticos, una necesidad de la población hacia la que se comete una flagrante injusticia.

El proyecto de cambio de normativa es una oportunidad para tratar de centrar los cambios en dar solución a los problemas que tienen los pacientes. A las cosas que realmente, les importen o no, les afecta, aunque muchos ciudadanos no lo sepan, porque no están inmersos en ninguna enfermedad grave. A las inaceptables listas de espera, a los retrasos en la incorporación de la innovación o a la falta de cobertura para nuestros mayores y enfermos crónicos.

La realidad es que, hasta ahora, nada de lo importante se ha debatido. Una vez más, se han invertido las prioridades y se ha centrado el debate en cuestiones de índole puramente ideológica, a fin de imponer como modelo de gestión preferente en nuestro SNS la gestión pública directa por la Administración, frente a cualquier otra fórmula de gestión indirecta -sea a través de entidades privadas o, incluso, entidades públicas con personalidad jurídica-, salvo excepción con justificación.

Desde la Fundación IDIS, institución que trata de poner en valor la aportación del sistema sanitario privado en nuestro sistema de Salud y fomentar que tengamos los mejores servicios sanitarios, hemos publicado un informe de las consecuencias que tendría para nuestro sistema sanitario público la supresión de la colaboración que el sector privado establece con el sector público, para que éste consiga dar satisfacción a la demanda sanitaria de la población.

Los resultados no dejan lugar a dudas, por terroríficos: sólo en listas de espera casi se duplicarían las que existen actualmente para consultas con especialistas y para procesos quirúrgicos y la ocupación hospitalaria de los hospitales públicos de gestión directa superaría en 15 puntos, hasta el 85%, la que existe actualmente.

"Nuestras autoridades políticas son directamente responsables de los fallos que nuestro escudo de protección social pueda tener, porque en su mano está corregirlos"

Por supuesto, no sólo los resultados de este informe no se han tenido en consideración. Tampoco se ha ofrecido a los pacientes información sobre las ventajas apreciables en resultados que les aportaría el que el modelo de gestión preferente para nuestro sistema sanitario público sea el de la gestión directa de la Administración.

Los beneficios, para muchos burócratas y para muchos trabajadores del sistema sanitario público, son más que evidentes. Pero, que pueda reportar a nuestros pacientes en aquello que les afecta, no nos han contado ninguno.

Esta semana, el Observatorio de Sanidad de EL ESPAÑOL organiza un macroevento de salud en el que a lo largo de 4 días se tocarán todos los aspectos claves para la construcción de un sistema sanitario lo más completo posible.

Nuestras autoridades políticas son directamente responsables de los fallos que nuestro escudo de protección social pueda tener, porque en su mano está corregirlos.

Está por ver si entra un poco de aire fresco que permita que, en las discusiones que se establecen entre los diferentes partidos políticos, prevalezca, una vez solucionada la urgencia de la pandemia, lo importante sobre lo que realmente es intrascendente.

*** Juan Abarca Cidón es presidente de HM Hospitales y de la Fundación IDIS.

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