Verónica Forqué, en televisión.

Verónica Forqué, en televisión.

LA TRIBUNA

España, morituri te salutant

En España se suicidan once personas al día. Cada dos horas y media, un ciudadano español opta por quitarse la vida. En las redes sociales, los insultadores de Forqué reiteran que era una borde, una grosera, una maleducada y una soberbia.

17 diciembre, 2021 06:06

Verónica Forqué era una actriz triunfada, admirada y querida como pocas. Su vida fue un cúmulo de logros. Chica Almodóvar en Mujeres al borde de un ataque de nervios. Ganadora de cuatro Goyas. Casada felizmente con un director de cine durante más de tres décadas. Sin problemas económicos a los 66 años. Vecina de un buen barrio de Madrid. Dos películas recién rodadas y pendientes de estreno. Una hija sana y exitosa que la adoraba…

Pero el lunes 13 de diciembre se suicidó en el cuarto de baño de su piso madrileño del barrio del Parque de Berlín, usando un pañuelo para ahorcarse del toallero.

Desde la infancia, a las mujeres se nos educa (o maleduca) para considerar que el mayor fracaso femenino es la soledad, porque las mujeres somos entes definidos por nuestros seres contiguos (padres, maridos, hijos). De manera que a una mujer sola se la clasifica como una perdedora cuya situación no es elegida voluntariamente, sino sobrevenida como una desgracia o un castigo merecido por mala conducta.

Al fin y al cabo, las mujeres estamos genéticamente programadas para buscar al macho más fuerte y exitoso de la manada, como procreador de nuestros hijos y como fuente de nuestro bienestar económico.

"En cuestión de horas ya era uno de los personajes públicos más insultados en las redes sociales"

La mujer sigue siendo de manera mayoritaria la criatura que se queda en la cueva pariendo, cocinando y recolectando alimentos en los arbustos cercanos, mientras el hombre sale a cazar, entabla relaciones con otros hombres y aprende a bregarse la vida fuera de casa. La identidad de un hombre es individual, la identidad de una mujer es grupal. Al hablar de una mujer exitosa, no faltan las preguntas (“¿está casada?”, “¿tiene hijos?”) y, en los países clasistas como España, a menudo surgen preguntas sobre los progenitores y demás parentela.

Verónica, al hablar de su depresión, mencionaba a Manuel Iborra, de quien se había divorciado en 2016, y a su hermano Álvaro Forqué, muerto en 2014. Y hablaba, elípticamente, de drogas, admitiendo que fumaba marihuana.

La actriz llevaba unos cinco años deprimida cuando entró en un concurso de televisión de alta audiencia (MasterChef Celebrity). En cuestión de horas ya era uno de los personajes públicos más insultados en las redes sociales, esos ciberespacios manipulados por creadores de opinión que ganan seguidores y popularidad en la medida en que espolean las pasiones más mezquinas de su público.

Forqué no fue capaz de entender la mentalidad oblicua de unas multitudes que con frecuencia expresan la admiración en formato negativo, de modo parecido al público enardecido que asistía a los combates de gladiadores en los circos romanos.

Tampoco supo entender que el personaje odiado de un programa de realidad virtual es el más poderoso, porque es el más popular y el dueño del relato. En el perverso mundo de la audiencia yonqui del escándalo (y en los universos paralelos de las redes sociales), los protagonistas conocen las reglas del juego. Pero un mirlo blanco que se posa súbitamente sobre esas frondas puede crear una disonancia cognitiva letal.

"Cada dos horas y media, un ciudadano español opta por quitarse la vida"

La sexta temporada de Celebrity Chef se grabó en julio y agosto en el Puerto de Santamaría, provincia de Cádiz, por lo que los programas emitidos este otoño habían sido producidos semanas antes. Las reacciones desmesuradas de la audiencia (o linchamientos, por usar el término en boga) parecían responder a la actividad casi simultánea de los concursantes, pero no era así.

Sin embargo, cabe imaginar a los participantes del concurso viendo en la tele sus propias actuaciones para someterse horas después a los veredictos de las masas furibundas, que trasladaban en crudo sus opiniones a las redes sociales. La marabunta pedía la expulsión de Forqué, al tiempo que las crónicas periodísticas aseguraban que había “perdido los papeles” y que en sus seis temporadas “el Celebrity nunca había tenido en sus filas a alguien como Verónica Forqué”.

La entrega emitida en Televisión Española el 15 de noviembre fue en la que Verónica Forqué se marchó del programa aduciendo que estaba “agotada”. Este lunes 13 de diciembre se ha marchado del mundo.

En España se suicidan once personas al día. Cada dos horas y media, un ciudadano español opta por quitarse la vida. En las redes sociales, los insultadores de Forqué reiteran que era una borde, una grosera, una maleducada y una soberbia. El espectáculo debe continuar. España, morituri te salutant.

*** Gabriela Bustelo es escritora y periodista.

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