Sara Giménez, de Ciudadanos.

Sara Giménez, de Ciudadanos.

LA TRIBUNA

Contra la violencia machista, ni negacionismo ni sectarismo: unión

La autora defiende un feminismo inclusivo en el que no tienen cabida los negacionistas de la violencia machista ni aquellos que quieren patrimonializar la causa feminista. 

8 marzo, 2021 15:29

Quiero dedicar este 8-M a abordar la desigualdad de género que más me preocupa. La violencia machista es una lacra social que atenta contra los derechos humanos y fundamentales de las mujeres e impide la plena realización de la igualdad efectiva en nuestra sociedad. Supone, además, una amenaza real para la integridad, la vida y la libertad de las mujeres.

En España, cuatro mujeres han sido asesinadas en 2021 por sus parejas o sus exparejas. Todas ellas se suman a una larga lista negra formada por 1.082 mujeres, desde que estos asesinatos se comenzaron a contabilizar como tales en 2003.

Desde Ciudadanos estamos plenamente comprometidos en la lucha contra la violencia machista y la necesidad de adoptar todas las medidas que sean necesarias para acabar con esta lacra. De ahí que hayamos impulsado numerosas iniciativas en todas las instituciones para prevenirla y erradicarla.

La principal, y también de la que sentimos más orgullo en Ciudadanos, es haber forjado un pacto de Estado contra la violencia machista. Un acuerdo que constituye uno de los logros más destacados de nuestra democracia, no sólo por la importancia del problema, sino también porque demuestra capacidad de consenso en un asunto que preocupa a toda la sociedad.

Este pacto de Estado fue apoyado en su momento por todos los partidos excepto Podemos, aunque en los últimos tiempos parece haber asumido el error que supuso quedarse fuera del acuerdo.

Hoy día, sólo Vox sigue manifestando su rechazo público a este pacto, habida cuenta de que desde esta formación se niega la existencia de una violencia que afecta de forma específica a las mujeres. En ocasiones, al escuchar esas ideas pienso “¡qué retroceso social!”.

El negacionismo de Vox tiene consecuencias peligrosas para las mujeres que sufren violencia machista

El negacionismo de Vox, no obstante, no se queda en lo declarativo. Tiene consecuencias reales y peligrosas para todas las mujeres que sufren o están en riesgo de sufrir esta violencia machista.

Esta amenaza quedó de manifiesto cuando la semana anterior a la de la celebración del 8-M, este partido presentó en el Congreso una ley de violencia intrafamiliar que, además de negar la realidad específica de la violencia machista, contemplaba la derogación completa de la ley orgánica de protección integral contra la violencia de género.

Por ello, de aprobarse esta iniciativa no sólo se produciría un retroceso inaceptable en la lucha contra una lacra social que todavía estamos lejos de atajar y que atenta contra la integridad física, psicológica y emocional de miles de mujeres (incluso causándoles la muerte y destrozando la vida de sus familias), sino también el desmantelamiento de los recursos especializados de lucha contra esta violencia y de asistencia social integral a las víctimas.

Así, Vox plantea la supresión de los juzgados de lo penal especializados en violencia contra la mujer, de los equipos psicosociales y de los recursos especializados de atención y asistencia social integral.

Afortunadamente, nuestra sociedad ha avanzado mucho en la deconstrucción de estos roles de género tradicionales, erigiendo en su lugar una concepción personal, familiar y social de las relaciones entre mujeres y hombres basadas en la igualdad, la libertad, la autonomía y la consideración y el respeto mutuo.

Ahora bien, precisamente esa sustitución de los roles tradicionales de género, y la emancipación de las mujeres que ha traído consigo, han sido un factor de desestabilización para muchos hombres que no han sido educados ni formados emocionalmente para lidiar con una realidad que les genera inseguridad, y con los celos, frustraciones y temores que les conlleva.

Todo ello, en determinados casos, provoca una reacción violenta. Psicológica, primero. Física, en una siguiente escala. Y, en supuestos extremos, un desenlace letal.

Son muchas las mujeres que, por no verse apoyadas o temer la reacción adversa de sus parejas, renuncian a tener una carrera laboral propia

Son decenas las mujeres que son asesinadas por sus parejas o exparejas, pero estas en su casi totalidad constituyen sólo el final de una cadena de vejaciones y maltrato previos. Las miles de llamadas mensuales al teléfono 016 son buena prueba de ello.

Por otra parte, no siempre esta violencia se manifiesta a través de un daño directo a las mujeres que la sufren. El sometimiento, a veces hasta asumido con resignación, de las mujeres que viven este tipo de relaciones tóxicas, sea por miedo, intimidación o falta de autoestima, también causa perjuicios considerables sobre sus vidas al impedirles desarrollarse de manera plena, libre y autónoma.

Son muchas las mujeres que, por no verse apoyadas o temer la reacción adversa de sus parejas, renuncian a tener una carrera laboral propia, a progresar en ella o a tomar decisiones sobre su propia vida personal o familiar.

Eso también es consecuencia de esos roles tradicionales de género donde la mujer ha tenido un papel subordinado, cuyo valor se desarrollaba siempre hacia los demás y como complemento a los proyectos vitales que otros, sus padres, primero, y sus parejas, después, fijaban por encima de ellas.

Por todos esos motivos, Ciudadanos votó en contra de la propuesta de Vox y lo mismo hará contra cada iniciativa que este o cualquier otro partido presente y que pretenda negar la violencia que sufren las mujeres por el hecho de serlo.

No deja de ser sorprendente que el PSOE haya rechazado la ley de desarrollo del pacto de Estado contra la violencia machista

Y lo haremos, como hemos hecho siempre, apelando a las acciones y no a las palabras, a las reformas y no a los eslóganes y a la implicación de los hombres en la lucha contra el machismo y la violencia y no a la división.

Somos conscientes de que la mayoría de partidos políticos y una mayoría social aún mayor comparten estos compromisos.

Por eso, no deja de ser sorprendente que, la misma semana que rechazábamos la iniciativa presentada por Vox, el PSOE, haciendo gala de una mentalidad patrimonialista sobre una causa que es de todos, rechazara la ley de desarrollo del pacto de Estado contra la violencia machista que Ciudadanos había presentado en el Senado.

Esta era una iniciativa muy ambiciosa y que contemplaba reformas imprescindibles para garantizar la eficacia de la lucha contra la violencia machista.

Por desgracia, nuestra ley no verá la luz debido al rechazo del PSOE, que ha usado su mayoría en el Senado para bloquear la tramitación de esta norma. Una decisión que carece por completo de justificación, más allá del simple hecho de que ha sido Ciudadanos, y no ellos, el promotor de esta iniciativa.

Pero frente a los negacionistas de la violencia machista, y frente al sectarismo de quienes sólo ven en la lucha feminista una causa que patrimonializar, Ciudadanos siempre alzará la voz en la defensa de una causa que nos concierne a todos y con cuyo avance mujeres y hombres, niñas y mayores, incluso hasta quienes reman en sentido contrario, salimos ganando.

*** Sara Giménez es diputada y portavoz de Igualdad de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados.

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