Hay veces que la satisfacción, el legítimo orgullo por los logros de un periódico, debe ir acompañada no sólo de la gratitud hacia los lectores, sino de una reflexión útil para la sociedad. Este es el caso del histórico liderazgo de EL ESPAÑOL en el mes de agosto, según la medición oficial de GFK-Dam.

No se trata de una hipérbole. Es un liderazgo histórico porque se trata de la medición en la que la distancia entre el periódico más leído y el segundo es mayor en toda la historia del periodismo español.

Con sus 17.500.790 usuarios únicos, nuestro periódico aventaja en casi 2,9 millones a El País, en casi 3,2 a La Vanguardia, y en casi 3,4 a El Mundo. Se dice pronto.

Nunca, ni en los tiempos de la prensa impresa, auditada por la OJD y medida por el EGM, ni en la era digital con sus distintos medidores, habían existido esas diferencias entre el líder y sus perseguidores.

Aunque la distancia jamás había sido tan grande, este éxito no es desde luego flor de un mes. Por remitirnos tan sólo a lo que va de 2023, EL ESPAÑOL ha sido el líder absoluto de la prensa en cinco de sus primeros ocho meses. En los otros tres ha sido segundo, con un competidor diferente superándole por mucha menor diferencia en cada caso.

Además, se da otra circunstancia que convierte nuestro caso en excepcional: España es el único país democrático en el que un medio nativo digital (es decir, nacido en la era de internet sin el apoyo de una edición impresa) lidera el ranking de la audiencia, por encima de todos los grandes diarios tradicionales.

¿Por qué EL ESPAÑOL, con menos de ocho años de vida y medios económicos, tecnológicos y humanos muy inferiores, está logrando de manera estructural aventajar a grandes cabeceras implantadas desde hace décadas o incluso más de un siglo?

Tal vez no seamos nosotros los analistas más adecuados para profundizar en las razones de este hiperliderazgo que empieza a ser estudiado en las facultades de periodismo y escuelas de negocios. Pero sí que podemos aportar cinco claves orientativas que tienen que ver con la sustancia de nuestro proyecto:

1. EL ESPAÑOL es un medio de calidad empeñado en practicar el buen periodismo de siempre, consistente en descubrir las noticias relevantes y contárselas (de la forma más explicativa posible) a los lectores.

2. EL ESPAÑOL es un periódico transversal dirigido a lectores de todas las ideologías. Es decir, un periódico liberal, centrista y moderado que afronta todos los debates con determinación y claridad, pero con serenidad y respeto. Es el caso de nuestro actual posicionamiento en contra de la amnistía a los líderes del procès a cambio de la investidura de Sánchez, en plena coincidencia con muy diversos líderes del PSOE.

3. EL ESPAÑOL es un diario a la vez riguroso y ameno que profundiza en todos los ámbitos de la información con verticales especializados en Economía y Finanzas (Invertia, D+I), liderazgo femenino y moda (Magas), tecnología (Omicrono, El Androide Libre), gastronomía (Cocinillas), videojuegos (Vandal), sostenibilidad (Enclave ODS), cultura (El Cultural), crónica social (Jaleos del Corazón) o televisión (Bluper).

4. EL ESPAÑOL ha impulsado una estrategia de desarrollo regional, acorde con las singularidades del Estado autonómico, con presencia diferenciada a través de medios asociados o propios en Cataluña (Crónica Global y Metrópoli Abierta), en Canarias (Diario de Avisos), en las dos Castillas (Noticias de Castilla y León, El Digital de Castilla-La Mancha), en el País Vasco (Crónica Vasca), en Galicia (Quincemil y Treintayseis) y en Madrid (Madrid Total), y ediciones locales en Málaga y Alicante, muy pronto complementadas por las de Sevilla y Valencia.

5. EL ESPAÑOL es un proyecto editorial cohesionado, con una propiedad clara, miles de pequeños accionistas, más de 40.000 suscripciones y una estructura homogénea, basada en la acumulación de talento, tanto en la redacción como en el resto de las áreas de la empresa.

Esta es nuestra fórmula, exportable sin duda a muchas otras áreas de la sociedad española. "Buscad la verdad y respetad la sintaxis", hemos dicho a nuestros periodistas. "Hagámoslo juntos", propusimos a nuestros muy diversos lectores, suscriptores y anunciantes.

Y así es como, de Rugido en Rugido, nuestro León indomable está haciendo historia, con letra minúscula y entusiasmo mayúsculo.