Un principio fundamental debería estar en la cabeza de los ciudadanos el próximo 23-J: el del voto útil. El último sondeo de SocioMétrica para EL ESPAÑOL evidencia que el PP sube a costa de Vox, y que el PSOE mejora sus expectativas en detrimento de Sumar.

Consciente de que, como acredita el CIS, 1,8 millones de españoles dudan entre coger la papeleta del PSOE o la de Sumar, el PSOE optó en un primer momento por una campaña dicotómica para neutralizar la disgregación a su izquierda: o Sánchez o Feijóo.

Pero Yolanda Díaz puede obtener buenos resultados en las provincias grandes, y disputarle así el tercer puesto a Vox. Por eso, y aunque PSOE y Sumar compitan por el mismo voto (especialmente entre los más jóvenes), Sánchez seguirá auspiciando tácitamente el escenario de una reedición de la "coalición progresista" con Díaz.

Mientras tanto, Feijóo aspira a emular a Juanma Moreno. El PP ya habla claramente del objetivo de gobernar en solitario. Y como garantizó Miguel Tellado a este periódico, "La mayoría absoluta es posible, con 40 escaños más que el PSOE el PP podría gobernar solo".

Para contrarrestar esta posibilidad, el PSOE ya ha encarado su estrategia. Intentará recuperar el 12% de los votantes socialistas indecisos, frenar el trasvase de papeletas al PP y arrebatarle un 1% de votantes, y alentar la participación para que sea elevada.

No obstante, aunque de esta forma el PSOE pudiera impedir que la derecha reuniese una suma suficiente para gobernar, tampoco Sánchez lograría los escaños necesarios para la investidura. Y este escenario nos abocaría inevitablemente a una repetición electoral, que sería la tercera en ocho años.

Esta posibilidad es de todo punto indeseable. Porque, como se demostró en 2016 y en noviembre de 2019, las segundas elecciones no sirven necesariamente para vencer el bloqueo parlamentario, pero sí para que las opciones extremistas mejoren sus resultados.

Por eso, no le falta razón a Juanma Moreno, que en su entrevista de hoy con EL ESPAÑOL conmina a los "muchos votantes socialistas e incluso de Vox" a "pensar en la utilidad de su voto" para que "haya un gobierno fuerte". Y anima a que los españoles contrarios a Sánchez concentren su voto para maximizar el efecto premio del sistema electoral en las siglas del PP.

En este sentido, conviene no perder de vista que en 21 circunscripciones, gracias a un sistema electoral que actúa casi como mayoritario y no como proporcional, los dos grandes partidos son hegemónicos, prácticamente excluyendo al tercero de la posibilidad de lograr representación. 

Es decir, que en estas pequeñas circunscripciones de la España rural en las que se eligen cuatro o menos diputados (y que reparten un total de 73 escaños), el voto a las minorías, además de contribuir a la fragmentación, supone, en esencia, tirarlo a la basura. Pues los votos a Vox y a Sumar se perderían y no se traducirían en escaños.

Por ello, en estas provincias la apelación del PSOE y el PP al voto útil no sólo parece inteligente a nivel estratégico, sino también deseable para el conjunto de los españoles.

Los ciudadanos ya han tenido la oportunidad de comprobar los efectos perniciosos que tiene la fragmentación parlamentaria en la vida política. Basta con retrotraerse a la frágil mayoría sobre la que se sostuvo Mariano Rajoy en su segunda legislatura, una debilidad que sólo podía acabar en la moción de censura que lo desalojó del cargo. Por no hablar de la precaria mayoría del PSOE tras la repetición electoral, que condenó a Sánchez a ser rehén de las minorías extremistas y a España a cuatro años de sobresaltos constantes.

Hoy más que nunca ha de ser la racionalidad lo que rija la elección del voto de los españoles. Es imperativo tomar en consideración los efectos de nuestro sistema electoral en el reparto de escaños a la hora de acudir a las urnas, y actuar en consecuencia.

En este sentido, concentrar el voto en los dos grandes partidos nacionales se antoja la decisión más sensata. De lo contrario, no estaremos ante una mera penalización del bipartidismo en las Cortes, sino ante la perpetuación y la cronificación de la situación de inestabilidad en la que se encuentra sumida la política española desde 2015.