Este lunes se abre el juicio oral de la pieza de los papeles de Bárcenas relativa al presunto pago con dinero negro de la reforma de la sede del PP. A seis días para que Cataluña vaya a las urnas, el cambio de táctica de su extesorero salpica de nuevo a los populares, con el evidente intento del PSOE de explotar la situación. Basta observar las horas y horas que los medios afines al Gobierno le dedican al caso para hacerse una idea. 

El presidente del PP ya ha mostrado sus "sospechas" en cuanto a que la Fiscalía General del Estado, que dirige la exministra socialista Dolores Delgado, no sea ajena al cambio de estrategia en la defensa de Luis Bárcenas.

Depurar responsabilidades y esclarecer los hechos es un objetivo ineludible. Ahora bien, no es de recibo que se trate de identificar una y otra vez a Pablo Casado con la corrupción, cuando ganó unas primarias en el PP enfrentándose al rajoyismo y ha hecho tabula rasa en el partido. El argumento de atacar al PP por Bárcenas puede ser como el de atacar al PSOE de Sánchez por la cal viva, como ya hizo Pablo Iglesias en su día de forma inicua.

Campaña

Asistimos a una campaña para deslegitimar al PP en beneficio de Vox, como ya pudo percibirse la semana pasada en el Congreso de los Diputados cuando Pedro Sánchez alabó el "sentido de Estado" de Santiago Abascal por apoyar el decreto del Gobierno sobre los fondos europeos. Después de lo que ha dicho el PSOE sobre Vox se trata de un giro copernicano que responde a una evidente estrategia política.

A esa estrategia contribuyen, paradójicamente, los independentistas radicales con sus despreciables e intolerables agresiones a los líderes de Vox en los mítines. Al hacerlo, agigantan su imagen de enemigo del separatismo, por más que el PP o Cs también lo sean, y desde hace más tiempo. Un hipotético sorpaso de Vox al PP en Cataluña contribuiría a desestabilizar la posición de Pablo Casado dentro del PP.

Coherencia

La pinza al PP que pretende aplicar el PSOE con Vox supone desgastar a una opción de centro derecha para seguir engordando los extremos y polarizar aún más a la sociedad. Al hacerlo, los socialistas pretenden ubicar a Sánchez en el centro del tablero político, pero a un coste muy elevado, pues se pone en riesgo la democracia.

Casado está siendo coherente con su discurso de la moción de censura presentada por Abascal, y es lógico que su posición sirva de guía a todos los niveles. Por todo ello es tan oportuno el mensaje del líder del PP a sus líderes territoriales en cuanto a su determinación de desmarcarse para siempre de la extrema derecha y no pactar con ella futuros gobiernos municipales y autonómicos.