Tras una investigación que ha durado varios meses, EL ESPAÑOL ha destapado el ocultamiento sistemático en nuestro país de incidentes aéreos de máxima gravedad. Es más, de nuestras informaciones se desprende que se ha estado en más de una ocasión al borde de una tragedia de grandes magnitudes.

Hemos documentado episodios que incluyen aeronaves volando a escasos 60 metros de distancia, a punto de colisionar en vuelo, hechos que después han sido eliminados de los registros oficiales.

Riesgo de seguridad

Ángel Luis Arias Serrano, el director general de ENAIRE (antigua AENA), la empresa pública que gestiona la navegación aérea, ha tratado de ocultar la relevancia de esos incidentes al Consejo de Administración de la compañía, que preside Pedro Saura como secretario de Estado de Transportes desde 2018. 

La realidad es que, tras hacerse públicos estos sucesos, de los que Saura tuvo o pudo tener conocimiento, no ha reaccionado, estando como está en cuestión nada menos que la seguridad de las personas.

Manto de opacidad

Ni siquiera las cifras dispares entre diferentes órganos de seguimiento y supervisión de los incidentes aéreos, o los diferentes criterios para calificar un mismo caso han motivado aún una investigación interna y exhaustiva al respecto.

Los responsables de ENAIRE y los controladores defienden su actuación y tachan  de exageradas las informaciones. Pero, entonces ¿por qué arrojaron un manto de opacidad? ¿Por qué coincidiendo con las revelaciones de este periódico han desaparecido de la página web de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) algunas de esas incidencias? Está claro que urge una investigación interna y exhaustiva por parte de las autoridades.