Jordi Magentí, el hasta hace unos días principal sospechoso del crimen del pantano de Susqueda, ha sido puesto en libertad tras pasar casi 10 meses en prisión. Había indicios que le señalaban: estuvo en el pantano el día en que asesinaron a tiros a los jóvenes Paula Mas y Marc Hernández, tenía arma por su condición de cazador, y había cumplido 12 años de cárcel por matar con arma de fuego a su primera mujer. 

El juez instructor había avalado, paso a paso, las investigaciones de los Mossos d'Esquadra que apuntaban a Magentí como autor de las dos muertes. La Fiscalía y el abogado de las familias, también.

Reproche al juez

Sin embargo, la Audiencia de Gerona acaba de echar por tierra las conclusiones de esa investigación con un auto muy duro en el que desmonta las conclusiones de la Policía autonómica y pide que se busque a otros posibles autores del doble crimen, devolviendo el caso al punto de partida.

Por unanimidad, el Tribunal reprocha al juez que no haya ordenado investigar a otras personas que también estuvieron en Susqueda el día de los hechos y que haya mantenido a Magentí en "situación de prisión preventiva" con argumentos carentes de  "suficiente entidad".

El caso de Zaplana

Este asunto, pese a ser tan distinto, revela el mismo problema que subyace en el caso de Eduardo Zaplana. El quid de la cuestión es quién debe decidir acerca de las medidas cautelares. La experiencia demuestra que el juez instructor, al trabajar en estrecha colaboración con la Policía y la Fiscalía, puede dejarse llevar en ocasiones por la inercia a la hora de tratar de reunir las pruebas de culpabilidad. Sólo que esa inercia va en detrimento de un reo que aún no ha sido juzgado.

La prisión preventiva, como recordaba recientemente en estas páginas Javier Gómez de Liaño, debe tener carácter excepcional y estar plenamente justificada. En el caso de Susqueda, la Audiencia de Gerona acaba de determinar que se ha aplicado mal. En el de Zaplana, las dudas se amontonan de forma abrumadora y, en su caso, la posibilidad de un resarcimiento se aleja cada día.