Tal y como hoy informa EL ESPAÑOL, el informe que el número dos de la Policía encargó sobre el 11-M a la Brigada de Análisis y Revisión de casos, buscaba confirmar si en los vídeos grabados por las cámaras de seguridad aparecían los condenados por la Audiencia Nacional e incluso si se podía identificar a nuevos sospechosos. Los visionados fueron, en ese sentido, inútiles.

Pero sólo el hecho de que los agentes revisaran minuciosamente todas las imágenes indica que la Policía era la primera que tenía serias dudas sobre la versión oficial de los atentados que consagró la sentencia. Por otra parte, resulta muy llamativo que ni el principal condenado, Jamal Zougam, ni uno solo de los siete islamistas que se suicidaron en el piso de Leganés, quedaran registrados en las cámaras.

Nuevas diligencias

De la misma forma que esa prueba de los vídeos no descubre otros implicados ni terroristas, a contrario sensu podría servir de argumento a Zougam para pedir nuevas diligencias. De la misma forma, por más que la Fiscalía de la Audiencia Nacional haya estimado que "no es útil ni pertinente la práctica de nuevas diligencias", la Asociación de Víctimas del 11-M debería poder plantear una reapertura del caso si del contenido del informe pudieran extraerse datos suficientes para ello.

Las "nebulosas del 11-M" de las que habló el comisario Eugenio Pino para justificar el encargo de revisar unos hechos ya juzgados podrían acabar conformando nubarrones si no se arroja luz sobre ellas. Es imprescindible que el ministro del Interior informe en el Parlamento tanto acerca de qué motivó la solicitud de un informe precisamente del 11-M, qué tipo de pesquisas se hicieron y con qué resultados.

En demasiadas ocasiones se ha acusado de frivolizar con los atentados y con las víctimas a los pocos medios de comunicación que han intentado esclarecer las zonas oscuras del 11-M, pero precisamente porque no se puede tomar a la ligera el mayor atentado de la historia de España, las autoridades deben informar con rigor de cualquier novedad que se produzca. Y la prensa, exigírselo.