Del mismo modo que el desprestigio de las dos grandes formaciones propició el ocaso del bipartidismo, el descrédito de Rajoy entre los votantes tradicionales del PP ha abonado el terreno a un nuevo partido a caballo entre las ideas conservadoras y las liberales. Esta es la principal conclusión de la última entrega del macrosondeo de SocioMétrica / EL ESPAÑOL, que explora el efecto en la derecha electoral del divorcio de FAES y Aznar con el rajoyismo.

El menosprecio de Rajoy y su entorno por algunas señas de identidad del PP -defensa de la unidad de la nación frente a chalaneos partidistas, de la bajada de impuestos frente a tentaciones intervencionistas, y de la propia historia reciente frente al relato de la izquierda- no sólo ha deteriorado definitivamente la relación entre el fundador del partido y su sucesor.

El foco en FAES

También ha puesto el foco de la derecha sociológica en la fundación FAES y en el propio Aznar, cuyas agendas son la mejor prueba de que algo se mueve a la derecha. El ex presidente del Gobierno inicia este lunes en Valencia una significativa ronda de encuentros con representantes del mundo empresarial afines. Y el think tank conservador tomará el jueves la iniciativa con una conferencia en la que participarán otros grandes damnificados por Rajoy como Alberto Ruiz-Gallardón y Josep Piqué.

A expensas de comprobar si la andadura en solitario de FAES cristaliza -como sería natural- en un nuevo partido, de lo que no hay duda es de que los indicios de vida a la derecha del PP son sólidos y apuntan con claridad a la figura de Aznar. Más de uno de cada cinco votantes del PP cambiarían de papeleta si el expresidente impulsase un nuevo partido. Además, este nuevo proyecto movilizaría a uno de cada seis abstencionistas. Es decir, si tomamos como referencia los resultados de junio, una nueva formación liderada por Aznar conseguiría cuatro millones de votos y 51 escaños -empataría con el PP en la Comunidad de Madrid- y tendría la llave de la gobernabilidad junto a populares y Ciudadanos. 

Liderar o impulsar

Está por ver si Aznar decide volver a la arena política, pero de lo que no puede dudarse es de su vocación por influir de forma activa en el debate público. De hecho, su decisión de abandonar la Presidencia de honor del PP se interpretó como congruente con esta vocación, puesto que hacía ya demasiado tiempo que la dirección no le tenía en cuenta.

Otra posibilidad sería que Aznar tratase de inspirar y auspiciar una iniciativa sin liderarla. No sería una opción baladí ante un escenario político tan volátil como el que describen los sondeos que hemos publicado la última semana. Sobre todo teniendo en cuenta que el mito de una derecha mayoritaria y estable se ha desvanecido con Rajoy al frente del PP y del Gobierno.