Ciudadanos afronta su asamblea general de febrero con un liderazgo sin fisuras, un suelo electoral de tres millones de votos, el respaldo mayoritario de sus electores a la estrategia emprendida por Albert Rivera y una confianza en sus propias posibilidades que contrasta con el declive sin remisión que le presagian cada día algunos opinadores de parte.

A la luz de los resultados del macrosondeo de SocioMétrica que publicamos hoy, el análisis de las fortaleza y debilidades de C's resulta más que prometedor para el partido fundado por Rivera hace diez años en Cataluña. Sobre todo cuando este 'congreso de refundación' tiene como reto completar el tránsito del partido al ámbito estatal y consolidarlo como alternativa real de Gobierno.

Liderazgo sin parangón

Sus principales activos son su base de votantes y el liderazgo interno más consolidado del panorama, tanto si se compara con los partidos tradicionales como con el otro representante de la 'nueva política'. De hecho, si tenemos en cuenta que cuatro de cada diez votantes del PP no quieren que Rajoy repita al frente de su partido, que el PSOE atraviesa descabezado la peor crisis de su historia y que la guerra entre pablistas y errejonistas puede convertir Vistalegre en una sarracina, no es exagerado afirmar que la figura de Rivera supone una ventaja competitiva para C's.

En las grandes decisiones políticas de la legislatura tampoco hay fisuras. Sólo un 21,5% de sus votantes difiere de la estrategia y cree que C's tiene que entrar en el Gobierno de Rajoy. Por contra, un 70% coincide con Rivera y cree que sólo deben apoyar las leyes que concuerden con su ideario. Por lo que refiere sus perspectivas de futuro, más del 35% mantiene que este partido crecerá frente a -sólo- un 8% que opina que perderá votos.

Rechazo a los estatutos

En el debe, lo que sí pone de manifiesto nuestro macrosondeo, es que la gran mayoría de los votantes de C's rechaza la ponencia de estatutos, cuya modificación ha dado por seguro el propio Rivera. En concreto, un 70% se opone a que los cargos del partido tengan que pedir permiso al gabinete de Comunicación antes de hablar con los medios, más del 67% está en contra de que se prohíba la existencia de corrientes internas y un 55% rechaza que se expulse a los militantes que difieran de los principios fundamentales del partido.

La aprobación de estas medidas disciplinarias ha estado condicionada por algunos problemas de comunicación y por la constatación de campañas de desgaste contra Inés Arrimadas. Se ha especulado mucho sobre un relajo en la defensa de la unidad de España por parte de C's en Cataluña, pero lo cierto es que esta tesis sólo la comparte un 10% de los votantes de la formación.

Ciudadanos tiene ante sí la responsabilidad de abordar y definir la altura de su ambición. Mantener a Rajoy sólo tendrá sentido si es el peaje que hay que pagar por un tiempo para avanzar en la regeneración política del país, valga la contradicción. De la habilidad y coherencia de Rivera y su equipo dependerá que aprovechen o no su potencialidad en el tablero multipartidista.