Rajoy y Rivera quieren comprometer al PSOE en la aprobación de los Presupuestos. Entienden que su apoyo -siquiera en forma de abstención- sería muy positivo para dar confianza al país y transmitir credibilidad ante Bruselas.

El anzuelo que PP y Ciudadanos han puesto a los socialistas es el gasto social. Las cuentas que ambas formaciones barajan destinan casi siete de cada diez euros a ese capítulo, lo que supone un subida del 30% en relación a 2016.

Dependencia

Las partidas más notables serían las destinadas al plan de atención a la dependencia y el denominado "complemento salarial garantizado" para las rentas más bajas, que ya acordaron en su día Ciudadanos y el PSOE. Un plan para luchar contra la pobreza infantil y la gratuidad de los libros de texto completarían las principales apuestas en el apartado social.

La estrategia del PP y de Ciudadanos ha encontrado un primer revés en el anuncio que el viernes hicieron UGT y CCOO de convocar movilizaciones para diciembre. Ambos sindicatos reclaman mejoras salariales para los trabajadores. Aunque su posición no tiene por qué ser determinante, a buen seguro complicará a los socialistas una posible colaboración con el Gobierno. 

PNV por PSOE

Si el PSOE no apoyara finalmente los Presupuestos, las medidas sociales a las que se compromete el Ejecutivo podrían ayudar a que el PNV las respaldara o, al menos, no las rechazara. De esa forma, y con el voto de Nueva Canarias, las cuentas de 2017 estarían salvadas.

Es determinante la aprobación de los Presupuestos, no sólo para dar certidumbre, sino porque de cómo se resuelva este asunto podremos hacernos una idea de por dónde puede discurrir la legislatura. España no se puede permitir seguir dando idea de permanente provisionalidad.