Javier Ruiz y la falsa médico María del Mar Suárez en 'Mañaneros 360', donde se le rotula como sanitaria.

Javier Ruiz y la falsa médico María del Mar Suárez en 'Mañaneros 360', donde se le rotula como "sanitaria". RTVE

Columnas SIN SOLTAR AMARRAS

Un fonendoscopio de mentira para que nos traguemos la pastillita

No me parece mal que María del Mar la cocinera/administrativa/sindicalista/liberada se haga pasar por médico en una fiesta del cole de sus hijos. Lo que no tiene perdón es que cuele la mandanga en la televisión pública.

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En los últimos meses de su vida, mi abuelo padeció demencia senil. Durante aquel tiempo hizo muchas cosas raras, como volver a su etapa de combatiente de guerra y dar órdenes para tomar una colina. Un día se le metió en la cabeza que sus hijos querían envenenarle para quedarse con su casa, aunque hacía tiempo que estaba a nombre de mi tía discapacitada.

Pero como mi abuelo flotaba en la niebla de la desmemoria, estaba convencido de ser víctima de una conspiración para mandarlo al otro barrio, y se negaba tercamente a tomar una medicación que necesitaba.

Sus hijos empezaron a alarmarse, pero mi abuelo siempre fue tozudo como una mula, y escupía sin disimulo las píldoras blancas del desayuno, pues pensaba que eran un instrumento para darle matarile.

A alguien se le ocurrió entonces una idea brillante: pusieron a un amigo de mis primas una camisa blanca y larga y le dieron un fonendoscopio de juguete. Y haciéndose pasar por médico convenció a mi abuelo de que aquellas pastillas no sólo no tenían efectos adversos, sino que eran muy necesarias para su buen vivir:

- ¿Está usted seguro, doctor?"

- Totalmente, señor Rivera. Tiene usted que tomarse estas medicinas cuanto antes" "

- Bueno, pues si usted lo dice…

Las personas normales, las buenas personas, los viejos, los niños, los adultos, todos, hemos sido educados para fiarnos de los médicos. Y por eso Javier Ruiz, desde su atalaya en Televisión Española, entrevistó a una médico llamada María del Mar Suárez para evaluar la crisis de los cribados de cáncer de mama en Andalucía.

Si uno escuchaba, la señora parecía más todóloga que médico: no entraba en detalles y decía frases tan científicas como "nosotros estamos alucinando" o "esto huele muy mal y pinta muy mal", que para eso no hace falta licenciarse en Medicina.

Te lo hubiese dicho igual el del kiosko de prensa o la vendedora de flores de la puerta del hospital.

Pero María del Mar, la entrevistada de Javier Ruiz, iba rotulada como "Sanitaria Virgen del Rocío", y el presentador la trataba como médico.

Y además María del Mar llevaba una bata y un fonendoscopio, pero no de plasticorro, como el que usamos para engañar a mi pobre abuelo, sino un fonendo de metal, profesional, en condiciones.

Unas horas más tarde supimos que la sanitaria de TVE era tan falsa como el amigo de mi prima, aunque estaba mejor caracterizada: María del Mar, la del fonendo bueno, había sido cocinera, y luego administrativa y liberada sindical de UGT, aunque no sé en qué orden.

El caso es que se descubrió el pastel, se supo que la doctora Suárez no era doctora ni nada parecido, y que se había colocado la bata y el fonendo como se lo puso aquel buen chaval que quería convencer a mi abuelo de que se tomase la pastilla. La una y el otro trataban de engañar al personal, aunque evidentemente con distintas intenciones.

A mí no me parece mal que María del Mar la cocinera/administrativa/sindicalista/liberada se haga pasar por médico en una fiesta del cole de sus hijos, cuando va a hacer la compra o al pasar por la farmacia. Por lo que sea, impone más una mujer de ciencia que una liberada sindical.

Lo que no tiene perdón es que cuele la mandanga en la televisión pública. Que, por cierto, lejos de pedir disculpas por la metedura de pata ha defendido la situación de fuente de autoridad de María del Mar con tanto ardor guerrero como el que usaba mi abuelo nonagenario para dirigir acciones de guerra que sólo eran reales en su cabeza devastada.

Televisión Española y el programa de Javier Ruiz utilizaron la misma técnica de manipulación que empleamos nosotros para que un anciano demente se tomara sus pastillas. Y así está el patio. Esperamos a la próxima. Que será, como esta, gorda y peluda.