Robert Francis Prevost, León XIV.

Robert Francis Prevost, León XIV. Efe

Columnas VERLAS VENIR

León XIV marcará su propio territorio

El nombre de León XIV puede ser una declaración de intenciones. León XIII fue conocido por su encíclica Rerum novarum, considerada el documento fundador de la doctrina social de la Iglesia.

Publicada

Los cardenales optaron por no alargar el cónclave lo suficiente como para sembrar dudas sobre la división de la Iglesia.

Acertaron quienes auguraron que un precónclave largo hacía esperar un cónclave corto. Y la relativa rapidez en la elección daba a entender, antes de que el nuevo pontífice saliera al balcón, que los cardenales no habían optado por una ruptura radical con el anterior pontificado.

Y así ha sido. Papable, aunque no favorito, Robert Francis Prevost (sesenta y nueve años) entró cardenal en el Cónclave y ha salido de él Papa con el nombre de León XIV.

Leon XIV.

Leon XIV. Reuters

Un estadounidense y agustino ocupa por primera vez la silla de Pedro.

El nombre podría ser una declaración de intenciones. León XIII fue conocido por su encíclica Rerum novarum, considerada el documento fundador de la doctrina social de la Iglesia.

Licenciado en Ciencias Matemáticas, más tarde se especializó en Filosofía y luego estudió Teología en Chicago. Fue ordenado sacerdote a los veintiséis años y enseguida fue enviado a Perú, donde ha desarrollado la mayoría de su actividad pastoral.

Es doctor en derecho canónico del Angelicum y compaginaba su enseñanza con la formación de los seminaristas y la atención a los más necesitados.

Habla con fluidez inglés, español, italiano, francés y portugués. Algo siempre de agradecer cuando se trata de encabezar una institución universal.

Sin ser mediático, su nombre ya sonaba, precisamente por ser un perfil tan multifacético que puede satisfacer a muchos que buscan a un teólogo, pero también a un pastor. A un conocedor de la doctrina, pero que ha bajado al barro de la vida diaria de su grey.

Como advertía el vaticanista John Allen: “En un cónclave marcado por la polarización, ganan fuerza los cardenales discretos, fiables, que no dividen, sino que unen”.

Uno de sus principales puntos fuertes es que asegura la continuidad con el anterior pontificado, ofreciendo una imagen de estabilidad.

Prevost gozaba de la confianza absoluta de Francisco, que le nombró prefecto de la Congregación de Obispos, encargo que implicaba la responsabilidad de seleccionar a los nuevos obispos.

Es decir, de moldear el futuro de la jerarquía de la Iglesia.

Eso sí, en el balcón ha aparecido revestido con los ornamentos tradicionales de Benedicto XVI. León XIV ha vuelto a los zapatos rojos para dejar claro que lo del papa Francisco era un estilo personal y no la inauguración de una nueva era.

Prevost marcará su propio territorio recordando que el pontífice no es el heredero de Francisco, sino de Pedro, como decía recientemente el vaticanista Austen Evereigh.

Eso sí, la sinodalidad, bandera polémica del papa Francisco, ha estado presente en sus primeras palabras en el balcón, por lo que cierta sintonía con su antecesor está asegurada

Otro de los factores que ha podido ser clave en la elección de Prevost es su capacidad probada de gobierno. La situación financiera de la Iglesia, la necesidad de llevar hasta el final la reforma de la Curia y la falta de unidad piden un hombre, no sólo de Dios, sino de mano firme.

En 1999 volvió a Estados Unidos para ponerse al frente de los agustinos en Chicago. Dos años después, fue elegido Prior General de la Orden, un cargo internacional que ejerció durante doce años.

Desde esa posición, conoció de primera mano la diversidad de la Iglesia en el mundo y sumó experiencia en gestión interna, resolución de tensiones, reformas normativas y formación del clero.

En 2014 volvió a Perú a petición del Papa y tuvo que lidiar con las complejidades tanto del país como de la propia situación de la diócesis de Chiclayo, vacante en aquel momento. Su gestión causó una gran impresión en la Iglesia.

En palabras de Allen: “Fundamentalmente, hay tres cualidades que los cardenales buscan cada vez que tienen que tantear a un posible Papa. Quieren un misionero, alguien que pueda dar un rostro positivo a la fe. Un estadista, alguien que pueda estar en el escenario global con los Donald Trump, Vladímir Putin y Xi Jinping del mundo y mantenerse firme. Y un gobernador, alguien que pueda tomar el control del Vaticano y hacer que los trenes funcionen a tiempo, incluyendo la gestión de su crisis financiera. Hay argumentos sólidos para afirmar que Prevost cumple los tres requisitos”.

El hecho de que sea un perfil tan equilibrado y, en cierta manera, diplomático, hace que no se sepa mucho sobre sus posicionamientos en cuestiones de ortodoxia doctrinal como la ordenación de las mujeres, la bendición a parejas homosexuales o la misa tradicional. Esto decepciona a quienes deseaban un pontificado con una ortodoxia más clara.

Sí se sabe que como obispo de Chiclayo rechazó incluir la educación sobre género en los colegios. También ha criticado que los medios fomenten el “estilo de vida homosexual” y las “familias alternativas compuestas por parejas del mismo sexo”. Una perlita para quienes desean sacar la espada en la doctrina.

Su debilidad más evidente es la sombra que le acompaña por las acusaciones de encubrimiento de abusos sexuales. La principal denuncia es la realizada por tres hermanas que aseguran que, en 2022, cuando denunciaron abusos en la diócesis, Prevost no abrió una investigación sobre el asunto.

Hay quien consideraba arriesgada su elección precisamente por este lastre.

León XIV saluda a los fieles desde el balcón de la basílica de San Pedro.

León XIV saluda a los fieles desde el balcón de la basílica de San Pedro. Reuters

Sin saber qué hará León XIV, sí hay algo personalísimo a cada cardenal que da pistas de por dónde va a ir su papado: el lema episcopal que adoptaron al ser nombrados obispos de la Iglesia Católica.

El Papa Benedicto XVI, implacable contra la “dictadura del relativismo” y que cerró su pontificado con la encíclica Caritas in veritate, tenía como lema Cooperatores veritatis (“Cooperadores de la verdad”).

Del mismo modo, Miserando atque eligendo (“Teniendo misericordia, lo eligió”), del Papa Francisco, anunciaba ya su preferencia por la compasión hacia los más necesitados.

El lema de Prevost es In Illo uno unum (“En aquel uno, uno”) una abreviación de una frase de un sermón de san Agustín para explicar que "aunque los cristianos somos muchos, en el único Cristo somos uno".

Si profetiza un pontificado centrado en la unidad, bienvenido será.