El 44% de los hombres dice que se nos ha ido la olla con el tema de la igualdad, que las cosas han llegado "demasiado" lejos, que ahora los discriminados son ellos. Es curiosa la sentencia ya desde su formulación, porque algo nunca puede ser "demasiado igual". O es igual, o no es.

A ver si lo que quieren decir es que les gustaba un poquito más esa época chula donde nos restregaban los genitales en el metro con la naturalidad del que le saca brillo al cristal de la gafa o nos pegaban un tortacito para corregirnos, cenando delante de los amigos, y los amigos no decían nada.

Tener una jefa, aunque cobre menos de lo que cobraría un jefe, tampoco les es plato de buen gusto. Son histriónicas y se creen que lo saben todo. Tienen la regla demasiados días. Y cuando la dejan de tener, hala, la menopausia: muchos calores y un atractivo decreciente. Ni para fantasía erótica. 

Fotograma de Machos Alfa.

Fotograma de Machos Alfa.

Yo supongo que la igualdad les mola sólo a veces, cuando pueden pagar el alquiler a medias con su novia porque la chavala tiene un trabajo propio o cuando disfrutan de sexo espontáneo con una piba que conocieron esa noche sin molestarse en memorizar su nombre ni en acompañarla a la puerta.

Eso es para ellos, tan a menudo, la liberación sexual: follar sin elegancia ni humanización y aún tener cancha para decirle "tía, ¿cómo es que me pides el Instagram? No te pilles, empodérate, esto es sólo sexo y tú no necesitas a ningún hombre". Toma que toma. 

A mí este dato del 44% me ha dado un disgusto, pero también me ha parecido muy revelador. Te pone un poco en alerta. Dices: "Joder, están por todas partes, proliferan como setas".

Y te quedas mirando con cierta sospecha a tus compañeros de curro y al taxista que es tan majo y hasta a tus colegas, porque seguro que alguno, a lo zorro callado, piensa secretamente que sus comadres somos unas piradas (pero le venimos bien porque le blanqueamos las redes sociales, "¿ves?, yo claro que tengo amigas chicas" o nos comemos las chapas sobre su vida que sus amigos varones ignoran y pasan de analizar).

Serán seguro los mismos que le cogen el móvil a su pareja a escondidas para ver si osa interactuar con otro hombre. Los que regalan una operación de tetas por el cumpleaños de la churri ("jajá, en verdá el regalo es pa'mí", ríen los fieras en los bares). Los que les prohíben ir al psicólogo porque "tú verás que ese me va a echar la culpa de todo a mí y te va a comer la cabeza".  

Están ahí. Pero les pillaré. Les cazaré uno a uno. Son muchos, pero yo muy lista. 

Me gustaría saber qué porcentaje, dentro de ese 44%, es homosexual. Quiero saber si hay traidores en las filas de mi más amado colectivo.

Quedan demasiados gais misóginos. Quedan demasiados gais sin memoria política reciente. Éramos nosotras las que nos poníamos de su parte cuando algún matón les vacilaba en el colegio, éramos nosotras las que les acompañábamos a las manifestaciones, éramos nosotras las que bailábamos con ellos en las discotecas (ahora, en algunas, incluso está prohibida la entrada a chicas). 

Son interesantes las franjas de edad que desliza el CIS. Ahora, más que nunca, deberían quedar desterradas por fin palabras que detesto como "señoro" (siempre he dudado de la inteligencia de alguien que emplea un concepto así) o "pollavieja" (nunca he dudado de la ordinariez y la gerontofobia de quienes lo empleaban): son los mayores de 75 años los que menos de de acuerdo están con la afirmación de que se ha llegado tan lejos con la igualdad que se está discriminando a los hombres (38%).

En realidad, el grupo más machista es el de los chicos de 16 a 24 años (un 51,8% está de acuerdo con la afirmación). Es indecente, es peligrosísimo. Pienso que tiene sentido que sea la generación de los pornonativos. Su primer contacto con el sexo fue el vídeo de un bukake donde a la chica la llamaban "guarra tragona". Igual eso tiene algo que ver con su actual misoginia, pero ¿qué sé yo? 

El segundo grupo más machista es el que abarca de los de 34 a 44 años (46,2%). A partir de ahí, la cifra va bajando. ¿No es interesante? ¿Realmente son más feministas o es sólo que se van haciendo mayores y están cansados?

Yo no sé si los del 44% son idiotas del todo o simplemente son malos, pero ya qué más me da. De la idiotez también tiene que hacerse cargo uno. La ceguera y la desinformación son una irresponsabilidad. El año pasado, en 2023, 56 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas. Desde 2003 son 1.238. La brecha salarial de las mujeres se ha recortado levemente (aún sigue en un 13% de diferencia), pero en España las trabajadoras con sueldos más bajos duplican a los hombres.

Las niñas están deseando cumplir 18 años para pincharse los labios y operarse todo el cuerpo porque la presión sobre la belleza en la era de la imagen se ceba con ellas. Es por esta misma razón que las personas que sufren trastornos de conducta alimentaria (como anorexia o bulimia) son, en un 90%, mujeres. Nadie sabe cuántos puticlubs hay en España, pero en los últimos cinco años la Policía ha inspeccionado más de 8.200. 

La vida laboral no vuelve a ser la misma después de la maternidad. Padecemos violencia obstétrica. Interior señala las agresiones sexuales con penetración han aumentado un 53,2% desde 2019. Según la OMS, con el mismo diagnóstico, a las mujeres se les prescribe hasta cuatro veces más ansiolíticos y antidepresivos que a los hombres. Pero ellos no se enteran. Ellos aún creen que somos unas privilegiadas. Es de vergüenza. 

John Waters decía: "Si vas a casa de alguien y no tiene libros, no te lo folles". Yo digo que si conoces a alguien que te interesa, le haces un par de preguntas estratégicas y ves que es del 44%, salgas corriendo hacia Asia. Pan y agua. Jamás beses a alguien que se pase por el arco de triunfo tus derechos: así, en general. Y, ni mucho menos, salgas con uno de ellos. Me explicó un amigo psiquiatra que, además de un CI similar, es una ideología común la que garantiza el éxito de una pareja. No pierdas el tiempo, nena. 

Si no forman parte de la solución, forman parte de problema. Iniciemos una huelga sexual, como Lisístrata. Van a pasar más hambre que los patos de Manolo. Alguien tendrá que educar a los niños.