Podemos había fiado su supervivencia a eso que los observadores más avezados que uno han llamado feligresía. Una campaña orientada a los seguidores más sectarios que le serviría para tasar en qué punto se encuentra su suelo para, a partir de ahí, arrancar las negociaciones para definir cómo se integra (o no) en Sumar de cara a las generales de diciembre. El resultado de este planteamiento no ha podido ser peor para esos intereses.

Madrid jugaba aquí un papel vital. En el ayuntamiento, el exatleta Roberto Sotomayor intentaba entrar desde la calle (atleta, ¡claro!). La formación no presentó candidatura en 2019 por falta de margen de maniobra tras el nacimiento semiclandestino de Más Madrid.

Los candidatos de Podemos a la alcaldía de Madrid, Roberto Sotomayor y a la comunidad madrileña, Alejandra Jacinto, durante su comparecencia tras conocerse los resultados de su formación en las elecciones de hoy.

Los candidatos de Podemos a la alcaldía de Madrid, Roberto Sotomayor y a la comunidad madrileña, Alejandra Jacinto, durante su comparecencia tras conocerse los resultados de su formación en las elecciones de hoy. EFE / Zipi Aragón

Sotomayor ha interpretado el argumentario de Pablo Iglesias con más disciplina que convicción. Ya saben: Florentino Pérez y los comunicadores de teles y radios como grandes enemigos de la gente de a pie, que no lleva más de tres años gobernada por una coalición PSOE/Podemos sino toda la vida por una entente entre Zara y Mercadona. 

La no entrada en el Ayuntamiento parece peccata minuta comparada con la salida de la Asamblea. Era difícil arrendarle la ganancia a Alejandra Jacinto; que hubo de asumir, tras algunos titubeos con Carolina Alonso, la herencia de los restos que había dejado la bomba de humo del fundador tras la noche electoral de 2021. Su entusiasmo tocando la partitura de Iglesias no ha sido menor.

La campaña textil, ya fuera en forma de camiseta o de lona callejera, le ha permitido una presencia mediática envidiable teniendo en cuenta que representaba al grupo de menor tamaño en el parlamento madrileño. No ha servido para evitar la caída por debajo del 5%. 

El fracaso de Jacinto y Sotomayor tiene una lectura nacional, dada su ya citada observancia estricta del pablismo. Si la situación de Podemos es mala en general, resulta particularmente crítica en aquellos que más se identifican con el exlíder que un día fue logotipo. Como sus representantes en el Gobierno de España, por ejemplo.

Ione Belarra resumió sin pretenderlo en qué situación se encuentra la formación cuando acompañó a votar a su alcaldable. "Hoy, por fin, la gente de nuestro país tiene el mismo poder (…) que Florentino Pérez, que Ana Patricia Botín, que Juan Roig". Como señalaba Sandra Várez, es llamativo que semejante discurso proceda de alguien que ha nacido en democracia. "¿Por qué habla como si todo hubiera empezado con ella?". 

¿Y ahora qué? No puede decirse que a Yolanda Díaz le haya ido mucho mejor. Ninguna de sus apuestas para el 28-M tiene demasiado de lo que presumir. Queda mucho café por beber en el proceso de perfilado de Sumar. Y no se va a servir en taza de Mr. Wonderful. 

Ponemos Canal Red para saber qué tienen que decir de esta noche electoral. Pero están emitiendo una reposición.