Pensaba que este año no vería nada más surrealista que Vox presentando a Ramón Tamames como candidato a una moción de censura. Y así era hasta que Macarena Olona se puso a tuitear sobre el Carnaval de Cádiz como una entendida en la materia.

"Como esta siga por ahí presenta una enmienda al reglamento del concurso de chirigotas creyéndose que es como la ley 39/2015 de procedimiento administrativo", comentaba un tuitero con guasa.

La que fuese un peso pesado en Vox ha hecho el viaje inverso al economista cuasinonagenario. Pero en vez de realizarlo de manera progresiva y en sentido natural, lo ha hecho como se dice aquí abajo "de golpe y porrazo" y a contramano. Como si hubiese un fallo de raccord.

Nos ha dejado descolocado a todos, a izquierda y derecha, pese a que la principal desubicada es ella. Allende el partido está la intemperie, y Olona, despechada, va dando palos de ciego movida por la venganza a quienes se la jugaron y por la baja autoestima de quien pasa, sin solución de continuidad, de la egolatría a la más absoluta irrelevancia.

Pero, antes de llegar hasta las chirigotas, recapitulemos.

En su camino frustrado a la presidencia de la Junta de Andalucía, Macarena Olona no se cayó del caballo (cabalgando junto a Morante y Abascal), sino que la descabalgaron. No fue ella, la más cafetera dentro del partido integrista, la que renunció a Vox y a sus principios tras vivir una epifanía, sino que le dieron una patada desde Madrid y aterrizó como pudo en Granada, donde, pese al paracaídas, no cayó precisamente de pie.

Tras una campaña compuesta de tópicos y arrogancia, y que parecía diseñada a cuatro manos por Mérimée y Mortadelo, Olona logró, por el bien de los andaluces, que el partido de Abascal fuera intrascendente en la gobernabilidad de la Junta. La mayoría absoluta del PP y la inutilidad de su partido fruto de aquellas elecciones autonómicas significaron el comienzo del ocaso de Vox.

Olona había prometido quedarse en la oposición andaluza y no volver al Congreso en el remoto caso de que no tocase poder. Y como no contemplaba ese escenario, cuando se vio inmerso en él se puso enferma. Estando mala y todo, regresó a Madrid, donde se dio cuenta de que los suyos habían cambiado la cerradura del portal de la sede de Bambú.

Tras una súbita recuperación de una "grave" y "rara" enfermedad, reapareció en el Camino de Santiago como una dolorosa con un mensaje que recordaba al del señor Burns en aquel capítulo de Los Simpson en que chutado y luminiscente se pierde con nocturnidad por el bosque: "Os traigo paz y amor".

Desde la plaza del Obradoiro lanzó la última súplica a Abascal. Y este le contestó que no, que lo suyo era imposible, que le deseaba lo mejor y que se abrigara, que allí afuera hacía mucho frío.

¿Qué pasó ahí, en la relación entre la dirección de Vox y la que fuese su secretaria general y portavoz en el Congreso? ¿Por qué se rompió ese amor?

Le he preguntado a mi paisano Manuel Alejandro y de manera críptica me ha respondido lo siguiente:

‒Jamás duró una flor dos primaveras.

Y tras la primavera de 2022, comenzó el cuento de la despechada, que el próximo domingo vivirá su clímax en el programa de Évole. No hay nada más peligroso que una mujer malquerida, para su expareja y para ella misma. Que se le pregunten a Piqué. De hecho, la propia Olona ha asumido en Twitter el mensaje de Shakira: "Una loba como yo no está pa'novatos".

Pero de su cuenta en chez Elon Musk lo que más llama la atención es su súbito interés por el concurso de agrupaciones del carnaval de Cádiz. Ha escrito tuits alabando y compartiendo una letra de comparsa en defensa del aborto libre escrita desde posiciones libertarias:

"La defensa de la vida no está en una ecografía'. A fuego. Poeta", ha comentado en Twitter respecto al pasodoble de Los Esclavos que acaba diciendo: "Quita tus garras, tu credo y tus manos de los úteros sagrados […] Lo que tú quieres en verdad es imponernos tu moral para obligar a la mujer a ser tu esclava".

También ha aplaudido el cuplé viral de la Juani (con el que el propio Jorge Javier Vázquez invitaba a asistir a la manifestación del domingo contra Ayuso) en el que esta canta las cualidades de su vagina para rematar invitando "a los de Vox" a que degusten dicho manjar.

Y anuncia que vendrá el sábado de carnaval (o sea, este sábado) a Cádiz a disfrutar por primera vez de sus carnavales. Y que le gustaría hacerlo disfrazada de quinqui. Lo de quinqui va por la copla que le dedicó el pasado concurso (celebrado en mayo) en plena precampaña electoral la comparsa homónima de Vera Luque.

"El interés ya no es político, es el de una ciudadana que ahora, después de lo ocurrido en Andalucía, se está acercando con admiración y respeto al Carnaval de Cádiz", me comenta la propia Olona.

"Entiendo la letra de aquella chirigota; de los errores se aprende, y yo ya hice autocrítica sobre aquella campaña que me vi empujada a realizar", continúa. Y concluye afirmando que vive "una nueva etapa despojada de cadenas políticas" y que ahora es "una mujer libre y abierta a la que ha conquistado la voz del pueblo cantada".

Evidentemente, leyendo los tuits, por su redacción, sentido del humor y conocimiento de la materia, ni el más cándido pensaría que los ha escrito la ex de Vox. Como apunta el propio Jordi Évole también por Twitter: "Yo creo que tú tienes un community del sur".

No exactamente un community manager, sino una suerte de asesor externo y puntual. Y sí, del sur. Un tío joven y con mucho talento al que, por omertá corporativa, no descubriré.

Mas a toro pasado me imagino que si Macarena, en vez de poner la campaña andaluza en manos de Zancajo y compañía, hubiese estado en manos de alguien inteligente y conocedor del terreno, como este compañero, su destino y el de Vox hoy podrían ser muy distintos.

Afortunadamente, ambos, partido y candidata, hicieron el ridículo y se la pegaron marcando el inicio del fin de Vox. Dicho lo cual, le deseo lo mejor a Macarena Olona: nunca es tarde para enmendarse.