A las 23:31 de este miércoles Ana Pastor dejó a los telespectadores pendientes de su última pregunta a Feijóo. "Tengo una pregunta más... pero será tras la publicidad".

La vida tiene destellos maravillosos. Si por algo se caracterizan las entrevistas de Pastor es por su acometividad. Son... diría que son como pasar la prueba del polígrafo. ¡Eso es! Y de repente, en el momento cumbre, recurre al latiguillo "No conteste, hágalo después de la publicidad", que popularizó hace tres décadas Julián Lago en su programa La máquina de la verdad.   

¿Cuál sería esa última pregunta? Por deformación profesional jugué a adivinar y me incliné por la sentencia de los ERE. Al mediodía, la Sala Penal del Tribunal Supremo había notificado su fallo, la última palabra de la Justicia sobre uno de los mayores fraudes con dinero público en la historia de España.

Y entonces pasan uno, dos, tres, cuatro... hasta doce minutazos de anuncios. ¿Qué ocurrió en ese tiempo en el plató? ¿De qué hablaron la periodista y su invitado? ¿Hicieron bromas para cortar la tensión tras casi una hora de interrogatorio?

Claro, habían transcurrido sólo veinticuatro horas de la entrevista de Xabier Fortes a Pedro Sánchez en Televisión Española y la comparación era inevitable. Son dos estilos distintos. Mientras Fortes trató de no herir la susceptibilidad de su entrevistado en las preguntas más incómodas, Pastor le estampaba al suyo unos gráficos pavorosos.

Precisamente Feijóo demostró estar en forma al corregir el segundo que le plantaron ante sus gafas, titulado "La inflación en la Eurozona": "Deberían de actualizarlo, porque estamos en el 10,5 y ahí pone 10,3".

Aún llegaría después un vídeo con una recopilación de calificativos dirigidos por el interfecto al presidente del Gobierno que demostrarían que es un moderado impostado. Personalmente, no me parecieron gran cosa. Incluían adjetivos como "sectario", "caricatura", "desorientado"... Pero la colección sirvió a Pastor para dar su veredicto: "Moderado puede ser que parezca, pero usted ha atacado al Gobierno de la misma manera".

El caso es que Feijóo, atusándose la corbata, llegó vivo a la última pregunta que, como apunté antes, tenía todo el sentido que versara sobre corrupción.

La corrupción ha sido el martillo pilón de La Sexta contra el PP. Bien por dar una ocasión de lucirse al invitado tras mantenerlo atado una hora al detector de mentiras, bien para traer a colación las fechorías de los populares, la sentencia de los ERE tenía que ser esa última pregunta.

A las 23:43 volvió la cámara a enfocar a Pastor: "¿Ha hablado con Pablo Casado?".