Se adelantó la primavera en Andalucía y, una vez recogidas las naranjas, no se abrieron las urnas sino los capullos de azahar. El Gobierno quitó las mascarillas obligatorias justo a tiempo para poder respirar el perfume de la flor… y el miedo, o la jindama, que atufa desde el palacio de san Telmo (sede del Gobierno andaluz). Juan Manuel Moreno Bonilla y los suyos, a la contra de la ciudadanía, se han puesto la F-PP2 para evitar cualquier posible contagio desde Génova-Herzegovina. A poco que les dejen implantan la obligatoriedad del pasaporte en Despeñaperros. 

Moreno Bonilla, junto al vicepresidente Juan Marín.

Moreno Bonilla, junto al vicepresidente Juan Marín.

Los resultados electorales en Castilla y León, y especialmente las públicas hostilidades en el Partido Popular, han volteado negativamente la situación para el PP-A. Unas elecciones que el Gobierno andaluz daba por ganadas y que, cuando ya estaban pidiendo la hora, le remontan un 2 a 0 por dos tantos en propia puerta. Ahora le reclaman al árbitro los minutos que ellos mismos han perdido. O sea, que de querer un adelanto pasan a apurar hasta el límite legal para convocar.

A Juanma Moreno, ahora mismo, las únicas elecciones que le interesan son las del hermano mayor de Los Gitanos y las que eligen al presidente de ASCOGA (Asociación de Coristas Gaditanos). Y, si le hablas del partido, te dirá que el Málaga tiene que ganarle al Cartagena.

Con los cortafuegos ubicados estratégicamente en Monesterio y Almuradiel (las dos principales entradas por carretera a la comunidad), Moreno y los suyos sólo repiten “Andalucía, Andalucía, Andalucía” como si fuera un estribillo de una sevillana de Ecos del Rocío. Mas a este Gobierno regional le llega el puente de Andalucía, y la atención que este suscita, cuando sólo quieren inhibirse. 

Este año, el 28-F, día de san Román, cae en lunes de Carnaval. Y es el escaparate perfecto para que los (pre)candidatos a la Junta se muestren con sus disfraces en una suerte de cabalgata (pre)electoral. Prepárense para el espectáculo de Macarena Olona, que es una suerte de Isabel la Católica imitada por José Mota. No cabe perder de vista a Teresa Rodríguez, entre Romaiquía y Paz Padilla, haciendo alarde del andalucismo radical.

Por su parte, Juan Espadas podría tomar el tipo de la chirigota de El Selu Ahora es cuando se está bien aquí; Juan Marín daría bien en el tipo de Los lacios, y Moreno & Bendodo (si por ellos fuesen aplazaban la fiesta regional hasta San Silvestre) caracterizados de La Familia PProni. Aunque estos tres últimos, tan súbitamente identificados con lo andaluz, podrían ir de Hércules y los dos leones; caracterizado Bendodo, claro, del héroe griego.

Un festivo, el de la Comunidad, en el que históricamente los andaluces han aprovechado para subir a Madrid. Pero este puente, entre los carnavales y el fútbol (el calendario ha querido que se enfrenten Betis y Sevilla y Granada y Cádiz el 27 y 28F), es menor el tráfico hacia la capital. Quien seguro que no viaja a la corte es el presidente de la Junta, que ha pospuesto sine die el tradicional acto del día de Andalucía en Madrid, donde hubiese coincidido con Isabel Díaz Ayuso.  

No esperan los dirigentes andaluces hasta el miércoles de ceniza para guardar la Cuaresma; la cuarentena autonómica ya ha sido decretada por el PP Andaluz. Unas siglas que, junto a las de Ciudadanos, prestos disimularán tras la coalición electoral Andalucía Suma, presumiblemente.

Pero, por más que fortifiquen Sierra Morena, el virus popular acabará entrando e infectando a los huéspedes de San Telmo. Y, más allá de la peste externa, dentro de la Comunidad se le abren grietas a un Gobierno que ha dirigido con cierta comodidad a pesar de la pandemia o gracias a ella. Los sindicatos y las izquierdas se han echado a la calle para supuestamente “salvar la sanidad pública”, dicho esto último por Juan Espadas, candidato del PSOE-A, quien ya ha iniciado la campaña colocando su careto con eslogan en las marquesinas. 

Hasta Los Morancos (¡sí, Los Morancos!) han atizado a los mandatarios regionales por la falta de atención primaria. Lo hacen parodiando a Rigoberta Bandini: “Omá, omá, omá, / te muere’ en el sofá. / Me voy a cagá en los m… / de la Seguridad Social. / Omá, omá, omá”.

Luego está el follón de los supuestos regadíos ilegales en Doñana, y Teresa Rodríguez tuiteando que “PP, Cs y Vox están hipotecando nuestra agricultura condenando a Andalucía a la sequía”. Resulta que ahora el gobierno autonómico también regula la lluvia. Consejería de Precipitaciones y chaparrón por decreto-ley. A Juanma, que se moja menos que un cactus, no le hablen de agua, por favor.

En definitiva, un puente de Andalucía más caliente que el pimiento de un serranito y una campaña electoral más larga y folklórica que la bata de cola de Isabel Pantoja