¿Es mi prejuicio? Cuando veo la bronca que ha montado Podemos por la ley de libertades sexuales, inmediatamente pienso que son unos novatos, pobrecicos, y que les molesta que se note. Pero me contesto: Victoria Rosell es la secretaria de Estado, y una magistrada no va a hacer una ley cutre. Es mi prejuicio y las intoxicaciones del PSOE.

-La mataré (Loquillo, 1987) 

¿Son mis complejos? Cuando leo a Carmen Calvo decir que menos mal que ella ha corregido el texto, me río por dentro. Y hago bromas. Ella, la del pixie y dixie, la del dinero público no es de nadie y el feminismo sólo es mío, bonitas. Aunque sí, son mis complejos, me respondo. Nadie llega a ministra y luego a vicepresidenta siendo un zote. Comunica mal, está enfurruñá porque Podemos se quedó con la Igualdad... pero algo tendrá que yo no logro ver.

-Quince años tiene mi amor (Dúo Dinámico, 1961)

¿Es que soy un tío? Cuando leo los titulares escandalosos en la prensa sobre las cosas loquísimas que plantea el anteproyecto, me pongo atómico: están metiendo el feminismo hasta en la sopa que cocino para mis niñas. Sin embargo, después leo el texto con calma y compruebo que aplaudo todos sus objetivos. Así que sí, es que soy varón, me digo. Y aunque no quiera, un machista, me reprocho. Qué sabré yo de leyes, para eso votamos a los que en teoría saben.

-Sí, sí (Los Ronaldos, 1987)

¿Pero de verdad saben? ¿O son los perroflautas que siempre fueron? Cuando escucho a Pablo Iglesias acusar al ministro de Justicia de "machista frustrado" por ponerle al texto "excusas técnicas", me viene el pavor a un país en el que los téoricos del escrache ahora hacen sus prácticas improvisando leyes. Donde el vicecaudillo del tic tac asalta el cielo del BOE en pareja y no acepta que le hagan un feo a su chica... que ser mujer es muy difícil en esta España todavía franquista. Y no digamos ministra.

-Run for your life (The Beatles, 1965)

Y me acuerdo de que hace seis años vinieron a enseñarnos igualdad, a dictarnos la revolución y a limpiarnos el país llenando las plazas de pintadas y pancartas. Que empezaron a decirnos lo que está bien y lo que está mal desde la misma escalerilla del avión que los traía de Venezuela, donde no importa lo que diga una ley, porque ninguna se cumple.

-...y si me apuran, Contigo (Joaquín Sabina, 1996) 

No son mis prejuicios, ni mis complejos, ni mi machismo. No. Es una exageración de la verdad, un absolutismo de lo bueno, una receta manipulada para apropiarse de un diagnóstico real.

Hay una lista en Spotify que se llama Canciones que hoy NO. La empezó hace años mi amigo Luis Gaspar. Un artista sensible y atento a la vía pureta en la que degeneran todos los -ismos y, entre otras muchas cosas, fotógrafo de las campañas de Manuela Carmena en Madrid.

El catálogo incluye casi todas las melodías de ahí arriba. Unos versos que si hoy lograran pasar el filtro de la autocensura previa del autor, merecerían, en forma de ley, el ataque de las chicas cocodrilo (Hombres G, 1986).