La vida es lo que pasa entre Carmen Calvo y Carmen Calvo. Entre tanto van sucediéndose ciclos económicos, infartos de Julio Anguita, eurocopas, mundiales, reformulaciones del comunismo. Se desentierran las cunetas y pasan los 14 de abriles y los 18 de julio. Hasta donde yo recuerdo, Carmen Calvo siempre anduvo ahí. En misa y repicando, en la Junta y más allá: la Junta de Andalucía es agencia de colocación o no será. Quizá yo tenga archivada alguna imagen suya, en plan rocker, cuando fue consejera de Cultura en Andalucía y comprendió en carne viva qué es eso de la ociosidad.

Todo lo que nos imponga Carmen Calvo Poyato, plenipotenciaria por dejación de Pdr, habrá que asumirlo a pies juntillas. Con amor y pedagogía. Hay vicepresidentas que dan juego y vicepresidentas que no nos permiten por el BOE ni la metáfora ni quizá el piropo. Ahora que ando ensimismado de actualidad, pienso en Carmen Calvo, la recuerdo, y la comparo con Paco Frutos, por citar aquí a mis clásicos de cuando uno -yo mismo- fuimos zurdos.

Todo lo que nos imponga Carmen Calvo Poyato, plenipotenciaria por dejación de Pdr, habrá que asumirlo a pies juntillas. Con amor y pedagogía

Ocurre que de Calvo a Paco Frutos - que viene desmontando desde la izquerda el 'pastel supremacista'- media un trecho. Como el que va de Borrell a Carmen Calvo. Si tiene que imponer una neolengua, que la imponga. Que ya que tenemos castrada el alma, le podemos escribir hasta en 'esperanto inclusivo'.

Dicen que en esta enésima aparición de Carmen Calvo, su servicio será el desmontar a Podemos en eso de extremar hasta el paroxismo y que el PSOE fagocite el extremismo y lo desasilvestre con la promesa de un carguito. Si Pedro Sánchez quería todas las sensibilidades posibles, ahí tiene a Calvo, que no tiene ninguna y las tiene todas. Su mérito será el de 'hembrizar' la RAE para que deje de ser real, y académica y española. Calvo lleva al absurdo burocrático, al "sí explícito" y en papel timbrado del pluriEstado, algo tan natural como el sexo. Los hombres no entendemos a Carmen Calvo, no. Yo siento un hondo pesar porque no comprendo ni este tiempo y me da arcadas el licorcillo ése que Torra dejó en Moncloa.

Porque "yo me iré" -que diría Juan Ramón Jiménez- y seguirá Carmen Calvo piando. Piando contra Dios, contra el Hombre. Contra el viento y la Biología. Carmen de España. Eterna en el día de su santo.