Qué rápido va pagando Sánchez sus deudas. Qué vocación de supervivencia. Qué vacío doctrinario y qué apoyos en estéreo donde no acabamos de enterarnos de la misa la media. Del presidente ya no nos sorprende nada; ni cualquier medida de mucho cascabeleo y poca enjundia, decisiones que irritan porque ni somos presos ni tenemos familias entre barrotes.

Con casi nocturnidad y alevosía se llevó a los golpistas caminito de la tierra, con igual celeridad con la que pone a Batet a fontanear con Artadi en un diálogo de consecuencias imprevisibles; pasa que Torra ahora es un hombre ponderado, dialogante y solidario con las injusticias. Domesticando a Torra se desactiva a Puigdemont.

Sociológicamente se da ahora mismito una España donde Pdr no tiene rival, donde el Estado es él mismo en una minoría con retratista que viene reforzando a base de regalitos a la antiEspaña. Exteriores queda muy lejos del día a día, y Sánchez sabe que una cosa es que Borrell venda como pueda marca España, y otra que en el mercado interno el país ande en rebajas de sí mismo.

Sánchez le tomará el gusto a venderse como apolíneo y socialdemócrata por no pocas cancillerías. Es el salvador europeísta que necesitamos los miércoles. Los lunes, no obstante, pastelea con el supremacismo de Torra en franco diálogo.

Alejada la corrupción tenemos a un presidente pagado de sí mismo. Atlético, plural, que dicen que es dialogante pero que no da la cara. Tecnócrata a ratos, tacticista a otros. Su juego es el de aplicar el icetismo a toda España, quizá desde un chiringuito de Almería por vendernos una imagen feliz de clase media con pareos.

Ha sido ponerle un autobús a los golpistas, y que el 155 haya desaparecido por arte de magia de su cortita hoja de servicios. Sánchez ha encontrado el discreto encanto de vivir en minoría, y lo mismo le vale un lacito, un perro, una manicura fotográfica y un país en rebajas de sí mismo. Este mismo lunes veremos que no hay cortapisas; que en el plano de lo teórico los golpistas no son presos, y que ya se verá en breve lo de la magia redentora de los indultos.

Porque sus prioridades, las de Pedro, no son las de un constitucionalista de manual, pero entre los tecnócratas y el astronauta va contentando a quien se deja contentar. Porque el futuro es reaccionario y en Moncloa han abierto los ventanales y han montado una televisión que nos ilustrará sobre las virtudes redentoras de La Tuerka.