Es una máxima comúnmente aceptada que los cerdos alimentados con bellotas dan los mejores jamones de España. Debe ser esta y sólo esta, pienso, la razón por la que el Partido Popular ha decidido desprenderse de un charrán que hacía tiempo que ya no levantaba el vuelo y encaramarse ahora a lomos de una encina, un árbol de lento crecimiento que tiene en las plagas de la tortrix viridana, una mariposa de ala corta, a su peor enemigo.

Al coordinador popular Fernando Martínez-Maillo le ha debido oler mal lo del cerdo, las bellotas y las plagas de mariposas y ha preferido tirarse por lo literario al afirmar que se decidieron por este árbol porque cuenta “con un tronco muy potente”, aguanta “viento, frío, hielo o nieve” y representa “futuro, protección, vida y fuerza”. Personalmente me gusta más, pese a las mariposas de ala corta, el mensaje del bocata de jamón de bellota pero entiendo que en Génova 13 no guste, por aquello de las analogías peligrosas, que se identifique a su partido con los gorrinos.

Cerdos aparte, las encinas tienen además una ventaja añadida para el partido conservador y es que a su alrededor no crece nada. Me recuerda mucho al caballo de Atila, que allá por donde pisaba no volvía a crecer ni la hierba ni los disidentes del rey de los hunos. Vamos, que es el árbol ideal para que nadie haga sombra a ese “tronco” tan “potente” que lo aguanta todo: desde el viento, el frío, el hielo o la nieve hasta las encuestas negativas, el descontento generalizado de una ciudadanía cada vez más harta del PP, una corrupción que ya rebosa por todos lados y esa cobardía vergonzante que emanan todos sus cargos autocondenados al silencio y/o inacción por aquello de quien se mueva o hable no sale en la foto.

Con o sin movimientos, la foto sigue saliendo borrosa para este partido de bellota que corre el riesgo de diluirse en las municipales y autonómicas, primero, y en la generales después. No tanto como le ocurrió a la extinta UCD que de los 168 escaños que obtuvo en 1979 pasó a 11 en 1982, 157 menos. Pero el miedo (o la esperanza) es libre.

Los más cercanos a Mariano Rajoy están convencidos de que ya se ha convertido en una rémora para sus siglas y que si continúa siendo cabeza de cartel en las siguientes generales es únicamente por miedo, no a los cerdos o a las mariposas de ala corta sino a la Justicia. Intuye que cuando deje de estar aforado será carne de cañón y el principal objetivo de los mil y un sumarios que dirimen la corrupción del PP bajo su mandato.

“Si tuviera la certeza de que no van a ir a por él, lo dejaría ya y no sería el próximo cabeza de cartel del Partido Popular, pero está convencido de que no le van a dejar tener una salida digna o airosa”, afirma una persona muy cercana al todavía presidente del Gobierno y del Partido Popular: “No podrá irse con la cabeza alta, eso seguro”.

Un partido de bellota para que Mariano Rajoy pase los últimos meses de su vida política. No sé quién ha tenido la idea de la encina pero está claro que el líder tiene el enemigo en casa. Aunque da igual porque ni las encinas, ni los cerdos, ni el bocata de jamón, ni las mariposas de ala corta van a poder hacer nada por el peor presidente de la democracia española. Para “el tronco más potente” el futuro ya es pasado.