Aquel verano del 2017. Acuérdate que hubo siesta en las Ramblas (Serrat), siesta de muerte, y al rato dijimos que no teníamos miedo pero con las criadillas a la altura del gaznate. Acuérdate que por ser europeo, que por creer relativamente en Occidente y en la Guardia Civil, fui medio tachado de islamófobo en el tribunal internacional del pajarito (Twitter). Recuerda que una semana después Zulet, en este periódico, nos descubrió a otra portavoz del victimismo, una marujona de Maracena, Paqui, el mal ángel custodio de Juana Rivas. El verano de Paqui y de Juana Rivas, sí. Las grandes causas de la Humanidad a las afueras de Granada. Como Federico.

Recuerda con los años, querida P, cómo una alcaldesa como Colau, nacida entre megáfonos, de cuando ir a desahucios era como ir a una corrida de Jesulín en La Línea, quiso darnos a entender que la cosa era culpita del etnocentrismo europeo. Ombliguismo occidental que los inadaptaba y los llevaba hacia el radicalismo.

Recuerda cómo estaban los bárbaros en las puertas,  y un gudari sarraceno nos amenazaba a España con acento agudo, como de un Paco Rabal de Tetuán: el de la Tomasa. Piensa en ese chusquero venido a más, el tal Trapero, contando aciertos en inglés y desaciertos en catalán. Y los esfuerzos babélicos de un reportero holandés por informar. 

Y tú y yo, o tú más bien, seguíamos en la tumbona haciendo GIF's. Qué risas con los memes sobre el ISIS, y qué maduro el pluripueblo pluriespañol enfrentando la muerte; me acordé de Gila (¿es la guerra?).

Acuérdate de un rey chuleado por una comuna anarco.cat, de dudosa estética y voluntad irrefenable de quemar conventos y hasta el propio prusés. Piensa en ese avión que fletó el Estafermo para la manifestación de aquel sábado. Aquel verano no dormimos lo suficiente, y no eran molinos sino gigantes, no eran yihadistas sino bombonas en un secarral, y el papel del juzgado era papel mojado, heteropatriarcal y #Juanasomostodos. Bajé al VIPS a por tu zumo y por El Jueves, y la portada de El Jueves me pareció la Enciclopedia Álvarez, un TBO del blando, o los frescos naif de la Almudena. 

Cómo han pasado los años. Ni tú ni yo nos volvimos a ver. Llegó la gota fría por octubre, y en la manifestación del sábado un presunto corrupto estatal (Rajoy) y un previo golpista autonómico (Oriol) coincidieron -por cosas de los protocolos- en decirnos que están con el pueblo, y yo no sabría decirte si el pueblo era Puertollano o Palamós. No teníamos miedo, no. Porque la solución estaba en más mezquitas, y en un titulín a los imanes que certificara que, si no limpios de alma, sí al menos limpios de hachís.

Aquel verano del 17, nena. El del Cordobés.