Siempre he llevado a gala ser una desconocedora absoluta de lo que antaño llamaban ecos de sociedad y ahora prensa del corazón (empeorando lo presente). Árboles genealógicos de reyes, princesas y arribistas, modelos, banqueros, toreros (cada vez menos), futbolistas (cada vez más), madres de alquiler, hijos descarriados, famosillos de clase turista que la tele crea y regurgita, periodistas convertidos en noticia y las novias, novios, amantes y ex parejas de todo bicho viviente: sumida me deja este panorama en una perplejidad absoluta. Todo lo confundo. Las coronas con las peponas, las mechas con las brechas y los insultos con los indultos. Si a mi ignorancia sobre el bullir cardiaco y hepático de las celebrities (lo que nos faltaba en la neolengua) se le añade el total desinterés, e incluso la inquina, que siento hacia los deportes, es fácil deducir que ando excluida de cualquier conversación. Bien está así, pues adoro el silencio.

Y en silencio me disponía yo esta mañana a escribir mis cositas cuando me he topado con una serie de primicias desopilantes que tienen que ver con el sexo y con el famoseo. Reconozco que resultan demasiado sabrosas para dejarlas pasar sin siquiera un comentario. Aquí va la primera:

“La actriz Ana Obregón protagonizará la primera portada de Playboy en su edición española. El equipo directivo de la revista ha declarado que querían alejarse de la clásica imagen de la chica despampanante para ofrecer algo llamativo y marcar una linea diferenciadora. Destacan también la importancia de presentar a un personaje conocido en plena madurez como ejemplo de que las mujeres no tienen por qué convertirse en invisibles una vez cumplidos los cincuenta. La propia Ana Obregón puso como condición que no la convirtieran en una niña de veinte años con los retoques de Photoshop”.

Francamente, si tengo que tragarme a Anita como adalid de la causa feminista y encima sin Photoshop, prefiero mil veces la foto de una muchacha de veinte años en tanga. Por lo menos estimulará con más intensidad la fantasía y más de un ensueño onanista. ¿Por qué siempre nos tienen que chafar con tanta y tan dudosa corrección política? ¿En serio piensan que así contribuyen a la mejora ética de la especie?

Y aquí va la segunda:

“La comunidad británica LGTB ha reconocido al príncipe Guillermo como Heterosexual aliado del año' dentro de los premios British LGBT Award. Una de las razones por las que el heredero ha recibido este premio es su aparición en la portada de Attitude, la revista gay más vendida de Reino Unido, en el año 2016”.

Sensacional. Al leerla se me atropellan los pensamientos, me quedo sin habla mientras imagino a su abuela, la reina casi centenaria, vestida de verde botella, con su maceta en la cabeza y retorciéndose de rabia por los pasillos de palacio. O ya resignada, pasando de todo y contemplando la portada de Ana Obregón. De tal palo, tal astilla, pensará. ¿Su nieto y heredero de la corona, heterosexual aliado del año? ¿Aliado? ¿Aliado de qué? Seamos serios, por favor, que no es necesario ser tan modernos, ni tan frívolos. Ni siquiera en la defensa de los derechos sexuales. ¿Qué será lo próximo? ¿Boris Izaguirre, Gay aliado del año por su aparición en la portada del Marca?
En fin, si al menos no hicieran tanto ruido...