Susana Díaz no rodea el Congreso. Susana Díaz, como pueda, lo abraza entero. Es lo que tiene venir de donde viene, ser puesta por quien la puso, y pasar los días entre los tiesos y los que le aplauden a pesar de que su reino tenga tantos geranios como desconchones. Ocurre que los de 'Rodea el Congreso' la han metido en los carteles, en esos carteles que han brotado en las esquinas de Madrid como champiñones de octubre. Carteles que avisan de la corrida del sábado, que más que corrida es descabello a Susana y Felipe, a Rajoy y el Rey: todos en la terna, que para las bases del pabloiglesismo desaforado son una mafia por la cual España no es un paraíso bolivariano con pan y alubias. De Díaz y su Junta dicen que aquello parece Palermo con lunares; que a cualquier crítica siempre hay un cuñado sostenido por la Junta. En el cartel de la manifestación del sábado de investidura, a Felipe lo enmarcan en el collage por ser la sombra de lo que fue, y porque los chicos de Alberto Garzón siempre tuvieron nostalgia de lo no vivido y quieren gritarle a la cara: "No a la OTAN". Aunque sea tarde y Felipe vaya a hablar de su libro.

Pero a Susana Díaz, la Coordinadora 25-S la ha puesto en los carteles con una pistola, lo cual es un error, pues a la vera del Guadalquivir y en el Palacio de San Telmo no se mata; la cosa va más de dar y quitar paguitas según la agrupación y según los informes del liberado del Partido. El miércoles se vio a Susana Díaz en Granada haciendo carantoñas a un bebé, y cuentan en Andalucía que los ambulatorios ya no son lo que fueron; que donde había un especialista, ahora está el médico de familia desbordado y con la bata con lamparones. Que a Susana le digan mafiosa unos jóvenes airados no le cambia a Díaz su sonrisa matrona, que para eso lleva ya horas de vuelo toreando al sr. Kichi.

El sábado, el día de la coronación del Estafermo, culparán entre otros a la Sultana de que España mañana no sea republicana. A Susana Díaz no le pitarán los oídos por mucho que le canten los de la manifa. Se sabe que su reino no es de este mundo.

El sábado, Sánchez, antaño pijo del Ramiro de Maeztu, será mártir para muchos del megáfono. "El sábado será otro día", nos dijo el propio Pdr saliendo del hemiciclo. El sábado anuncian 20 grados en Madrid, 26 en Triana, y la cerveza a un euro en el chino.

Rodeo.