El idealismo no es otra cosa que el materialismo puesto del revés en la mente de las personas. En nuestra actualidad, el citado reverso se viene a fijar por mediación de la llamada “cultura del famoseo”. Desde que el 15M apareciese para reclamar un espacio discursivo, los miembros de la cultura del famoseo han ido reaccionando ante la materia viva del tiempo presente.

No está de más agregar que el derecho a opinión lo tienen todos; lo que pasa es que no todas las opiniones son respetables de la misma manera que no todos los discursos son legítimos. Como ejemplo de esto último sirvan las declaraciones de uno de los miembros de la tal cultura del famoseo.

Se trata de Antonio Banderas que, aprovechando su cumpleaños, ha llamado la atención acerca de la urgencia de formar gobierno. Según se explica Banderas, hay que aprobar unos presupuestos para seguir funcionando como país. En la lógica de Banderas, chirría el mecanicismo de todo sistema político que arranca del Estado pues realidad tan abstracta siempre vendrá a salvaguardar el capital, sobre todo cuando el capital entra en crisis.

Es con la crisis cuando el Estado saca el totalitarismo a pasear y así hace más razonable el capitalismo. No sé si me explico pero cualquier sistema político resulta peligroso cuando parte del Estado y no arranca desde el hombre para hacer del Estado una prolongación del hombre mismo. No solamente hay que remitirse a las pruebas de la realidad, sino a los rastros de esclavitud que marcan la Historia como laberinto del ser humano.

Pero a Banderas todo esto le pilla lejos. Aunque pase por Málaga, no se detiene a pensar que para que un país, región o mundo funcione, es necesario desmercantilizar las relaciones. Que el dinero deje de ser mercancía, que valga igual para todos. Para lograrlo, el pensamiento discursivo ha de ser legítimo, quiero decir que ha de residir en la tierra que es madre- mater- y por lo mismo raíz y materia que late a nuestros pies.

Lo que está haciendo Banderas, además de cumplir años, es verbalizar su pensamiento de photocall y de esta manera cumplir con su función específica dentro de la sociedad del espectáculo: la de mostrar el principio puesto del revés, para que todas las relaciones sigan falsificadas y la distancia entre el hombre y el mundo creado por el hombre, se haga inmensa y extraña. En todo caso, vayan aquí mis felicitaciones de cumpleaños.